Julio Algañaraz
Clarín
El escándalo del “Bunga-Bunga”, que asombra a Europa y causa burlas en medio mundo, escaló ayer cuando el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, para defenderse de las acusaciones por haber hecho liberar por la policía a una menor de edad de origen marroquí en mayo, dijo que “siempre es mejor ser un apasionado por las chicas bellas que ser un gay”.
La frase machista y desconsiderada cayó como una bomba en el ya recalentado clima político de Italia y retumbó en el exterior. Sobre todo dio la sensación de que Il Cavaliere quiere recuperar la iniciativa y se descontrola, empeorando las cosas. La crisis “se ha metido en un callejón sin salida”, escribió uno de los más influyentes observadores italianos.
Ex director del Corriere della Sera , actual primer columnista político del diario económico Il Sole 24 Ore , de gran prestigio, Stefano Folli cuenta entre sus muchos lectores al mismo premier. Es moderado y ponderado. Y comienza su artículo de ayer así: “Un punto es cierto. El gobierno Berlusconi está paralizado. Virtualmente muerto, se podría decir, por la pérdida de credibilidad de su guía.”
La crisis personal del premier debido al escándalo del Bunga-Bunga –el supuesto ritual sexual al que se celebraba en las veladas con chicas en la residencia de Berlusconi cerca de Milán–, se atornilla a la crisis política en una mutua alimentación perversa. Il Cavaliere anuncia todos los días que resistirá y que no renuncia . Ayer dijo que el Bunga-Bunga y el caso de Ruby R (Robacorazones), la chica de origen marroquí, es un invento de los diarios. “No los compren”, dijo al inaugurar un festival de motos en Milán.
Como contraofensiva anunció que volverá a presentar un proyecto en el Parlamento que impida interceptar llamadas telefónicas. “El medio periodístico que las publique será cerrado entre 3 y 30 días”, advirtió. Otra vez la ley mordaza , con la que el premier conservador amenazaba a la prensa libre y que había sido congelada por las reacciones internas e internacionales.
Las organizaciones de homosexuales pusieron con razón el grito en el cielo. Los gays del partido de Berlusconi anunciaron ayer que lo abandonan y se pasan al nuevo movimiento Futuro y Libertad del titular de la Cámara de Diputados, Gianfranco Fini, quien no se atreve a “quitar el enchufe” que mantiene en vida al agonizante gobierno, pero tampoco desea mantenerlo mucho más en vida.
En el Festival de Cine de Roma, la actriz estadounidense Julianne Moore, que presentó un film en el que interpreta a una madre que vive una relación gay con otra madre (Annette Benning) opinó que Berlusconi “dice cosas idiotas, arcaicas e infelices”. Y afirmó: “Debemos concentrarnos más en que somos todos seres humanos”.
Ruby cumplió hace dos días 18 años y no es más una menor de edad. Se apresta a celebrar el cumpleaños con una fiesta y ha vendido los derechos de imagen a una revista del corazón. La chica, nacida en Sicilia e hija de marroquíes muy pobres, es uno de los “gatos” de la noche de Milán. Fue huésped de cenas en la villa de Berlusconi en Arcore, y a los magistrados que la interrogaron más de veinte veces dijo que había un ritual sexual llamado Bunga-Bunga, pero negó haber mantenido relaciones sexuales con el premier.
En la noche del 27 de mayo fue arrestada, acusada de robar 3.000 euros, relojes caros y una joya a una amiga, también frecuentadora de la noche milanesa. Berlusconi llamó por teléfono a un funcionario policial y le mintió que Ruby era sobrina del presidente egipcio Hosni Mubarak. Que era mejor liberarla. Mandó una consejera regional a buscarla. La jueza de menores sostiene que no dio la autorización. El caso es muy serio.
La policía informó ayer que Ruby había sido ya indagada en 2009 por el manejo de grupos que controlaban chicas menores envueltas en la prostitución. Habría hoteles de lujo y personajes famosos involucrados en el caso. La oposición pide a gritos la renuncia de Berlusconi y los sondeos demuestran que su popularidad cae en picada.
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