sábado, 30 de abril de 2011

La CIA cultivó huracanes humanos


Saul Landau
Progreso Semanal

Quien siembra vientos recoge tempestades – Proverbio español

Luis Posada Carriles, que ya tiene más de 80 años, ha regresado a Miami como un héroe triunfante después de que un jurado de El Paso lo declaró inocente de 11 cargos por mentir en un formulario de inmigración. Es extraño que el Departamento de Justicia haya presentado evidencia que mostró que Posada había orquestado una serie de atentados con bombas en Cuba en 1997 –uno de los cuales mató a un turista. Posada regresó a Miami donde participa en la recaudación de fondos. Según un funcionario de EE.UU. que solicitó el anonimato, “Posada se ha convertido en un grano en el culo”.

El síndrome del tiro por la culata ha llegado de nuevo. En la década de 1960 y principios de la del 70, oficiales de la CIA trabajaron íntimamente con Posada, pero a él no le importó hacer dinero con otras tres agencias. Planeó acciones de terrorismo y simultáneamente denunció a sus colaboradores. El 14 de octubre de 1976, un memo de la CIA desde Caracas reportaba que “unos pocos días después de una cena para recaudar fondos, a Posada le escucharon decir ‘vamos a atacar un avión cubano (en el vuelo 455 de Cubana estallaron bombas)’ y que ‘Orlando Bosch conoce los detalles’.”

Un memo del 26 de noviembre de 1976 enviado por la CIA al FBI declaraba que “Posada fue usado también como fuente de información con referencia a los exiliados cubanos”. El memo afirmaba que “Posada reportaba a la Agencia y más tarde al FBI acerca de su participación en las actividades de este grupo (RECE – Resistencia Cubana en el Exilio) y subsiguientemente de otros grupos cubanos a los que estaba afiliado”.

En mi filme Por favor, que el verdadero terrorista se ponga de pie, Ann Bardach (“Líder del Exilio Cubano Acusado con Otros 7 de Conspiración”, NY Times, 13 de julio de 1998), llegó a la conclusión a partir de entrevistas a funcionarios de la seguridad nacional que la Agencia sabía que Posada iba a atacar a un avión comercial cubano y no hizo nada por evitarlo ni informó al gobierno cubano. Más de tres décadas después, el gobierno de EE.UU. usó su evidencia acerca de las actividades terroristas de Posada para demostrar que este había mentido en un formulario de inmigración. Acusarlo de terrorismo o deportarlo a Venezuela para ser juzgado por el sabotaje al avión pudiera provocar que Posada revelara “secretos de familia”

Los funcionarios del Departamento de Justicia se retorcieron las manos preocupados. Exiliados cubanos geriátricos de derecha saludaron el retorno triunfal a la República Autónoma de Miami.

Sin embargo, la ironía de lata se convirtió en una peligrosa aleación. Posada recaudó dinero proveniente de cubanos ricos que pensaban que la violencia les devolvería el poder y la propiedad perdidos en la isla. La CIA y el FBI le pagaron dinero extra para que delatara a sus benefactores del exilio, como Jorge Mas Canosa.

Los que lo honran niegan que él haya realizado los hechos por los que lo honran. Como dijo Posada en una cena cuando le preguntaron acerca de la verdad de las acusaciones de sus ataques con bombas: “Sin comentario”. Luego citó al General Antonio Maceo: “La libertad no se mendiga. Se conquista con el filo del machete”. Los octogenarios seguidores aplaudieron. A su edad, raras veces se rechaza una oportunidad para comer, beber y celebrar –cualquier cosa.

En la isla, los viejos cubanos celebraron su victoria en Bahía de Cochinos. Aunque la nación sufría problemas económicos, al menos los líderes podían brindar alegremente por 52 años de desobediencia a Washington.

Rieron acerca del éxito de Fidel en “exportar los enemigos de Cuba al adversario mayor”. Sí, algunos ciudadanos útiles también huyeron, pero el éxodo masivo permitió a Cuba sembrar también a un buen número de agentes de la seguridad del estado (infiltrados).

Animados por la CIA en la década de 1960, los violentos cubanos anticastristas se convirtieron en un problema –y lo siguen siendo— para la sociedad norteamericana. Al hacerse cómplice del terrorismo entrenando a miles de exiliados en la violencia contra Cuba, la CIA también legitimó el terrorismo en casa.

En la década de 1960, exiliados cubanos apoyados por la CIA realizaron miles de misiones de sabotaje contra su antigua patria. Algunos trataron de asesinar a Fidel y demostraron una gran vocación para esa “tarea”. También atacaron a sus críticos en Miami y otros lugares --con bombas y armas de fuego.

Nixon no tuvo en cuenta la tóxica inconsistencia que surgió de su cultivo de terroristas. En 1971, EE.UU. firmó la Convención para la Supresión de Actos ilegales contra la Seguridad de la Aviación Civil. El Artículo 7 de ese documento dice: “El Estado Firmante, en el territorio en el cual se encuentra el supuesto infractor, si no lo extradita estará obligado, sin excepción alguna y a pesar de que el delito no se haya cometido en su territorio, a someter el caso a las autoridades competentes con el propósito de procesarlo”.

Sin embargo, surgió una excepción. En enero de 1965, Bosch había lanzado bombas de fosforo a un central azucarero cubano. Él explicó a la prensa: “Si tuviéramos los recursos necesarios, Cuba ardería de punta a punta”.

En 1990, Orlando Bosch, el coautor junto con Posada del sabotaje al avión, se libró de ser procesado en Venezuela al obtener una amnistía de Papá Bush –en contra de fuertes opiniones del Departamento de Justicia. Bosch, al igual que Posada, se vanagloria de sus hazañas en Miami. En 1968 disparó una bazuca contra un barco polaco en el puerto de Miami; en 1976 él y Posada planearon el derribo del avión cubano, y mataron a 73 personas.

El 10 de noviembre de 2001, Bebé Bush advirtió a los miembros de la ONU: “Algunos gobiernos todavía se hacen de la vista gorda con los terroristas, con la esperanza de que la amenaza no les toque. Están errados. Los aliados del terror son igualmente culpables e igualmente responsables”. Pero Bush y sus partidarios miamenses en el Congreso no se referían a Bosch y a Posada –luchadores por la libertad, no terroristas.

Esos huracanes humanos dejaron una huella de destrucción a su paso –cadáveres de ciudadanos cubanos. En 1961, el jefe de la CIA Allen Dulles había advertido al presidente Kennedy acerca de posibles consecuencias si se abortaba la invasión a Bahía de Cochinos. Los 1500 exiliados cubanos entrenados en Guatemala podrían convertirse en un “problema de desactivación”. Ahora, con más de 80 años, Posada y Bosch son epítomes de ese aprieto; no cultiven basura a no ser que tengan un dispositivo para deshacerse de la basura.

sexta-feira, 29 de abril de 2011

Europa se cierra en bloque



Juan Carlos Escudier
Público


A diferencia de los capitales, cuyos movimientos son vertiginosos, especialmente los de Google, que, como ya se ha contado, viajan en primera de Irlanda a Holanda y de allí a las Bermudas para desaparecer como Dios manda, los seres humanos tienen más difícil eso de los desplazamientos, sobre todo si vienen del norte de África y sin una muda limpia. Sarkozy y Berlusconi aprecian mucho la libertad de movimientos, pero sólo en las discotecas, y eso explica que hayan propuesto reformar el tratado de Schengen para que los inmigrantes se queden quietos y reposen su desesperación antes de que se les expida el billete de vuelta.

La sensibilidad de Francia e Italia en temas de inmigración es similar a la de una piedra pómez, pero no es menor a la del resto de países de la Unión Europea. Basta con recordar la reacción española ante las oleadas de cayucos a Canarias y la exigencia de que la agencia europea dedicada al control de fronteras, Frontex, actuara de forma preventiva impidiendo su llegada, lo cual era pasarse por el forro tanto la Convención de Ginebra sobre los refugiados como la del Derecho del Mar de la ONU, que no contempla que un barco pueda inspeccionar a otro en alta mar.

La alarma ha sido causada en este caso por los 25.000 tunecinos que alcanzaron la isla de Lampedusa, a los que el madelman italiano quiso dar el pasaporte, en forma de visado temporal, para que se dispersaran por Europa, toda vez que sus socios comunitarios rechazaron compartir la carga que representaban. Caídos algunos dictadores que ejercían de cancerberos a sueldo de Occidente, las revoluciones del mundo árabe son un dolor de cabeza para nuestras democracias , siempre generosas y comprensivas con las tragedias ajenas.

El caso de Túnez es especialmente sangrante porque acoge en su territorio a decenas de miles de refugiados libios, de los más de 600.000 que desde el inicio de los combates se han repartido por Egipto, Argelia, Chad o Mali. Todos estos países han mantenido abiertas sus fronteras. Su humanidad y su decencia es directamente proporcional a nuestra bien alimentada hipocresía.

quarta-feira, 27 de abril de 2011

Región Andina: Mar, fronteras y nacionalismos



Fernando de la Cuadra
Gramsci e o Brasil


El sueño bolivariano no reposa plácidamente sobre nuestro continente si consideramos la actual situación por la que atraviesan las relaciones diplomáticas entre algunos vecinos andinos: Bolivia, Perú y Chile. Al contrario, todo parece indicar que los conflictos continuaran profundizándose en los próximos meses. Bolívia anunció recientemente que recurrirá a la Corte Internacional de Justicia de La Haya para resolver tanto su reivindicación de soberanía sobre el Océano Pacifico, como sus derechos sobre las aguas del Río Lauca y el manantial del Silala.

En efecto, el diferendo limítrofe entre Chile y Bolivia ha adquirido un nuevo tono ante las últimas declaraciones del presidente Evo Morales quien afirmó en una Conferencia en la ciudad de Potosí, durante las conmemoraciones del “Día del Mar”, que Chile le tendió una trampa al entusiasmarlo con una futura solución para la salida al mar de Bolivia: “En los cinco años de diálogo me he dado cuenta que Chile sólo quiere hacer perder el tiempo”, y que al final de cuentas el gobierno chileno no tiene ninguna intención de resolver la cuestión limítrofe. Ante este escenario, el gobierno de La Paz sostiene que se ha visto obligado a recurrir a instancias internacionales con el objetivo de recuperar su soberanía sobre un vasto territorio y, preferencialmente, lograr una respuesta definitiva a sus legítimos derechos sobre las aguas del Pacifico.

Como era de esperar, el anuncio del Presidente Evo Morales de recurrir a la Corte Internacional de Justicia para obtener un dictamen favorable a la demanda boliviana, ha exacerbado los ánimos entre los sectores más nacionalistas de Chile y el propio Presidente Piñera -haciéndose eco de muchas declaraciones contrarias a abrir siquiera un debate sobre el asunto- ha señalado que la actitud boliviana representa un serio obstáculo para el éxito de la agenda de negociaciones de 13 puntos que mantienen ambos Estados desde el año 2006.[1]

Aunque la demanda marítima boliviana es totalmente pertinente, jurídicamente la situación es en principio bastante más desfavorable debido al hecho de que Bolivia ratificó en la firma del Tratado de 1904, el artículo 2 del Pacto de Tregua de 1884 (posterior a la Guerra del Pacífico) que le reconocía a Chile el dominio absoluto y a perpetuidad de los territorios ocupados. En este Tratado de 1904 también se indicaba que en compensación por tales territorios, Chile debía facilitar el libre tránsito de personas y mercaderías desde territorio boliviano hasta la costa del Pacífico. El argumento que el escrito boliviano llevará a la Corte Internacional se basa precisamente en el hecho de que Chile no habría cumplido su parte en el acuerdo, obstruyendo o dificultando la libre circulación de los ciudadanos y productos del vecino país. Con la tesis de “Tratado incumplido”, Bolivia solicitaría una anulación y la revisión histórica del acuerdo, que supone el reconocimiento de su soberanía sobre aquel territorio que le fue desapropiado durante la guerra.

A nivel de discurso, los sucesivos gobiernos democráticos que asumieron a partir de la década del noventa, han expresado su “profundo interés” en dar una solución a la demanda boliviana por una salida al mar. Sin embargo, en los hechos los cuatro gobiernos de la Concertación fueron postergando su tramitación para un futuro incierto, dejando para la siguiente administración la responsabilidad de cargar con el peso de una decisión histórica que pudiera tener un enorme impacto político y, en el corto plazo, importantes repercusiones sobre las preferencias del electorado.[2]

En todo este periodo, un expediente que se ha barajado insistentemente es la idea de una ruta que conecte a Bolivia con el litoral. Incluso, esta es una propuesta que ya había sido colocada en la mesa de negociación por Pinochet y Bánzer en el llamado “abrazo de Charana”, en que ambos dictadores plantearon la creación de un corredor que llegase hasta el mar a través de la línea de la Concordia (que divide los territorios de Chile y Perú). Esta propuesta fue rechazada por Perú argumentando que ello infringía los tratados internacionales vigentes, sepultando automáticamente la posibilidad de alcanzar un acuerdo tripartito.

Frente a este escenario, se analizó también la factibilidad de establecer un corredor al norte de la quebrada de Camarones (al sur de Arica), pero eso significaba la ruptura de la continuidad territorial de Chile. Si bien, las encuestas indican que los chilenos están cada vez más predispuestos a facilitar una salida al mar del país altiplánico[3], una eventual “renuncia” a la soberanía sobre el territorio nacional es ampliamente rechazada.

Entre los proyectos más bizarros que se han pensado para permitir el acceso al mar de Bolivia sin tener que ceder territorio, se encuentra uno idealizado por 3 arquitectos chilenos, que consiste en la construcción de un túnel de 150 kilómetros en la frontera entre Perú y Chile hasta llegar a un puerto en el pacifico desde donde Bolivia pueda exportar sus productos. El propio canciller boliviano, David Choquehuanca, descartó dicha propuesta en su momento, tildándola de “imaginativa y descabellada”. Perú también se opuso, alegando que el proyecto además de inviable económicamente, representaba una violación a la soberanía peruana sobre ese segmento de su territorio.

Aparte de reparaciones ambiciosas y faraónicas, lo que se necesita –y puede ser por cierto más factible- es lograr un acuerdo por vía diplomática. El problema es pensar en los plazos. En efecto, difícilmente será un proceso de corto plazo, considerando que Chile se encuentra en este momento con un complejo litigio trabado con Perú –también en la Corte Internacional de Justicia-, pues dicho país reivindica 70 mil kilómetros cuadrados de territorio marítimo en la frontera con Chile.

Además, la demanda peruana se ha visto exacerbada por los ímpetus nacionalistas generados en ese país en el marco de la segunda vuelta electoral fijada para el próximo 5 de junio. Tanto Ollanta Humala como Keiko Fujimori vienen declarando que Chile le debe explicaciones a Perú por algunos casos de espionajes denunciados en los últimos años y por la venta de armas a Ecuador, durante el conflicto bélico -Guerra del Cenepa- que enfrentó a este país con Perú a mediados de la década del noventa. En un pronunciamiento un tanto sorprendente, el candidato Humala llegó inclusive a solicitar que el actual gobierno chileno le pida disculpas a su país por los destrozos causados en tiempos de la Guerra del Pacifico (1879 - 1883).

Aún con todas estas restricciones y evidentes dificultades, creemos que un acuerdo diplomático sigue siendo el camino más plausible para resolver este conjunto de conflictos limítrofes. Desde una perspectiva estratégica, una solución negociada de un corredor que implique la cesión de una parte de territorio entre las fronteras de Chile y Perú no debe descartarse de plano, a pesar de los arrebatos nacionalistas existentes en cada país. El futuro Corredor Bioceánico y la interconexión regional, la construcción de una matriz energética articulada, los acuerdos de cooperación económica y cultural, los intercambios científico-tecnológicos, etc., se presentan como grandes oportunidades para reforzar los lazos de amistad, confianza y unidad entre naciones que tienen un destino común.

Si los gobiernos nacionalistas y autoritarios de Pinochet y Bánzer estaban abiertos a dicha posibilidad, porque no es posible aspirar con mayor razón que gobiernos democráticos y estables, puedan concretizar un acuerdo que -por lo menos en el discurso- anhelan hace muchos años, logrando un entendimiento que les permita crear las bases de un nuevo ciclo de intercambio y reciprocidad.

En 1812 en un mensaje dirigido a los pueblos libres de América, el Manifiesto de Cartagena, Bolívar convocaba a la “unión de toda América del Sur en un mismo cuerpo político.” Buscando los caminos para esta unidad, desde hace más de cuatro décadas los países de la región Andina se dispusieron a estrechar los lazos comerciales y culturales a través de la creación de la Comunidad Andina de Naciones (hasta 1996 se llamaba Pacto Andino). El desprecio por la integración regional sustentada por el régimen militar y los Chicago Boys influyó para que Chile abandonara el bloque en 1977. Paradojalmente, la salida de Venezuela anunciada en 2006 y formalizada en estos días, también representa un traspié en este esfuerzo de unidad de los países andinos.

Sin embargo, otras iniciativas han surgido en los últimos años en la región en una especie de dialéctica de integración/desintegración. La Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) busca consolidarse como el gran marco que permita aumentar la coordinación política, económica y social, contemplando un importante foro de resolución de conflictos territoriales. Por su parte, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) igualmente busca unificar al conjunto de países en torno a temas como el respeto a los derechos humanos y la cooperación. En suma, a pesar de todos los nacionalismos y desencuentros, existe un consenso de que para enfrentar los grandes desafíos globales, la región tiene el imperativo de seguir apostando en la búsqueda de nuevos caminos de entendimiento para resolver sus disputas y nuevas oportunidades de relacionamiento para construir una mayor integración en un proceso permanente de pérdidas y beneficios, de avances y retrocesos.

NOTAS

[1] Esta agenda incluye todos los temas relevantes de la relación bilateral, destacando, entre otros, la integración fronteriza, libre tránsito, integración física, tema marítimo complementación económica, usufructo de las aguas del río Lauca, manantial del Silala y de otros recursos hídricos compartidos.
[2] Al final, por diversas razones que no viene al caso exponer con detalle, la Concertación cerró su ciclo perdiendo en las últimas elecciones para una coalición de derecha.
[3] Una encuesta difundida recientemente, señala que un 64,2% de los chilenos concuerda en proporcionar una salída al mar a Bolivia (El Mercurio, 09/04/2011).

segunda-feira, 25 de abril de 2011

Chernobyl: Los héroes olvidados


Ernesto Sambora
Público


Ha pasado ya un cuarto de siglo, y aun así el contador Geiger que el cabo del Ejército ucraniano lleva en el asiento trasero de su coche se dispara al cruzar la segunda barrera de exclusión, la que marca los 10 kilómetros previos antes de llegar a la zona cero del peor accidente nuclear de la historia. Antes de cruzar esta barrera en el pueblo de Chernobyl, situado tras la primera barrera de exclusión la que comprende 30 kilómetros a la redonda de la central el periodista debe firmar un documento por el que acepta los riesgos que entraña acercarse al reactor, riesgos infinitamente menores que aquellos que corrieron en su día, sin firmar documento alguno, los miles de liquidadores que pagaron con su salud, y en muchos casos con su vida, el convertirse en los héroes que salvaron a Europa.

"Nos mintieron", dice con resignación dolorosa Serguei Anatólevich Kulish, uno de aquellos liquidadores, que entonces tenía 24 años y que hoy dirige la Asociación de Victimas de Catástrofes, desde su modesta oficina en San Petersburgo. "Si hubiésemos sabido los riesgos que corríamos no habríamos sido tan imprudentes. Nos dijeron que bastaba con no fumar, comer o beber durante el tiempo que estuviésemos trabajando en el reactor".

Serguei, que tiene ahora casi 50 años, ha pasado por un calvario de enfermedades, complicaciones y dolor crónico, y actualmente lucha contra un nuevo tumor cutáneo abdominal que no duda en mostrar, a la vez que afirma: "Europa debe comprender los riesgos de la energía atómica. Aquí en Rusia no quieren escucharnos" .

Serguei, y una comunidad de unos 500 liquidadores viven en pisos de protección oficial donados por el Gobierno en el golfo de Finlandia, a una hora de San Petersburgo. Cuando llegaron allí, en los años 90 del siglo pasado, eran el doble de personas; el resto ha muerto desde entonces.

Los bloques de edificios que los albergan son el mejor ejemplo de su situación social: alejados de la urbe y mal comunicados, ellos mismos han tenido que pagar las reparaciones necesarias para hacer habitables sus viviendas, y tan sólo un pequeño monumento, que parece una lápida, semiabandonado e imperceptible bajo la nieve, recuerda la catástrofe vivida aquella primavera del año 1986.

"Alguien tenía que hacerlo"

No maldicen su destino , "alguien tenía que hacerlo" , pero sí lamentan profundamente el olvido social e institucional del que son víctimas. "Nuestras pensiones son muy bajas, y tras la caída de la Unión Soviética perdimos las ayudas del Estado", se queja Tatiana, la viuda de un liquidador fallecido recientemente.

Y es que, tras el derrumbe del bloque socialista, los alimentos y el transporte, de los que disfrutaban gratuitamente, pasaron a ser de pago, haciendo muy difícil la vida de estas personas, sus viudas o sus huérfanos, que tienen pensiones medias de 150 euros, y que afrontan ahora la peor de las situaciones imaginables para enfermos crónicos de escasos recursos: la privatización salvaje del sistema de salud.

Los liquidadores fueron "enviados a la muerte" , dice Oleg, otro de estos héroes olvidados, que muestra las fotos de aquel día. Recuerda los nombres de sus compañeros, y del grupo de 11 personas de aquella foto quedan con vida tres, contando al propio Oleg. La instantánea, que muestra a unos jóvenes reclutas soviéticos sonrientes fue tomada en la calle Lenin, la calle central de la modélica ciudad de estilo comunista de Pripyat, hoy abandonada pero que en aquel entonces albergaba a casi 50.000 personas, obreros de la central y sus familias.

Ellos fueron destinados a labores de desescombro en los alrededores del reactor número 4, protegidos con trajes de goma o batas blancas, absolutamente inútiles ante el pavoroso nivel de radiación posterior a la explosión de aquel 26 de abril de 1986. Sus compañeros, aquellos que subieron al reactor para detener la fuga con planchas de hormigón, murieron a las dos semanas. Aquellos liquidadores evitaron una segunda explosión, de consecuencias inimaginables.

El nuevo sarcófago

Hoy en día, aquel sarcófago construido a toda prisa está agrietado, oxidado y notablemente deteriorado. Por ello actualmente en la "zona de exclusión" viven 2.500 personas, todas ellas trabajadores encargados de la construcción del nuevo sarcófago, que deberá estar acabado para 2015. Será financiado por países de todo el mundo, dada la incapacidad ucraniana para afrontar la factura de aproximadamente 1.500 millones de euros.

"Si hubiésemos sabido los riesgos no habríamos sido tan imprudentes" Estos nuevos trabajadores de Chernobyl, a diferencia de los liquidadores de hace un cuarto de siglo, cuentan con la tecnología y los medios necesarios para enfrentarse a la radiación, y lo hacen en turnos de 50 días en la zona de exclusión y otras 50 jornadas fuera de ella.

Veinticinco años después, este hermoso paraje ucraniano sigue siendo el escenario de una película de terror, de la lucha contra un enemigo mortal e invisible que ha dejado pueblos y ciudades inhabitables, casas, apartamentos y koljoses (granjas colectivas) vacíos, silenciosos y tétricos. Y la calle Lenin, en la que 25 años atrás Oleg se fotografió sonriente junto con sus compañeros liquidadores es hoy un escenario alucinante en el que la maleza vence al asfalto y el hormigón.

domingo, 24 de abril de 2011

Um final de semana sangrento na Síria


Esquerda.net

Apesar de Bashar al-Assad ter declarado a suspensão da lei de emergência, imposta pelo seu partido – o Baath, quando este tomou o poder através de um golpe de Estado há 48 anos, na sexta-feira as forças de segurança sírias utilizaram munição real e bombas de gás lacrimogêneo para conter os protestos anti-governamentais realizados por todo o país. Foram mortos mais de 100 manifestantes e há relatos de centenas de feridos.

O decreto assinado na quinta-feira por Assad, que veio levantar a lei de emergência, é visto pela oposição como pouco mais que simbólico, já que se mantêm outras leis que dão amplos poderes às forças de segurança. A dimensão do protesto agendado para a “Grande Sexta-Feira” de 22 de Abril espelha a manutenção do descontentamento do povo sírio. Foram registadas manifestações em várias cidades.

Em Kisweh, perto de Damasco, as pessoas clamavam por liberdade. Na cidade mediterrânea de Banias, os manifestantes exigiam a queda do regime. Em Damasco, as forças de segurança montaram controles de acesso à cidade e nas principais artérias do centro e a família do presidente foi o alvo da ira dos manifestantes. Homs, Moadamia Daraa, Douma, Zamalka, Deir al-Zor, Qamishli, Hama, Izraa, Daraa, Raqqa, Zeinab Sayda, Harasta, Barzeh, Tartous, Latakia, Ras Al-Ayn, Amouda, e al- Hassakeh também foram palco de protestos.

Na sua primeira declaração conjunta, citada pelo The Guardian, os auto-denominados "comitês locais de coordenação", que representam as províncias de toda a Síria, afirmaram que “os slogans de liberdade e dignidade não podem ser alcançados senão por uma mudança democrática pacífica”. Barack Obama condenou, em comunicado, “esse uso abusivo da violência para reprimir os protestos” e acusou al-Assad de recorrer à ajuda iraniana em reprimir os cidadãos.

sábado, 23 de abril de 2011

Perú, en las puertas de un viraje geopolítico



Raúl Zibechi
La Jornada


La segunda vuelta de las elecciones presidenciales del próximo 5 de junio puede consagrar un importante cambio de la relación de fuerzas en la región sudamericana. Si el triunfo correspondiera a Ollanta Humala, que parece lo más probable, el tablero seguirá inclinándose hacia un mayor deterioro de la presencia estadunidense en Sudamérica. Si la vencedora fuera Keiko Fujimori, se abrirá un periodo de creciente inestabilidad política y social, que puede desembocar en crisis de gobernabilidad.

En las anteriores elecciones Humala cosechó 30 por ciento en la primera vuelta y perdió en la segunda con el experimentado Alan García, superando 47 por ciento de los votos. Esta vez Humala mejoró la votación anterior, llegando casi a 32 por ciento, pero debe medirse con la hija de Alberto Fujimori, quien ejerció un gobierno autoritario y dictatorial entre 1990 y 2000, violó los derechos humanos, dio un golpe de Estado y protagonizó sonados casos de corrupción por los que fue condenado a 25 años de prisión en varios juicios sucesivos. Incluso el conservador Mario Vargas Llosa anunció que votará por Humala en la segunda vuelta, así como el ex presidente Alejandro Toledo, que en la primera ronda cosechó 15 por ciento de los sufragios.

Si observamos el escenario político peruano desde las tres coordenadas que vengo proponiendo para el análisis de la transición sistémica en curso (las relaciones interestatales, el papel de los movimientos antisistémicos y el posdesarrollo o Buen Vivir), es evidente que los cambios que promovería el triunfo de Humala se concentran en el primer escenario. En los otros dos, por el contrario, habría más continuidades que cambios.

Perú es una pieza clave en la estrategia de control hegemónico de la potencia declinante, Estados Unidos. En el último medio siglo, salvo el breve periodo del gobierno militar de Juan Velasco Alvarado (1968-1975), quien se alineó con la Unión Soviética y promulgó una amplia reforma agraria, la presencia estadunidense fue consistente y constante. Perú es una de las principales salidas al Pacífico de la región, articula los países caribeños con el Cono Sur, permite el acceso a países siempre inestables como Bolivia, a la selva amazónica y, sobre todo, tiene una larga frontera con Brasil. El Pentágono tiene en Perú varias instalaciones militares que forman parte del anillo de bases que rodean Brasil.

Perú es, simultáneamente, una pieza clave en la estrategia de ascenso como potencia global de Brasil. “La construcción de nuestra salida estratégica hacia el Pacífico es fundamental para aumentar nuestra capacidad de exportación”, señaló Aloizio Mercadante en un encuentro de estudios estratégicos tres años atrás. Actual ministro de Ciencia y Tecnología del gobierno de Dilma Rousseff, Mercadante es uno de los más importantes dirigentes del PT de Lula, hijo de un destacado comandante militar y hermano del coronel Oswaldo Oliva Neto, uno de los principales planificadores estratégicos de los gobiernos petistas.

Las grandes obras que componen la IIRSA (Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana) trazan una decena de ejes de comunicación multimodal entre el Atlántico y el Pacífico, que son las piezas maestras de un tipo de integración que favorece la circulación de mercancías hacia y desde Asia, y benefician a la gran burguesía paulista. Varios de los corredores bioceánicos que componen la IIRSA confluyen en los puertos del sur de Perú y recogen la producción brasileña de un enorme arco que abarca desde la cuenca del Amazonas hasta los puertos y ciudades del sur y sureste brasileños, donde se concentra la producción de la séptima potencia industrial del planeta.

El choque de intereses entre Washington y Brasilia es evidente y augura fuertes tensiones en las elecciones peruanas. No es ninguna casualidad que dos de los asesores de la campaña presidencial de Humala sean miembros del PT, quienes han jugado un papel importante en la nueva imagen que proyecta el candidato etnocacerista en busca de acercarse a las clases medias de Lima. Aunque Perú ha firmado un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, lo que limita su margen de maniobra, desde el punto de vista geopolítico la alianza con Brasil de un hipotético gobierno de Humala facilitará los proyectos de largo plazo y, de modo muy particular, se aceleraría la construcción de una sólida salida al Pacífico.

El segundo interés de Brasil en Perú es la energía. En junio de 2010 se firmó el Acuerdo Energético Brasil-Perú para la exportación de la energía “sobrante” de las cinco represas hidroeléctricas que se construirán sobre el río Inambari en el sur peruano. Las represas son financiadas por Brasil y construidas por grandes empresas brasileñas, ya que es el interesado en consumir los 6 mil 673 MW que serán casi íntegramente exportados, ya que el consumo total de Perú es de 5 mil MW y no tiene necesidad de generar más electricidad, mientras su vecino está en plena expansión y está urgido de nuevas fuentes de energía.

En el plano interno, Humala se consolida en la región sur, superando 60 por ciento en las zonas de mayor tradición de lucha campesina, como Puno y Cuzco. Superó la mitad de los votos en departamentos andinos como Huancavelica y Apurímac, y cosechó amplios apoyos en Amazonas, fronteriza con Ecuador, donde hace dos años se produjo la rebelión de Bagua en defensa de los bienes comunes. Tuvo su peor votación en Lima, apenas por encima de 20 por ciento, pero ganó algunos distritos pobres. En Villa El Salvador, que supo ser referencia de los movimientos urbanos por su nivel de organización, ganó Fujimori, algo que muestra la crisis social provocada por la guerra de Sendero Luminoso y el fracaso de las izquierdas electorales.

La burguesía limeña, que sueña con Miami y da la espalda a los Andes, quiere revivir el orden jerárquico colonial, optando una vez más por el autoritarismo que encarna Fujimori, con la esperanza de repetir los jugosos negocios de los años 90. Ya no cuenta, empero, con los apoyos nacionales e internacionales de antaño.

sexta-feira, 22 de abril de 2011

Intelectuais israelenses apoiam criação de Estado palestino


Ilan Lior
Haaretz


Dezenas de intelectuais e personalidades públicas israelenses realizaram um protesto, quinta-feira à tarde, em frente à Sala da Independência de Tel Aviv, no boulevard Rotshschild, onde David Ben-Gurión pronunciou a declaração do Estado de Israel em maio de 1948. Os participantes do ato, entre eles 17 ganhadores do Prêmio Israel- a maior honraria israelense no campo das artes, ciências e letras -, expressaram seu apoio à criação de um Estado palestino de acordo com as fronteiras de antes da guerra de 1967.

Os manifestantes também planejam assinar sua própria declaração por escrito para expressar seu apoio e convidaram o público em geral a unir-se a eles na assinatura do documento. “O povo judeu surgiu na terra de Israel, onde forjou seu caráter. O povo palestino está crescendo na Palestina, onde se forjou seu caráter”, afirma o documento.

“Fazemos um chamado a todos os que buscam a paz e a liberdade para todos os povos para que apoiem a declaração de um Estado palestino e atuem para estimular os cidadãos dos dois Estados a manter relações pacíficas com base nas fronteiras de 1967 (...) O fim total da ocupação é um requisito fundamental para a libertação dos dois povos”, prossegue a declaração.

Os promotores da manifestação insistem que ela não é um protesto simbólico, mas faz parte de um processo mais amplo que conduza a uma legítima alternativa à política atual de Israel. “Nossa iniciativa não é uma demonstração de ingenuidade”, disse Sefi Rachlevsky, um dos organizadores do ato e colunista do jornal Haaretz. “Em lugar de ser o primeiro a estender sua mão e apoiar a independência palestina, Israel está trabalhando contra ela. Isso não é apenas um desastre moral, como também pode provocar uma catástrofe na qual se Israel se isolará e se transformará em uma espécie de África do Sul”.

O ponto de vista sionista

“Israel age desta maneira com a falsa ilusão de que pode continuar com seu comportamento colonialista, que se baseia no racismo antidemocrático que contradiz a própria declaração de independência”, acrescentou Rachlevsky.

“Estou falando desde um ponto de vista sionista”, explicou o professor Yehuda Bauer. “O sionismo propõe-se como objetivo a preservação de um lar nacional judeu com uma maioria judia sólida. Este era o sonho da esquerda, da direita e do centro do sionismo clássico. Mas a continuidade da ocupação garante a anulação do sionismo, ou seja, descarta a possibilidade que o povo judeu possa viver em sua terra com uma maioria forte e o reconhecimento internacional. Em minha opinião, isso torna claramente anti-sionista o atual governo de Israel”.

Bauer considera a criação de um Estado palestino nos moldes das fronteiras de 1967 como “a realização do nacionalismo judeu genuíno que existirá em paz na região e dentro da comunidade internacional”.

Vargas Llosa: "La intervención del Estado genera injusticia"


Martín Granovsky y Silvina Friera
Pagina 12


Defendió a Von Hayek y Friedman, los ultraderechistas que respaldaron a Pinochet y fundaron la Sociedad Mont Pelerin que lo invitó a la Argentina. Pero dijo que él nunca apoyó a una dictadura. Una entrevista con Vargas Llosa sobre la economía, Lula, Cardoso, el Estado, los liberales, Sudamérica, Humala y Dostoievski.

Si tiene que quedarse con un solo libro sabe cuál es: La guerra y la paz, de León Tolstoi. Conoce su próximo voto en el ballottage peruano: será por Ollanta Humala y no por Keiko, la hija del dictador Alberto Fujimori. Confiesa que se siente perplejo sobre la crisis económica internacional. Y, quizá porque la provoca, acepta la polémica.

Mario Vargas Llosa vino a Buenos Aires para dar una conferencia en la Feria del Libro y participar de una reunión de la Mont Pelerin Society, fundada en 1947, entre otros, por los economistas Milton Friedman y Friedrich von Hayek y presidida hoy por el neocelandés ultraconservador Kenneth Minogue, profesor de Ciencia Política en la London School of Economics. Los visitantes fueron agasajados por Mauricio Macri y discutieron un tema que los preocupa: “El desafío populista a la libertad latinoamericana”.

A las 10 de la mañana de ayer, cuando recibió a Página 12 en la suite presidencial del Sheraton, la bruma caía sobre Retiro. Vargas Llosa miró el paisaje desde la ventana dos veces, al llegar y antes de irse. En el medio concedió un reportaje que aquí se transcribe en el orden exacto en que fue realizado y entero, incluyendo su crítica a la Revolución Cubana y hasta la curiosa forma en que el escritor se refirió a su idolatrado Fernando Henrique Cardoso, el ex presidente brasileño: Henríquez.

–En El sueño del Celta un personaje dice: “Se puede ser un gran escritor y un timorato en asuntos políticos”. ¿Qué piensa usted de la frase?

–El personaje a quien se refiere es Joseph Conrad y no Roger Casement. Conrad era timorato políticamente por una razón obvia: era un recién venido a la nacionalidad británica. Por otra parte, tenía esa especie de lealtad perruna que tiene un inmigrante de primera generación al país que ha hecho suyo, que lo ha acogido y al que se ha integrado. Aunque eran muy amigos, el hecho de que Casement optara por Alemania en la Primera Guerra Mundial, un país al que, por razones obvias, los polacos...

–Como Conrad.

–Claro. Los polacos odiaban a Alemania tanto como a Rusia porque los habían desaparecido como país. Eso hizo que Conrad tomara distancia de Casement y retirara su firma de ese manifiesto de los intelectuales que pedían la conmutación de la pena. Debió dolerle mucho porque eran amigos. Casement tenía una enorme admiración por Conrad. Conrad sí había apoyado la lucha de Casement contra el gobierno belga por las atrocidades que se cometían en el Congo. El diálogo es ficticio, inventado.

–Pero Conrad retiró su firma.

–Sí, sí existió el hecho de que Conrad retiró su firma, y aunque no hay testimonios de eso, es segurísimo que para Casement debió ser muy doloroso que una persona que tanto admiraba, y que además tenía prestigio, no quisiera firmar esa solicitud.

–¿Qué es un timorato en política? Porque timorato es una palabra que se usa poco.

Es alguien que teme pronunciarse con claridad sobre aquellas cosas que cree. No es una persona vacilante...

–No está hablando de un apolítico.

–No, es una persona que no tiene el coraje de asumir públicamente sus opiniones políticas porque piensa que hay riesgos implicados en ello. Eso diría que es un timorato. Una persona puede ser vacilante, puede tener dudas respecto a ciertos temas, eso es perfectamente legítimo.

–Y es bueno, ¿no?

–Sí, es bueno, en muchos casos es bueno. Tener mucha seguridad es peligroso (se ríe).

–¿Qué es lo contrario de “timorato” para alguien que conoce tan bien la lengua como usted? ¿Hay un antónimo?

–(Piensa.) A ver... Yo creo que es un poco exacerbado decir “valiente”. No lo sé. Me parece que si una persona tiene ideas políticas, sobre todo en circunstancias en que esas ideas están puestas a prueba (y ya no se diga cuando están en peligro), debe defenderlas. Si cree en ellas, debe defenderlas. Sobre todo en América latina nosotros sabemos muchas veces adónde conducen esos riesgos. Entonces me parece que una persona debe defender sus ideas, preferentemente con razones y no a pedradas o puñetazos.

–¿Usted hizo un click en sus ideas políticas de un momento a otro?

–No. Un click de un momento a otro nunca, creo. Ha sido un proceso. Por ejemplo, el pasar de convicciones socialistas a convicciones democráticas y liberales ha sido un proceso que tiene distintas etapas, pero creo que se inicia a mediados de los años ’60, en relación con Cuba, básicamente.

–¿Pero en algún momento hace un click entre no decir las cosas o decirlas?

–No, no. Digamos que yo creo que estaba muy identificado con la izquierda, básicamente a partir de la Revolución Cubana, y empecé a tener ciertas dudas, pero no me atrevía a hacerlas públicas. La primera duda seria que yo tengo con la Revolución Cubana es cuando la Umap, las unidades militares de apoyo a la producción, un eufemismo para campos de concentración.

–¿Por qué lo dice?

–Eran campos de concentración donde metieron a gusanos, a criminales comunes y a gays. Para mí eso fue una experiencia muy chocante, yo no lo esperaba. Conocí a bastantes de los jóvenes que fueron a los campos de concentración.

–El año pasado Fidel Castro dijo al diario La Jornada de México que la persecución a los gays había sido uno de los grandes errores de la Revolución Cubana.

–Un poco tarde, ¿no? Porque en esa experiencia pues no solamente sufrieron terriblemente chicas y chicos que eran identificados con la revolución, los del grupo El Puente. Fue muy traumático, muy violento, y para mí fue la primera vez que tuve dudas muy serias de si la Revolución Cubana era lo que yo creía y lo que yo decía que era. Ese hecho me fue cambiando muchísimo, me creó muchas dudas, me empezó a estimular actitudes críticas frente a la revolución. Otra experiencia que resultó confirmatoria y mucho más importante para mi evolución fue el apoyo de Fidel a la invasión de Checoslovaquia, cuando la invasión de los países del Pacto de Varsovia.

–La de 1968.

–Sí. Fue la primera vez que ya no me importó “armar al enemigo”, y lo digo entre comillas para hablar de la fórmula chantajista que mantenía siempre a los críticos de izquierda en el silencio. Ahí escribí un artículo que se llamó “El socialismo y los tanques”, claramente haciendo una crítica a la revolución. Pero todavía fui una vez más a Cuba después de eso, que fue la última vez que he estado allá, ya no me acuerdo el año, no sé si ’69 o ’70, inmediatamente antes del caso (del poeta Heberto) Padilla. Todavía no lo habían metido preso, pero era evidente que lo iban a meter preso en cualquier momento. Padilla estaba enloquecido por la tensión en la que vivía, y el clima era un clima... de una... Uff, había zozobra, había miedo entre muchos escritores que conocía muy bien. Yo salí completamente angustiado de ese viaje, y al poquito ocurrió el caso Padilla, que fue lo definitivo.

–¿Ese fue un cambio de ideas socialistas a ideas liberales?

–No, el liberalismo es posterior. En ese momento el socialismo entusiasta pasa a ser un socialismo muy crítico, pasa a ser una socialdemocracia. Yo me sentí como se sienten los curas que de pronto se vuelven ateos: muy desamparado, muy solo, en un mundo muy confuso. Fue un proceso lento de revalorización de la idea de democracia, la importancia de esa democracia formal tan denostada por la izquierda, y empecé a leer a Raymond Aron, a (George) Orwell, a (Arthur) Koestler y a (Albert) Camus, a quien había leído y había atacado cuando yo era muy sartreano. Incluso publiqué un librito que se llama Entre Sartre y Camus, contando esa evolución.

–¿Y el liberalismo cuándo comenzó en usted?

–Primero fue una especie de rescate de la idea democrática, de la importancia de esos valores formales, de las formas en lo político. Y luego creo que el liberalismo fue el descubrimiento de Isaiah Berlin y (Karl) Popper. La lectura de Popper, la lectura de La sociedad abierta y sus enemigos para mí fue fundamental; es uno de los libros que más me ha marcado, me ha cambiado, me enriqueció extraordinariamente lo que es la visión del autoritarismo, de lo que es el totalitarismo, y cómo esa es una amenaza que está siempre presente, incluso en las sociedades más libres, más avanzadas.

–Usted acaba de participar de un seminario sobre populismo organizado en Buenos Aires por la Sociedad Mount Pelerin. Popper fue uno de sus fundadores.

–Sí, claro, Popper estuvo en el año ’47...

–Y (Milton) Friedman y (Friedrich von) Hayek también. Los dos terminaron sosteniendo la dictadura de Augusto Pinochet.

–No tienen ellos la culpa de la dictadura de Pinochet.

–Sostenes, no causantes.

–Pinochet aplicó políticas de mercado, pero jamás apoyó la política liberal, que parte de la democracia política.

–Pinochet no apoyó el liberalismo político, pero Friedman y Von Hayek apoyaron la dictadura de Pinochet.

–No, no. Apoyaron la política económica, pensaron que la política económica era la buena, pero nunca apoyaron la dictadura de Pinochet, nunca apoyaron los crímenes, nunca apoyaron la desaparición de un Congreso, de elecciones libres. Nunca. Von Hayek ha defendido... Miren... No sé si han leído The Constitution of Liberty, un libro absolutamente fundamental en defensa de la cultura democrática y de la libertad económica a partir de la libertad política. Es el sustento fundamental de la idea de Von Hayek.

–Pero no estamos hablando de las ideas sino del apoyo a una política concreta.

–Pues yo no conozco ninguna declaración de Von Hayek a favor de Pinochet, que haya estado defendiendo la dictadura de Pinochet. Todo el paquete, con los crímenes, las desapariciones. Y si la defendió, se equivocó.

–Si quiere pasemos a Friedman. Estuvo varias veces como invitado en el Chile de Pinochet.

–Pero fue a dar conferencias.

–Hasta escribió cartas de agradecimiento a Pinochet por haber aplicado sus recomendaciones económicas.

–No conozco esas cartas.

–Son de 1975. Aquí están, impresas. Podemos leerlas, pero se extendería el reportaje.

–Si Friedman y Von Hayek lo hicieron, se equivocaron. Cometieron una gravísima equivocación y hay que criticarlos por eso, porque ningún liberal debe apoyar una dictadura política. Y si lo hace se equivoca, y hay que criticarlo. Yo soy un liberal y nunca he apoyado una dictadura.

–Isaiah Berlin es una cosa, Popper, que fue cofundador de la Sociedad Mont Pelerin, es otra. Y los otros dos fundadores, Friedman y Von Hayek, fueron muy activos políticamente, en los Estados Unidos y en Chile.

–La Sociedad Mont Pelerin es una sociedad creada fundamentalmente para pasar revista o tomar el pulso a la situación de la economía en el mundo. Es una sociedad que crean especialistas en economía, a la cual yo no pertenezco. Es la primera vez en mi vida que he asistido a una reunión de la Mont Pelerin. Yo estoy totalmente a favor de la libertad económica como un correlato de o contrapartida de la libertad política. Esa es mi visión del liberalismo. Esa es la visión de liberalismo de los liberales que admiro, que leo. De tal manera que si hay liberales que han apoyado una dictadura, para mí no son liberales. No tengo por qué cargar con la responsabilidad de señores que defienden dictaduras.

–Una sociedad de liberales políticos que reivindican a Friedman y Von Hayek es como fundar un centro de estudios socialdemócratas y ponerle de nombre Sociedad Lavrenti Beria, en homenaje al jefe de la policía secreta de José Stalin.

–(Se ríe.) ¡Pero es injusto! La Sociedad Mont Pelerin defiende la libertad económica, está constituida fundamentalmente por economistas, pero que yo sepa, que yo recuerde, jamás se ha identificado con ninguna dictadura, porque esa dictadura hizo políticas de mercado. Von Hayek y Friedman defendieron la libertad económica que se introdujo en Chile, defendieron ciertas reformas.

–¿Esas reformas se podrían haber introducido en 1973 sin dictadura?

–Deberían haberse introducido en democracia. Esa es la postura de un liberal. Un liberal es un señor que cree en la libertad y que cree que la libertad es indivisible, que no se puede dividir la libertad política de la económica. Ese es un principio básico del liberalismo. Está en Adam Smith, el padre del liberalismo. Si hay alguien que pretende dividir la libertad política y económica, se equivoca: no tiene derecho a ser llamado un liberal o da una visión completamente corrompida y criticable del liberalismo. Eso no es el liberalismo que defiendo y con el que yo me siento identificado. Además, creo haber demostrado que mi conducta es una conducta clarísimamente de defensa de la libertad en el campo político, en el campo social y en el campo económico.

–Usted acaba de participar en una reunión sobre el populismo en América latina. Uno podría decir que Franklin Delano Roosevelt, el presidente norteamericano que asumió en 1933, fue un gran populista. ¿Está de acuerdo?

–Todo depende de las definiciones. Por ejemplo aquí el día de la inauguración de la Mont Pelerin el representante del presidente de la Sociedad dijo que había un populismo “bueno” y un populismo “malo”. El populismo bueno era el de Ronald Reagan. ¿Qué es lo que quería decir este señor? Entendía por populismo la proyección a nivel popular de las reformas liberales a través de un gran comunicador, como era Reagan.

–Es el momento en que comienza el proceso de mayor desigualdad histórica de los Estados Unidos. Lo dice Paul Krugman, otro Nobel pero de Economía, no de literatura.

–Sí, pero... Si yo tengo que corregir cada frase vamos a perder mucho tiempo.

–No es corregir o no corregir. Es una entrevista.

–Los liberales no estamos a favor de que haya desigualdad.

–¿Qué quieren?

–Que todo nazca del éxito, del esfuerzo, de la producción de bienes o servicios que benefician al conjunto de la comunidad. Que haya gentes que tienen mayores o menores ingresos en función de su excelencia, de su talento, es legítimo para un liberal. Lo que no es legítimo es que esas diferencias se establezcan a partir del privilegio o de la desaparición de la igualdad de oportunidades de base, que es un principio liberal.

–¿Y qué sucede cuando, por ejemplo, como dice Krugman, Reagan modifica la política impositiva y quita impuestos a los más ricos? ¿No cambia lo que usted define como igualdad de oportunidades de base?

–Mmmm, es que ahí tendríamos que discutir muchísimo. Krugman no es precisamente un liberal. Krugman es un hombre muy inteligente, pero es una especie de socialdemócrata con debilidades considerables hacia fórmulas socialistas, colectivistas. Tiene debilidades en ese campo.

–¿Usted dice que Krugman, el columnista de The New York Times, es colectivista?

–Sí, tiene debilidades colectivistas, como muchos socialdemócratas muy respetables, demócratas impecables que tienen debilidades colectivistas. Por ejemplo los demócratas cristianos son absolutamente demócratas, pero ellos creían que el Estado tenía que intervenir masivamente en la economía para suplir lo que llamaban las desigualdades de base. Los liberales siempre hemos criticado esa idea.

–¿Pero acaso la intervención del Estado no la propugnaba también Adam Smith?

–No, no. La intervención del Estado en la economía para suplir lo que los demócratas cristianos llamaban –porque eso ha cambiado– las debilidades de base, es una forma de intervencionismo que al final genera mucha más injusticia y muchos más privilegios. Pero en fin..., eso creo que nos aburriría muchísimo.

–Volvamos al tema del populismo. Del populismo bueno y del populismo malo.

–Pero eso decía ese señor y yo creo que se equivocaba. Llamaba populismo a una forma de popularidad. Entonces, si eso es populismo toda forma de comunicación exitosa sería populismo. Yo creo que populismo es sacrificar el futuro en nombre de una actualidad pasajera, efímera, y hacer política con esta visión. Hay un populismo de derecha y hay un populismo de izquierda, sin ninguna duda.

–¿El cortoplacismo sería un populismo?

–El cortoplacismo es una forma de populismo, sobre todo en medidas económicas. Pero hay un populismo político, no solamente económico.

–Si le parece volvamos a Roosevelt. Usted no desconoce qué hacía. Con la radio como herramienta, le hablaba directamente al pueblo sobre los efectos de la crisis de los años ’30.

–¿Pero qué es lo que consigue Roosevelt? Consigue dar seguridad en un momento de una inseguridad terrible. Entonces, con esa tranquilidad con la que él se dirige a su sociedad, a sus electores, crea una seguridad que hacía una falta extraordinaria para que la crisis económica no se profundizara.

–Roosevelt les decía a los ciudadanos que apelaba directamente a ellos para explicarles que el Senado y los bancos no lo dejaban resolver la crisis.

–Pero bueno, está bien... El Senado y los bancos en ese momento no lo dejaban gobernar. A veces es bueno no dejar gobernar a los políticos si hacen malas políticas, ¿no es verdad?

–¿Y en ese caso era bueno?

–No hablo de hacer revoluciones, pero sí de que existan una democracia y unas instituciones que permitan frenar las malas leyes. Por ejemplo en el Perú, en la época de Alan García, nosotros conseguimos parar una medida, que para mí era el final de la democracia: la nacionalización de los bancos. Y la paramos en democracia, sin hacer nada sedicioso, mediante manifestaciones y actos públicos. Y al final conseguimos que esa ley, que era una mala ley que podía acabar con la democracia en el Perú, no prosperara, diera marcha atrás y no hubo ningún muerto, ningún preso.

–¿Ningún liberal reivindica a Roosevelt y a John Maynard Keynes? Un liberal como usted, ¿qué dice?

–Keynes sí. Ambos fueron grandes demócratas. Keynes fue un genio, un hombre de una cultura absolutamente prodigiosa, y las tesis keynesianas, que la socialdemocracia luego hace suyas, son unas tesis generadas en un contexto muy especial de crisis terrible, en las que ya no estaba en juego una política económica sino la supervivencia de un país y de una cultura democrática. Ese es el contexto en el que nace el keynesianismo, que no se puede aplicar de una manera automática. Nadie ha descrito mejor que el propio Friedman lo que significa la inflación para un país, ¿no es verdad? Yo tengo mucho respeto por Keynes, creo que es uno de los grandes pensadores modernos, sin ninguna duda, y en cierta forma buena parte de su legado lo pueden reivindicar los liberales. Sin ninguna duda.

–En cierta medida, y siguiendo su frase de que nada se puede aplicar de manera automática, los países más importantes de Sudamérica estaban en una situación parecida a la que usted describe. Y en los últimos años resolvieron su tremenda crisis con mayor intervención estatal.

–Hay circunstancias en que ningún liberal va a rechazar una cierta intervención del Estado a partir de ciertos consensos democráticos, por supuesto. Sin ninguna duda, ¿no es verdad? En esta última crisis terrible, por ejemplo...

–La crisis mundial que comenzó en 2008.

–Sí. Frente a ella, los liberales han estado completamente divididos. Algunos decían que se trataba de “salvar al muerto” que se iba a morir. Entonces, si se va a morir, que intervenga el Estado. Otros liberales decían que lo que se iba a morir no era el Estado sino las políticas que nos han llevado a esta crisis absolutamente monstruosa.

–¿Y usted qué decía?

–Yo estaba en la confusión total, y creo que ahí se necesitaba un tipo de conocimiento técnico de la magnitud de la crisis y de las consecuencias para tomar una decisión. Yo carecía de eso y simplemente, como sobre muchas otras cosas, lo que he declarado es mi perplejidad. Sobre eso no puedo opinar porque no sé, opinaría a partir del puro pálpito y creo que eso es irresponsable, no en literatura, pero sí en política.

–¿Tiene un pálpito para el ballottage peruano entre Ollanta Humala y Keiko Fujimori?

–No hay pálpito allí sino un conocimiento muy claro. Hay un mal mayor y un mal menor. El mal mayor es Keiko Fujimori y entonces yo voto por Humala. Eso es clarísimo. Los problemas que pueda traer Humala ya los enfrentaremos cuando venga. Pero tengo una esperanza que quiero que quede escrita. Mi esperanza es que Humala se aleje realmente de (Hugo) Chávez y se acerque realmente a gente como (Luiz Inácio) Lula (da Silva), como (José) Mujica, como (Mauricio) Funes, y haga una política semejante en el campo económico.

–De cualquier modo, en América latina cada país se termina dando su destino nacional, no hay forma de copiar...

–No hay destinos nacionales...

–Aunque alguien quiera copiar, no podrá hacerlo porque cada nación es única.

–Hay formas de copiar la orientación, hay formas de entender que la creación de la riqueza pasa por el mercado, no pasa por el estatismo. Las pruebas son tan absolutamente contundentes... Eso lo han entendido el socialismo chileno, el uruguayo, el brasileño. Hay una izquierda peruana que ya entiende eso, aunque es muy pequeñita. Ojalá con Humala ésa pasara a ser la política que se adopte. Sería una salvación.

–Usted habló de Lula como modelo. Su estrategia fue de intervención fuerte del Estado.

–No tan intervencionista gracias a que el anterior presidente fue Henriquez Cardoso. Las grandes reformas que ha aprovechado Lula las hace Cardoso. El es el gran estadista.

–¿Fernando Henrique Cardoso?

–Sí.

–Pero Lula no representó la continuidad respecto de Cardoso sino la ruptura.

–¡No, no, no! ¿Cómo? ¡Qué horror, qué injusticia! ¡Qué dices!

–Brasil creció y se hizo más justo con Lula.

–Pero porque la gran reforma económica, la gran reforma monetaria la hace Henriquez Cardoso. Crea las bases de una economía de mercado. Abre las fronteras de Brasil. Lo que pasa es que lo hace con discreción, con una elegancia británica porque no es un populista. Entonces Lula, que no sabía nada de economía, que no entendía absolutamente nada...

–¿Usted dice que un hombre que fue fundador del Partido de los Trabajadores y secretario general de los metalúrgicos no sabía nada de economía?

–Lula de pronto se encuentra con un país preparado gracias a la extraordinaria habilidad y la inmensa cultura de Henriquez Cardoso, que es el que abre la modernidad para Brasil, el que introduce una economía de mercado auténtica, el que hace entender a la izquierda brasileña que no hay creación de riqueza sin mercado, sin empresa privada, sin inversiones, sin integración al mundo. Y Lula, en buena hora para Brasil, sigue esa ruta.

–Tal vez Lula sea considerado “tribal” por Hayek, pero Lula es el que habla de justicia social, no Cardoso.

–Hablar de justicia social no quiere decir nada...

–Hayek decía que buscar la justicia social es una actitud que venía de las tribus o las hordas. ¿Lula fue tribal al poner en práctica ese principio?

–Para hacerlo hay que crear riquezas. Un país tiene que prosperar. Eso es lo que ha permitido la política de Henriquez Cardoso: que ese país prospere.

–Pero el país no creció con Cardoso, y no superó el tres por ciento anual.

–Pero creó las condiciones y empezó a crecer y se ordenó la moneda. Encontró una estabilidad que en la historia Brasil prácticamente no había tenido nunca. Esa estabilidad es fundamental para que haya una economía de mercado. ¿Cómo puede haber inversión, cómo puede un empresario proyectar su plan de trabajo, de inversiones, si la moneda está sujeta a los vaivenes permanentes como estaba cuando sube al poder Henriquez Cardoso?

–Tal vez la novedad de Lula sea que la justicia social no fue sólo un valor sino una condición de eficacia y posibilidad práctica para conseguir el desarrollo económico.

–Ahí nos estamos acercando ya, creo (risas). No hemos hablado nada de literatura, sólo una preguntita. El ideólogo no lo ha permitido (se ríe). Una entrevista tras otra... Qué barbaridad, es un ritmo estajanovista.

–Es una palabra muy soviética.

–Ahora que la Unión Soviética desapareció se pueden decir.

–¿Es retro, es vintage?

–He visto en Nueva York los retratos del realismo socialista y ahora resulta que la frivolidad ya los puso de moda. La frivolidad de la vanguardia hace que toda esa pintura se empiece a rescatar en las galerías neoyorquinas.

–¿Qué hubiera dicho Milton Friedman?

–Friedman era un buen lector de novelas. La única vez que conversé con él no hablamos nada de economía, sólo de literatura.

–¿Qué está leyendo usted ahora?

–El último libro de Jorge Edwards, La muerte de Montaigne. Parece una crónica histórica y después empieza a surgir la ficción.

–¿Con qué libro se quedaría?

La guerra y la paz. Si tengo que quedarme con uno solo quizá me quedo con ése.

quinta-feira, 21 de abril de 2011

De mulas, bicicletas y libre comercio


Roberto Bissio
Red del Tercer Mundo


Las rondas de negociaciones sobre el comercio mundial duran años. La Ronda Uruguay que creó la Organización Mundial (OMC) de Comercio e incorporó la propiedad intelectual, los servicios y las inversiones a la discusión demoró ocho años, de 1986 a 1994. La actual Ronda de Doha, también llamada “del desarrollo” porque debería incorporar los temas que interesan a los países de la periferia, comenzó en 1991 y está estancada.

Para combatir el aburrimiento y captar algún interés de la prensa, los negociadores aguzan el ingenio en un esfuerzo por encontrar metáforas inteligibles… y que ahorren el trabajo de analizar las cifras y leer los documentos (los anexos de la Ronda Uruguay tienen veinte mil páginas). Así, por ejemplo, el argumento de que la liberalización comercial sería un proceso permanente que no puede entorpecerse sin exponerse a graves riesgos venía siempre acompañado de la metáfora de la bicicleta: si no está en movimiento se cae.

Hasta que un día, enojado por las continuas presiones hacia una apertura más acelerada que la que su país estaba dispuesto a conceder, el embajador de India en Ginebra, BK Zutshi, replicó con sorna al negociador norteamericano: “En mi país algo sabemos de bicicletas, y le aseguro que cuando se prende la luz roja del semáforo todo el mundo para y nadie se cae. Si quiere le explico cómo se hace”…

El 7 de abril, en charla con la prensa, el director general de la OMC, Pascal Lamy, intentó ponerle buena cara a las cifras que su organización acaba de publicar y que muestran un record en el crecimiento comercial de casi quince por ciento en 2010, pero con un pronóstico bastante pesimista de apenas seis por ciento para 2011, una cifra que podría revisarse a la baja si el impacto del terremoto y la emergencia nuclear en Japón es superior al pronosticado. Para peor, el clima político tampoco es favorable a más liberalización comercial y la Ronda de Doha no logra superar el escollo del acceso a los mercados de productos no agrícolas. Es un momento “muy difícil”, admitió Lamy, “pero la OMC es como una mula, confiable y tenaz”. Agregó que los números sobre el comercio “al igual que la mula, no retroceden. La dificultad con la mula es que a veces se detiene y no avanza, no retrocede pero se niega a avanzar”. Alegó que esto es lo que ocurre hoy con el sistema comercial mundial.

El comercio internacional cayó doce por ciento en 2009, antes de tener en 2010 el mayor crecimiento registrado desde que se comenzaron a llevar estadísticas en 1950. El total de lo producido en el mundo creció 3.6 por ciento en 2010, o sea que el comercio aumentó cuatro veces más que la producción real. La OMC alega que el motivo de este crecimiento es el mismo que provocó la caída de 2009: “Las cadenas globales de producción hacen que los bienes crucen las fronteras nacionales varias veces durante el proceso de producción, lo cual hace que el comercio internacional que medimos crezca mucho más que en décadas pasadas”. Los bienes más afectados por la crisis, como maquinaria industrial y bienes de consumo durables, se cuentan entre aquellos cuyas partes circulan internacionalmente en mayor proporción antes de que se exporte el producto final y ello explicaría tanto la gran caída de 2009 como la recuperación del año pasado, ambas mucho mayores que el ascenso y caída de la producción.

“Hace treinta años”, escribió Lamy en una columna del Financial Times, “los productos eran ensamblados en un país usando insumos del mismo país y medir el comercio era fácil. Ahora la manufactura se organiza en cadenas globales y la mayor parte de los bienes deberían decir ‘hecho globalmente’ y no ‘made in China’. Esta no es una distinción académica. Con fricciones políticas causadas por los desbalances comerciales, la forma en que medimos el comercio puede exacerbar las tensiones geopolíticas”.

El veterano periodista Chakravarthi Raghavan, quien acompaña las negociaciones comerciales en Ginebra desde hace cuarenta años, discrepa con Lamy sobre la novedad del fenómeno y muestra un ejemplar de 1785 del Annual Register (un almanaque anual que se publica ininterrumpidamente desde 1758) donde se cuenta que “el gusto francés por los carros ingleses es tal que más de ochocientos juegos de ruedas y amortiguadores están siendo embarcados a Francia para fabricar vehículos à la mode d’Anglois”.

Si las cadenas de producción son un fenómeno tan viejo, el problema no es si las exportaciones chinas tienen un sesenta por ciento de componentes importados o esa proporción es mayor, sino que proporción del valor agregado en China es, en realidad, ganancia para las trasnacionales que organizan el negocio.

Raghavan cita como ejemplo las relaciones comerciales entre Portugal e Inglaterra que estudiaron los economistas clásicos como Adam Smith y Ricardo hace más de dos siglos: los campesinos portugueses cultivaban las uvas, fermentaban su jugo y lo vendían en barriles a los comerciantes de Bristol, que lo embotellaban y llevaban a Inglaterra en navíos ingleses. Como resultado, las ganancias de las exportaciones portuguesas quedaban en manos de los comerciantes ingleses y Portugal sigue siendo hoy una economía subdesarrollada mientras que Inglaterra fue la potencia mundial hasta casi la mitad del siglo XX.

Moraleja: Hay que ser más cuidadoso con las metáforas que se usan para defender el libre comercio a toda costa. Después de todo la mula, cruza de asno y yegua, es un animal estéril.

quarta-feira, 20 de abril de 2011

Al Partido Socialista de Chile y a todos los socialistas allendistas


Sergio Aguiló & Jorge Arrate
Clarin


Hace poco más de dos años ambos compartíamos pertenencia orgánica en el Partido Socialista. Hasta hace unos meses, si bien manteníamos un alto grado de coincidencia en cuestiones esenciales, observábamos con prismas distintos, aunque siempre convergentes, el devenir socialista. Hoy, ambos somos parte de un proyecto político que, junto a muchas otras compañeras y compañeros identificados o no con el patrimonio histórico socialista, impulsamos con fervor y, sobre todo, con esperanza.

Estamos propiciando una reconfiguración de una izquierda chilena protagónica, que alcance niveles de influencia y decisión muy superiores a los que actualmente tiene. Nos anima la convicción que con una izquierda potente Chile sería otro Chile.

Estamos muy lejos de pensar que somos los poseedores de una fórmula infalible. Sabemos que no las hay. Y sabemos también que la historia es un importante referente para definir la tarea a emprender, pero no un modelo que pueda ser imitado. La proyección que hagamos ha de ser una amalgama de nuestro análisis de la realidad, nuestra experiencia colectiva y la imaginación política que aportemos todos y cada uno a un nuevo proyecto.

Nuestra idea es fortalecer izquierda, consolidarla, promover más izquierda, mejor izquierda. Chile seguirá sin que nada se modifique demasiado si la izquierda es un actor de segunda, si es mirada como aliado electoral circunstancial en tiempos de derrota. Claramente, para este propósito no basta, a nuestro juicio, reproducir el entendimiento entre socialistas y comunistas que constituyó la poderosa y atractiva matriz allendista y un proyecto democrático y socialista. Hoy día los partidos, incluso los de izquierda, han visto resentido su significado social y en el caso de Chile no dan cuenta de un universo de aproximadamente la mitad de los ciudadanos potenciales que están fuera de la política y del ejercicio del sufragio. Una izquierda reconfigurada, heterogénea, diversa, orgullosa de su pasado y de mirada futurista, capaz de generar un nuevo magnetismo, requiere un agrupamiento innovador de fuerzas, que signifique el aporte insustituible de los grandes partidos de los trabajadores y también el de los movimientos sociales emergentes, de sus dirigencias y adherentes, y de una infinidad de ciudadanos que tienen una identidad, un razonamiento y un sentimiento de izquierda y que no encuentran por ahora dónde expresarlo.

En lo más concreto, para nosotros el principal desafío de este momento es sentar las bases de este proyecto mediante un entendimiento amplio que incluya a socialistas y comunistas, a otros referentes que se definan de izquierda y a la nueva fuerza de izquierda que estamos construyendo con el esfuerzo de agrupaciones políticas, líderes sociales y compañeras y compañeros independientes decididos a participar activamente en la transformación radical de nuestra sociedad. Este empeño es tarea de hoy, no de mañana. Disponemos de una oportunidad histórica para interpretar y cristalizar el sentido común popular. La mayoría de los chilenos y chilenas observan con perplejidad, y a veces irritación, el juego sin contenido entre la Alianza gobernante, autoritaria y excluyente, y una Concertación que, despojada de su voluntad inicial transformadora, ha ido perdiendo identidad y fuerza.

Somos ajenos a toda postura sectaria. Comprendemos que una izquierda innovadora debe ejercer su potencia en todos los espacios colectivos: en la base social, en primer lugar, en el sindicalismo, los barrios y las comunas, las escuelas y universidades, en los movimientos mapuche, feministas, ecosocialistas, profesionales, por la diversidad sexual, por los derechos humanos y otros de características similares. Entendemos que todos los planos culturales, sociales y políticos, incluido el electoral, son territorios de batalla de ideas y acciones. Advertimos que nuestro avance requerirá entendimientos programáticos puntuales, o electorales, en las diversas instancias y con todos quienes concuerden en que el adversario principal es la derecha y los poderes que ella expresa. Sin embargo, colocamos como primera tarea la reconstrucción de una izquierda poderosa, porque sostenemos que esa es condición para que eventuales pactos o acuerdos puedan significar avances democratizadores reales y no mecanismos destinados a mantener en funcionamiento un sistema político de democracia limitada y un esquema económico mercantilista que ensancha las desigualdades sociales. No admitimos que Chile deba elegir entre dos opciones básicamente de derecha, mientras la izquierda no significa, es un puro complemento o carece de influencia real.

Esta voluntad de izquierda, un primer y fundamental requisito para impulsar este proyecto, debiera complementarse con nuevas formas de organización que validen las diferencias políticas razonables y que ofrezcan garantías de visibilidad a las opiniones minoritarias, con criterios de descentralización y reconocimiento a las especificidades regionales y con fórmulas en permanente renovación que impidan el predominio de castas burocráticas o élites dirigentes, pongan fin a la libre circulación de lobistas inescrupulosos y al tráfico entre la política y los negocios. Una plataforma común debería fundarse en definir la razón democrática como la rectora de los asuntos públicos en vez de la razón de mercado que impera en la actualidad. Y contener, a lo menos, claros compromisos de impulsar una nueva Constitución a través de un poder constituyente electo con reglas realmente democráticas; la recuperación de nuestras riquezas naturales básicas, como el agua, el cobre y el litio; la ampliación de las libertades individuales y sociales, entre ellas el derecho a una educación pública gratuita en todos sus niveles; y un proyecto de desarrollo económico que no se funde en la depredación de la naturaleza, que genere instituciones sociales solidarias y con sentido igualador y que se refuerce con políticas efectivas de integración latinoamericana.

Hace tres años, en el Congreso que el PS realizó en Panimávida, propusimos constituir “un nuevo pacto democrático y popular”. Era un momento en que la Concertación estaba encabezada por una Presidenta socialista y en que podía ampliar su horizonte, hacer un balance de su tarea e iniciar otra etapa con nuevos agrupamientos de fuerzas y perspectivas. Hoy es un momento diverso. La eventual apertura de la Concertación aparece ante la opinión pública como una necesidad, no como una proyección positiva y un paso superior, ni como el resultado de una autocrítica rigurosa. Se aprecia más bien como un impulso dictado por el cálculo electoral. Sin embargo, sigue abierta la posibilidad de un giro real, que signifique cerrar el ciclo actual y disponerse a iniciar el siguiente. Aquella organización que mejor puede contribuir a este giro, por su historia, tradiciones, doctrina y composición social, es el Partido Socialista de Chile.

Eugenio González y Salvador Allende fueron grandes constructores de socialismo y libertad, de democracia y socialismo. Esa es su herencia: socialismo y libertad, democracia y socialismo. Estamos seguros que nos reencontraremos en este ideario imprescindible para la lucha popular por una digna convivencia y en el empeño apasionado por realizarlo. Muy sinceramente, ojalá este encuentro sea lo más pronto posible.

Cuba aprova plano de reformas na economia



Gerardo Arreola
La Jornada


O sexto congresso do Partido Comunista de Cuba (PCC) aprovou dia 18 o plano de reforma de Raúl Castro e elegeu o novo Comitê Central. O congresso reconheceu as deficiências próprias que se somam aos fatores externos adversos, como a desorganização, a burocracia, o paternalismo e a falta de planejamento e cobrança, segundo a resolução sobre o Informe Central de Castro. O PCC aceitou as justas críticas a sua ingerência na operação do Estado e da economia e anunciou que pretende erradicar essas deficiências em sua política de renovação de dirigentes.

A reunião concluiu seus trabalhos com a aprovação do Informe, a versão final das Diretrizes da Política Econômica e Social e a decisão de revisar a estrutura administrativa dos governos provinciais e municipais. Também realizou a votação em urnas para escolher o novo Comitê Central. Em sua primeira sessão, que poderia ser antes desta cerimônia, o Comitê Central terá que escolher o Bureau Político, o órgão executivo, no qual Raúl Castro deve substituir seu irmão como primeiro secretário.

O que ainda se ignora é como o PCC aplicará a demanda feita por Raúl Castro no sábado para garantir o rejuvenescimento sistemático de toda a cadeia de cargos administrativos e partidários. Essa fórmula, disse o mandatário, inclui seus próprios sucessores nos postos de chefe de Estado e de governo e de líder do partido.

Na noite de segunda, conhecia-se apenas um sinal indireto sobre o caso. Das três resoluções principais aprovadas na plenária, duas foram apresentadas por líderes de uma nova geração, ambos de 50 anos, e que foram promovidos á primeira linha de mando sob o mandato de Raúl: o vice-presidente Marino Murillo, principal operador da reforma, e o ministro de Educação Superior, Miguel Díaz-Canel.

A terceira resolução foi lida pelo líder parlamentar Ricardo Alarcón, de 73 anos, que já é membro do Bureau Político, assim como Díaz-Canel. Murillo também poderá integrar esse órgão dirigente. Ele dirigiu a elaboração e o debate do Projeto de Diretrizes da Política Econômica e Social, documento base do Congresso e plano estratégico da reforma.

Na linha do discurso de seu irmão mais novo, Fidel Castro escreveu em seu comentário difundido na segunda-feira que a nova geração está chamada a retificar e mudar sem vacilação tudo o que deve ser retificado e mudado. Por sua vez, a resolução diz que o Informe é coerente com o pensamento e a ação do companheiro Fidel Castro Ruiz, líder da revolução cubana, que conduziu nosso povo durante mais de meio século e continua contribuindo para a luta com suas valiosas reflexões e orientações.

Novas diretrizes

O congresso aprovou a versão modificada das Diretrizes, que surgiu da discussão nacional entre dezembro e fevereiro e de suas próprias sessões. A resolução indicou que a reforma primará pelo planejamento, que levará em conta as tendências do mercado. Estes princípios devem ser harmonizados com maior autonomia das empresas estatais e o desenvolvimento de novas formas de gestão. O modelo reconhecerá e promoverá, além da empresa estatal socialista, forma principal na economia nacional, as modalidades do investimento estrangeiro, das cooperativas, dos pequenos agricultores, dos arrendatários, dos trabalhadores autônomos e outras formas que possam surgir para contribuir para elevar a eficiência.

Na política econômica está presente o conceito de que o socialismo significa igualdade de direitos e oportunidades para todos os cidadãos, não igualitarismo, e se ratifica o princípio de que, na sociedade socialista cubana, ninguém ficará desamparado, destacou o acordo.

O congresso apoiou as demandas de Raúl Castro para evitar que seu projeto fique no papel: uma comissão especial será criada para verificar e coordenar as ações da reforma. A comissão é um traje feito sob medida para Murillo, que no mês passado deixou o Ministério de Economia e Planificação para ficar só como vice-presidente encarregado deste setor. A nota oficial que anunciou a mudança disse que o funcionário ficava encarregado de supervisionar a implementação e que nessa missão deverá concentrar seu trabalho na aprovação das diretrizes no congresso.

A reunião também pediu ao parlamento que respalde a reforma com a necessária base legislativa e que o PCC se encarregue de exigir o cumprimento das diretrizes. Além disso, anunciou que pretende estudar o funcionamento dos governos locais, para sua adaptação ao novo modelo econômico, o que incluirá mudanças na divisão administrativa, a reorganização das principais cidades e ajustes no sistema eleitoral.

Luz verde para negociação de imóveis

Entre as decisões particulares do congresso conhecidas até a noite de segunda, talvez a mais transcendente seja a aprovação das compra e venda de imóveis entre particulares, um fenômeno novo para gerações inteiras de cubanos, que ainda demandará uma regulamentação e detalhamentos. Grande parte dos cubanos tem formalmente a propriedade de sua moradia, mas não pode vendê-la nem comprar outras casas ou apartamentos. As mudanças de residência só acontecem sob a forma da permuta. Na prática, esse mecanismo propiciou a corrupção nos escritórios governamentais encarregados de registrar as operações, e facilitou o surgimento de um mercado negro entre os proprietários, que terminavam executando uma transação mercantil.

O congresso também decidiu facilitar a renovação e construção de habitações, em um claro incentivo à participação privada na solução do déficit habitacional, e uma aproximação na direção de um possível mercado imobiliário.