sábado, 30 de junho de 2012

Mercosur: Castigo para Franco y bienvenida a Chávez

Nicolás Lantos
Página 12

Los presidentes de Argentina, Brasil y Uruguay decidieron, tras un largo debate, que Paraguay sea apartado del mercado común hasta que normalice su situación institucional. Acordaron no aplicar sanciones económicas. La Unasur hizo propia la decisión.

Paraguay permanecerá suspendido hasta que “se verifique el pleno reestablecimiento del orden democrático”, pero no recibirá sanciones económicas, al tiempo que Venezuela se incorporará el mes que viene al Mercosur. Estas fueron las principales medidas adoptadas por el bloque regional en el marco de la XLIII Cumbre de Jefes de Estado que se llevó a cabo en Mendoza. Ambos tópicos se saldaron tras un fuerte debate entre Argentina, Brasil y Uruguay, cuyas posiciones sobre ambos temas “diferían en algunos aspectos instrumentales”, y que demoraron algunas horas el cronograma previsto, pero finalmente hubo coincidencia en esos puntos y una absoluta ratificación de las cláusulas democráticas adoptadas por el bloque, luego de que fueran puestas a prueba por primera vez. Según confirmaron a este diario fuentes diplomáticas, se trató de “una de las cumbres más difíciles” en los más de veinte años de vida de este organismo supranacional, pero “haber terminado la jornada con una decisión consensuada fortalece a todos los países miembro”. Además, se consiguieron acuerdos en materia de comercio intrarregional, un nuevo apoyo al reclamo argentino por la soberanía del Atlántico Sur y disposiciones acerca de trabajo infantil, entre otros temas. Por la tarde, los jefes de Estado de la Unasur, reunida de forma extraordinaria para tratar el tema Paraguay, se plegaron a la decisión tomada por Argentina, Brasil y Uruguay y también decidieron castigar a Asunción apartando al régimen de Federico Franco del bloque.

“El Mercosur resolvió la suspensión temporal de Paraguay hasta tanto se lleve a cabo el proceso democrático que nuevamente instale en ese país la soberanía popular, en elecciones libres y democráticas, y elijan nuevo presidente. Y que no se aplicarán sanciones económicas”, informó Cristina Fernández de Kirchner pasado el mediodía, cuando comenzó finalmente el plenario de la Cumbre. Atrás quedaban varias horas de debate tripartito entre CFK y sus pares Dilma Rousseff (Brasil) y José Mujica (Uruguay). Fue posible encontrar un consenso alrededor de una serie de puntos: la necesidad de sancionar a Paraguay de acuerdo con lo establecido por la cláusula democrática del bloque, como único reaseguro de que estas situaciones no se vuelvan más graves y más frecuentes; la importancia de que las sanciones no atenten contra la más pronta recuperación de la democracia paraguaya y el imperativo de evitar que las penas impuestas terminen afectando al pueblo antes que a la dirigencia de ese país. En ese marco, en el documento final se aprobó un crédito millonario para obras de infraestructura en Paraguay.

Las principales diferencias habían surgido alrededor de la posición acerca de los representantes paraguayos en el Parlamento del Mercosur: sucede que allí son elegidos por voto popular (a diferencia de los otros países que todavía no establecieron ese mecanismo) y la postura uruguaya era la de respetar ese mandato, pero finalmente primó la decisión de apartarlos, ya que, al perder su status el país por causa de la suspensión, también quedan suspendidos todos sus delegados. Este lunes estaba prevista una sesión del ParlaSur que fue levantada a la luz de los acontecimientos. De todas formas, los diputados paraguayos anticiparon que concurrirían igual a Montevideo, por lo que se llevará a cabo una reunión informal de ese órgano, incluyendo a los miembros suspendidos.

“La suspensión apareja la limitación en la participación de los órganos y la pérdida de los derechos de voto y veto y del derecho a participar en los órganos del Mercosur en los términos del artículo IV del Protocolo de Ushuaia. La suspensión no debe producir perjuicio alguno al pueblo paraguayo”, según informó el canciller argentino Héctor Timerman, por lo que, desde el momento en que entró en efecto esta sentencia, quedó allanado el camino para que Venezuela se sume al Mercosur, ya que ese trámite había sido aprobado por los demás socios y sólo restaba el OK del Senado paraguayo. De todas formas, Timerman despejó dudas sobre la relación entre ambas decisiones. “No están relacionadas, los cancilleres (de la Unasur) hicimos todo lo posible por evitar” el golpe de Estado, aclaró.

El ingreso de Venezuela al Mercosur también generó rispideces y otra vez fue Uruguay el que presentó los mayores reparos a acelerar los tiempos para que Caracas se sume al bloque, pero terminó nuevamente imponiéndose el interés de Argentina y de Brasil, para quienes la presencia venezolana podría ayudar a paliar los efectos de la crisis económica para todos los países miembro (por tratarse de un importador neto, tanto de alimentos como de productos industriales). Finalmente, dentro de un mes, el 31 de julio, los mandatarios del bloque se darán cita en Río de Janeiro para formalizar la unión. Los países miembros asociados del Mercosur terminaron por plegarse a las decisiones tomadas por la troika. “La idea del Mercosur es integrar a todos los países de América del Sur”, apuntó el canciller Timerman. “El bloque está en condiciones de expandirse y también establecer acuerdos. Este es un gran momento para el Mercosur”, agregó el diplomático ante la consulta de este diario.

Sobre el cierre de la reunión y con un típico golpe de martillo, CFK pasó la presidencia pro tempore del bloque a manos de Rousseff, quien la ejercerá por los próximos doce meses. “Tenemos que profundizar nuestro modelo de crecimiento, que es la redistribución del ingreso y la inclusión social”, sostuvo la brasileña y agregó que el deber de la región es “impulsar este mercado común construido a lo largo de décadas de esfuerzo”. “Estamos aquí para asegurar que nuestro patrimonio de integración sea cada vez más fortalecido”, subrayó, antes de pedir que se continúe con un proceso “que elimine las asimetrías y que garantice un mayor crecimiento en nuestras economías”.

sexta-feira, 29 de junho de 2012

México: Elecciones y pueblos indígenas

Francisco López Bárcenas
La Jornada

Este primero de julio, cuando los miembros de algún pueblo indígena de México que acudan a elegir al próximo presidente de la República, para renovar el Poder Legislativo, o para algún otro cargo en los poderes locales, lo harán conscientes de que durante sus campañas ninguno de los candidatos a esos cargos profundizó en propuestas que atiendan las demandas y aspiraciones de nuestros pueblos. La candidata del Partido Acción Nacional los ignoró completamente; el del Partido Revolucionario Institucional se refirió a ellos prometiendo seguir proporcionándoles asistencialismo –es decir, menos de los mismo–, mientras el del Movimiento Progresista por un lado fijó postura en favor de sus reclamos, al mismo tiempo que se pronunciaba por continuar con algunos megaproyectos contra los que éstos luchan, porque violan sus derechos y atentan contra su futuro.

Muchos son los ciudadanos que se preguntan por qué tendrían que pronunciarse los candidatos por los pueblos indígenas y hay varias formas de responder a esta interrogante. Una de ellas es que los pueblos indígenas existen y tienen derechos reconocidos, que hasta ahora el Estado no ha respetado, por lo que vale la pena saber qué piensan los próximos funcionarios. Oficialmente en México existen 62 pueblos indígenas y sus integrantes representan al menos 10 por ciento de la población mexicana, un porcentaje nada despreciable en términos de votos –que es lo que a los candidatos, y a los partidos que los postulan, les interesa–, pero sobre todo porque estos pueblos son en gran medida los dueños de una parte importante del territorio nacional, y de los recursos naturales en ellos existentes, y cada uno de ellos tiene su propia cultura, a través de la cual forja su propia forma de ver el país y su futuro, el del país y el de ellos.

Justo por no atender esta situación, en la actualidad diversos pueblos indígenas luchan contra el Estado y empresas de diverso tipo, que con su actuar violentan sus derechos. Entres las luchas que más sobresalen se cuentan las que enfrenta a las empresas mineras, las que buscan privatizar el agua, los bosques y la tierra, las que no les permiten pescar en los mares adyacentes a sus asentamientos para obtener sus alimentos, o las que invaden sus territorios para aprovechar la fuerza eólica y producir energía que a ellos no los beneficia en nada. Se trata de proyectos cuyo denominador común es el despojo del patrimonio de los pueblos indígenas. Pero no son los únicos. Junto a ellos existen otras luchas que buscan construir gobiernos y sistemas de seguridad propios ante la incapacidad del Estado para brindarla. En síntesis, mientras los partidos pelean por hacerse del poder, los pueblos luchan por su autonomía.

En las actuales circunstancias políticas del país las elecciones por cargos públicos y la lucha por la autonomía son dos caminos con rumbo distinto, que difícilmente tienen punto de encuentro, porque la estructura actual del Estado, de la cual las elecciones renovarán a los funcionarios y representantes populares, impide el ejercicio pleno de los derechos por los que luchan los pueblos indígenas. Muchos no entienden esta situación, por eso se sorprenden de que los pueblos no tengan un pronunciamiento expreso sobre las elecciones, y más específicamente, que no se inclinen a favor de un candidato en particular; pero los pueblos que luchan por sus derechos saben que cualquiera que gane ellos tendrán que seguir luchando por sus derechos. Tampoco es lo mismo que gane cualquiera, pero para decidir sobre eso no ven necesario tomar postura pública.

Por eso lo más seguro es que este domingo, al emitir su voto, los ciudadanos que forman parte de los pueblos indígenas emitan votos diferenciados. Muchos votarán por el candidato del Movimiento Progresista para la Presidencia de la República, pero esos mismos electores seguramente votarán en contra de algunos candidatos a diputados de esa misma coalición política, pues en varios casos son los que se oponen a sus luchas. Otros seguramente no votarán, decepcionados de las maneras en que se eligieron los candidatos, su falta de propuestas o su desinterés por sus luchas. Finalmente, no faltarán quienes lancen encendidas proclamas a la clase política exigiendo, en nombre de los pueblos indígenas, espacios dentro de la burocracia estatal. Allá ellos y quienes los escuchen. Porque los pueblos indígenas van por otros rumbos.

quinta-feira, 28 de junho de 2012

Los estudiantes chilenos volvieron a las calles

Agencias

En medio de denuncias de enriquecimiento ilícito de ministros y líderes opositores a través de universidades privadas, miles de estudiantes protagonizaron la tercera marcha estudiantil por el centro de Santiago para reclamar educación gratuita y de calidad, y en rechazo al lucro en el área educativa. "Mientras sigan obedeciendo a los que lucran con los derechos no los dejaremos tranquilos", señaló el presidente de la Confederación de Estudiantes de Chile, Confech, Gabriel Boric.

En ese sentido, Boric aseguró que "pasamos de la dictadura militar a la dictadura del mercado, pero este país lo cambiaremos", y acusó que "el Presidente se ufana de haber votado por el No (Plebiscito de 1988 que impidió la continuidad de Augusto Pinochet en el poder), como si bastara para ser demócrata. La dictadura del mercado es igual que la militar", recalcó.

En marzo pasado, los estudiantes universitarios y secundarios realizaron la primera marcha de 2012 que convocó a unas 5 mil personas, y que significó la continuación de las masivas protestas que realizaron en 2011, algunas de ellas con una convocatoria superior a los 100 mil manifestantes.

Los estudiantes, apoyados por sus profesores, exigen la reforma del actual sistema educativo, heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que redujo a menos de la mitad el aporte público y fomentó la inclusión de los centros privados.

quarta-feira, 27 de junho de 2012

Nuevos desafíos para el movimiento estudiantil: transversalización de las demandas

Simón Ramírez
El puclítico

En medio del creciente y envolvente clima de Reforma Interna en la Universidad, parece bueno hacer un alto y mirar en qué estamos “hacia fuera”. Esta semana es importante para el movimiento estudiantil. Se acerca una nueva jornada de paro y movilización nacional y se hace necesario aprovechar este momento para hacer una breve reflexión al respecto: en qué estamos y hacia dónde deberíamos avanzar.

Una de las principales características de las movilizaciones del año pasado fue su carácter pedagógico. Somos una generación rebelde, la de 2006, la misma de 2011. Una generación que, frente al statu quo propuesto desde arriba, ha vuelto a proponer la necesidad de la movilización masiva y radical en pos de los cambios que perseguimos. Pero, al mismo tiempo, somos también una generación inexperta, que ha ido aprendiendo en el camino y que debe detenerse a pensar en lo que ha hecho y en lo que se debe mejorar. En ese sentido, procesos de movilización social como los del año pasado son profundamente pedagógicos. Y, efectivamente, se aprendió mucho. Aprendimos tanto en la calle como en los patios y la conversación cotidiana, pero también es necesario aprender de la mirada retrospectiva, viendo en qué fallamos, qué nos faltó. La gran pregunta a la que nos enfrentamos con respecto al año pasado es, lógicamente, “por qué no ganamos”, porque de hecho no lo hicimos. La respuesta a esta pregunta, evidentemente, es multidimensional, y por lo tanto aquí pretendo plantear solo un elemento a considerar, pero que me parece crucial: no ganamos porque los estudiantes estábamos solos. Y cuando digo solos, no quiero negar el apoyo moral que se veía en las encuestas, ni el concreto que vimos en las marchas: estuvimos solos, como sector, en la gestación y desarrollo del proceso. Por ejemplo, a nivel de demandas, el movimiento fue estricta y solamente estudiantil. Y los estudiantes, por mucho que lo queramos así, realmente no podemos solos. No desestabilizamos lo suficiente.

Ahora, es preciso preguntarse si tiene sentido, más allá del mero querer sumar a más gente, el incluir a otros actores. Me parece que sí. Una de las máximas que pueden desprenderse de las demandas que el movimiento estudiantil ha levantado, es que la estudiantil no es una demanda meramente gremial. Se trata, en el fondo, de una crítica al modelo (consignas como “no más educación de mercado”, “educación pública, gratuita y de calidad” y “no al lucro”, son expresiones de ello), y el origen de ese modelo ciertamente no está en el sistema educacional: este último es una consecuencia, una manifestación, de aquel.

El año pasado, en general, la reflexión del movimiento estudiantil llegó hasta acá, a un paso de entender que el cambio al que se debe apostar es inevitablemente total. Los estudiantes debemos entender que, si efectivamente hacemos una crítica al modelo, este -que no es más que el neoliberalismo- no nos afecta únicamente a nosotros, y que cuando hablamos de lucro, de educación de mercado, etc., no hablamos más que de la manera en que ese modelo neoliberal se manifiesta en nuestro sector en particular. Se trata de entender que los conflictos de vivienda, de los trabajadores y educacionales (por poner algunos ejemplos), aunque puedan tener manifestaciones diversas, no son más que distintas caretas sobre una misma cara, pues la génesis de ellos está en un modelo determinado, que es el mismo para cada caso. Por lo tanto, si queremos avanzar en cambios verdaderos, tenemos que entender que hay que apuntar nuestros dardos, todos juntos, a ese modelo.

Es por eso que planteo que hoy es necesario que el movimiento sea capaz de transversalizar las demandas. Con esto no quiero decir que el movimiento estudiantil se olvide de las suyas, ni nada por el estilo. Digo que debe ser capaz de, junto con lo anterior, levantar demandas que sean convocantes y puedan sumar a nuevos actores tras objetivos comunes, lo que implica que estas deben permitir una interpretación propia y buscar subsanar necesidades propias de cada sector, de modo que todos podamos asumirlas, tanto a nivel global como particular, y que, de esta manera, puedan apuntar a generar las condiciones necesarias para construir un nuevo modelo económico-social. Ejemplos de estas demandas son la reforma tributaria y la nacionalización de los recursos naturales. Ambas pueden alinear a un conjunto de sectores en pos de un objetivo común, pero además, tanto su justificación como sus “logros concretos” pueden ser interpretados también de modo particular. Por ejemplo, los estudiantes queremos reforma tributaria porque nos permite obtener más recursos para financiar un sistema educacional público, pero a la vez, los pobladores la quieren porque, a través de ella, se pueden conseguir más y mejores viviendas, y los trabajadores también la desean, porque a través de ella podrían aspirar a más y mejores beneficios y condiciones laborales. Con la nacionalización de los recursos naturales la situación es análoga.

En definitiva, lo que planteo es que, si ya dimos el primer paso e identificamos que el sistema educacional que tenemos y queremos cambiar, de manera verdadera y profunda, es la manifestación de un modelo determinado, y si no queremos hacer cambios exclusivamente cosméticos (como han sido durante los últimos veinte años), debemos ser capaces de apuntar al origen, y que nuestras demandas, que buscan cambios sustanciales en lo educacional, deben al mismo tiempo permitirnos tensionar la totalidad de la estructura económica. Y un cambio como ese no lo hacemos solos, ni nos pertenece solo a nosotros: es un cambio que debemos hacerlo todos, trabajadores, pobladores y estudiantes, codo a codo.

terça-feira, 26 de junho de 2012

El chantaje de los mercados

Pablo Chacón
Revista Ñ

En “Commonwealth”, tercer libro de la serie iniciada con “Imperio”, Hardt y Negri analizan cómo redefine las nociones de soberanía y democracia el poder del capital financiero global. Negri lo anticipa aquí.

Toni Negri, junto con su colega estadounidense Michael Hardt, acaban de publicar el último tomo de la trilogía que empezó con Imperio y siguió con Multitud. Se trata de Commonwealth. El proyecto de una revolución del común. En esta entrevista exclusiva con Ñ, el pensador italiano se extiende, desde la ciudad de Padua, sobre las condiciones de la producción cognitiva, la emancipación en un mundo cooptado por el capital y sobre las figuras dominantes del hombre en el universo contemporáneo.

En la Argentina, durante su última visita, usted habló de emancipación. ¿Qué quiere decir esa palabra en el contexto global?

En principio, hubo una primera definición de emancipación vinculada con una concepción individualista y universalista. Los orígenes de la definición son de raíz iluminista pero muchas veces, el desarrollo de ese iluminismo se encontraba con una escatología propia de su universalidad.

¿Cómo se entiende eso?

Es que la emancipación también implica una clave religiosa, de salvación. El lazo entre emancipación y liberación es estrecho. Entonces, a pesar de encontrarla en las filosofías actuales como nostalgia, el concepto está relacionado con una relación social, en gran parte, agotada. Prefiero no usar el término “superada”, porque no se sabe nunca cuando algo se supera hacia dónde se va, Digo agotada. La emancipación es una idea vinculada al predominio de formas de producción individuales en un horizonte de organización capitalista que todavía no estaban involucrados todos los sectores sociales. Entonces, la primera idea de emancipación es individualista y universal, y abstractamente, se vincula al desarrollo de la producción histórica y se presenta como una utopía, con puntos escatológicos.

Ahora es diferente.

Sí. El desarrollo del capitalismo involucra a la sociedad de forma total, a todos los niveles. La cooptación de la sociedad por el capital no es formal sino real. Es decir: todos los valores que la sociedad produce son traducidos en valores de intercambio. Se introducen bajo la categoría de la moneda. Operan al interior de pasajes financieros. Y esos pasajes provocan una serie de transformaciones que incluyen la composición técnica y política del conjunto de los sujetos. Se trata de una modificación raigal que concierne al trabajo y a la producción. Y a las formas de vida, a los modos en que los sujetos conducen sus vidas. La configuración del trabajo cambió porque el trabajo cognitivo se convirtió en hegemónico dentro del sistema productivo. La configuración política cambia porque más que encontrarnos frente a masas, nos encontramos ante una multitud de singularidades cohesionadas en la tensión productiva y reproductiva de la vida social.

Pero ¿es una época de transición?

Sí, pero el resurgir de la cooperación, que es técnicamente actual, también podría ser políticamente actual. Se vive una situación de transición en la que este devenir común del problema de la realidad productiva no se articula todavía con un devenir común de la realidad política, de la vida en la polis. En un universo laboral que no se vincula localmente sino que se expande a toda la sociedad, corresponde una cierta espacialización en la producción, la financiarización en la que se computa o se mide el trabajo cognitivo. No existe otra medida del trabajo cognitivo que no sea a través de los instrumentos financieros. Las viejas categorías para medir el trabajo (estructuras espaciales como la fábrica, o temporales, como la jornada laboral) se modifican. Convencionalmente, se habla de “finanza de tiempo”.

¿Es sobre este cambio que usted habla en su último libro?

Entre otras cosas. Sí puede decirse que reconociendo las determinaciones que operan en el nuevo mundo del trabajo, es posible desplegar una primera hipótesis respecto a la emancipación. Porque como tal, también ella está cooptada por el capital. El problema de la emancipación no aparece como un problema “ideal” sino como un problema práctico del pasaje del común actual al común de la forma tecnológica, al común virtual de las formas políticas.

¿Podría extenderse sobre este punto?

En la actualidad, las fuerzas productivas están más avanzadas que las relaciones de producción. Eso se constata todos los días. Es un problema de educación y de costos. La crisis se presenta como una incapacidad de las relaciones de producción (estatales, financieras, globales) para contener la nueva productividad común. El mundo de las necesidades, del deseo de los trabajadores, es la dimensión cognitiva. Y las finanzas, sus formas, su viejo bloque, insisten con la capacidad de convertir la ganancia en renta. Y es sobre ese retraso de las capacidades capitalistas para organizar la riqueza producida donde se produce la crisis.

Sigue sin quedar claro…

Mire, si se asume la existencia de un desequilibrio entre producción y formas políticas (el retraso de las formas políticas y su subsunción a las formas económicas) puede pensarse un sentido biopolítico para lo que decía, tomando, por ejemplo, los aportes que Michel Foucault brindó a las ciencias políticas. El concepto de biopoder como nueva representación de la soberanía se coloca al lado del contexto biopolítico, que debemos considerar activo. La vida política de cara al biopoder es la potencia susceptible de ser desplegada frente a ese desequilibrio.

En otras palabras...

En otras palabras muestra en conjunto la potencia del tejido social y la asimetría que presenta frente al biopoder capitalista. Cuando se habla de emancipación, es válido tener presente esta asimetría. La emancipación se propuso como un problema que debía tener una solución jurídica, constitucional, pero en la etapa que atravesamos, conviene aclarar que “el uno está dividido en dos”, según el viejo eslogan maoísta. No lo digo en términos de reminiscencia, sino que el uno se dividió en dos porque el concepto de poder y el concepto del capital han sido siempre dos. El capital no existiría como orden, como comando, si la fuerza de trabajo no fuera activa, si el trabajo no se presentara como trabajo viviente. Cuando digo que “uno se divide en dos”, no estoy diciendo que la ruptura de esa relación sea en términos absolutos. Sin embargo, para que la relación exista, la obediencia debida al Estado o la proporción de trabajo vivo debida al capital está hoy fuertemente desequilibrada.

¿Cómo se mide esa relación?

Desde el punto de vista jurídico. Porque el derecho también se convierte en una medida, en una máquina que forma la relación entre Estado y ciudadanía, entre capital y trabajo vivo. Lo que queda claro cada vez más es que la política, a diferencia de lo que ocurrió en otras épocas, después de la gran crisis de los años 30, por ejemplo, no logra desarrollar una posición constituyente que esté al nivel de la historia de los movimientos constitucionales. La misma definición de constitución siempre fue una historia de mediaciones construidas alrededor de relaciones mercantiles de intercambio, eso en el caso de las viejas constituciones liberales. Y luego, en torno a la dialéctica capital-trabajo, en el caso de las constituciones democráticas.

¿Y hoy?

Y hoy, si esta transformación de la que hablamos, ocurrió (o está ocurriendo), realmente se vuelve difícil imaginar qué mediación pueda construirse alrededor de los procesos de financiarización que viven en el corazón del capitalismo moderno. Y es difícil redefinir categorías como democracia, soberanía nacional, representación, salario, ideología. ¿Cómo pueden conceptualizarse nuevamente estas relaciones fuera del conocimiento de que los mercados financieros y globales son sede eminente de producción autónoma,  politicidad y legalidad? El orden ejercido por el capital financiero tiende a saltar las mediaciones institucionales de las modernas democracias y se funda en el chantaje, por el solo hecho de que las garantías, en última instancia, del goce de los derechos esenciales, de la casa, la salud, la reproducción de la vida y los mismos salarios dependen, en forma irreversible, de las dinámicas y las continuas turbulencias del mercado.

Entonces ¿para qué situar la emancipación una vez que se la define como proyecto constituyente?

Estamos viviendo situaciones en las cuales el problema constituyente está puesto en términos muy concretos. En América Latina, se ha visto, sobre todo en los 90, y ahora mismo, en la relación entre Estado y movimientos, la configuración de una dinámica constituyente. Pero todo ocurre en una situación en la que no se comprende cuál es la conclusión. Es difícil considerar a los movimientos como otro poder frente al Estado. El proceso Estado-movimiento se diluye en una relación en la que no se entiende quién es el actor. Y se corre el riesgo de que el Estado finja que los movimientos se transforman, cuando en rigor es el mismo Estado quien crea esos movimientos: como imagen de su debilidad, y de su incapacidad de síntesis.

¿Qué significa emancipación como potencia constitucional? ¿Cómo puede definirse una emancipación a partir de esta crisis?

Pongamos sobre el tapete otra hipótesis. Se puede hablar de emancipación como propuesta constituyente sobre un nuevo terreno espacial. Y una segunda en la que cuenta la temporalidad, la tendencia a la cosa material. Es en este punto donde se pone en juego la transición histórica que hemos vivido después de la segunda mitad del siglo XX, de las transiciones incumplidas (del fascismo a la democracia en Italia y en España, por caso). En vez de una transición, se dio una superposición del modelo neoliberal, pero también puede decirse otra cosa. En este tiempo se discute cómo, después de 30 o 40 años, existen movimientos que expresan la necesidad de la transición, en la que la pasión de democracia, que es una pasión del común, destruye una serie de formalismos que bloquearon el desarrollo constituyente de la emancipación. Es el caso de los “indignados” de España, en Wall Street, Inglaterra, Alemania, y de forma más tímida, en el movimiento estudiantil chileno. La vitalidad argentina está cifrada en el hecho de que la transición no fue ocultada, sino protagonista de este pasaje.

¿Algo para agregar?

Es razonable preguntarse cuáles son hoy las figuras de subjetividad en torno a las cuales gira la experiencia de la vida. La primera, es la del endeudado. La transformación productiva descripta se asienta sobre un movimiento que lleva del trabajo asalariado al trabajo precario. Pero si se quiere, es acá donde emerge la base de una emancipación posible, nuevas condiciones de biopoder y nuevas condiciones de lo biopolítico. El trabajo precario (que es un trabajo cognitivo, en red, cooperativo) aparece como un excedente de capacidad productiva. La figura del trabajador precario pierde su autonomía bajo el capital, se convierte en endeudado.

Pero no es la única figura…

La otra es la del hombre mediatizado. Se está dentro del círculo de los medios de comunicación, y también de lo que es la capacidad de construir cooperación dentro de los medios. Pero también se está capturado. Ya no es más la conciencia del individuo alienado, sino de aquel tomado por el juego del poder. Está claro: la sociedad es extremadamente compleja, los riesgos vienen por todos lados, pero el riesgo no es tal cuando se convierte en miedo. De ahí la capacidad para responder al riesgo, a la dificultad de la vida, poniéndonos en comunicación, defendiéndonos. Piensen en la expansión de los sistemas carcelarios, lo que son los procesos de exclusión para introducir miedo. Esto es el Estado moderno: vive de la creación del miedo. La construcción del concepto de miedo viene de una voluntad de dominio, no de asociación. La forma más peligrosa es la del hombre representado. Porque se choca con el problema de la emancipación. Las constituciones democráticas actuales y la idea de representación que construyeron, son el peor enemigo. El hombre representado es la suma del hombre endeudado, mediatizado y del asegurado. En la representación, ninguno de los valores democráticos (la emancipación, el devenir constituyente, la libertad) está garantizado.

¿Y entonces?

Es difícil. Para el hombre endeudado, existe una primera reacción: “Yo no pago la deuda”. Es el momento fundamental para comenzar a emanciparse políticamente. Es el rechazo a ser echado de mi casa porque no terminé de pagar un crédito. Es decir “quiero reapropiarme de esta riqueza común que fue construida sobre una base común”. Y se trata de pasar, después de ese rechazo, a lo que es una figura multitudinaria de rechazo dentro de una afirmación positiva: la deuda que “nosotros” tenemos se convierte en un hecho constitutivo de una sociedad un poco mejor. En definitiva, los problemas actuales de la emancipación tienen que ser pensados a partir de cómo representarnos. Esto no implica la repetición de fórmulas que sufrimos en el siglo pasado. Es un buen momento para plantear alternativas porque se nos escucha.

segunda-feira, 25 de junho de 2012

La banca alemana, beneficiaria del “rescate” español

Vicenç Navarro
Público

Una de las causas de la crisis actual en España es la explosión de la burbuja inmobiliaria. El maridaje entre el capital financiero (banca, cajas de ahorro, compañías de seguros y otras instituciones financieras) y el sector inmobiliario creó tal burbuja. En los últimos diez años se construyeron más viviendas en nuestro país que en el conjunto de Francia, Gran Bretaña y Alemania. Y a pesar de esta enorme construcción que supuso casi el 9% del PIB español, los precios se dispararon el 150%, subiendo mucho más rápidamente que los salarios, y ello como resultado de una abusiva especulación. No hay duda de que la banca, las cajas, el Banco de España y las autoridades públicas, tanto españolas, como europeas, eran conscientes de ello. Bastaba con ver un gráfico en el que se comparara la evolución de los precios de la vivienda y de los salarios (la gran mayoría de compradores de vivienda derivan su dinero de las rentas del trabajo), para ver que los primeros crecían mucho más rápidamente que los segundos. La distancia entre los dos precios se intentaba llenar con crédito. Y de ahí el enorme endeudamiento de las familias.

Todo esto era predecible. Y podría haberse visto venir y podría haberse evitado. Pero ni el Banco de España (a pesar del aviso de los técnicos de tal institución), ni el Estado español tomaron ninguna medida. Llevaba razón la Canciller alemana, Angela Merkel, cuando indicaba recientemente que las autoridades españolas habían actuado de una manera irresponsable en los diez últimos años al no haber prevenido la burbuja inmobiliaria basada en mera especulación, y su explosión.

Ahora bien, a Merkel se le olvidó un detalle clave, olvido que le permitió no incluir al gobierno y a la banca alemana en esta crítica de lo que pasó en España. Y el olvido es que la banca alemana jugó un papel determinante en esta explosión inmobiliaria. Gran parte del dinero que alimentaba la explosión inmobiliaria procedía de la banca alemana. En realidad, la explosión de la burbuja inmobiliaria ocurrió cuando la banca alemana interrumpió el crédito a la banca y cajas de ahorro españolas, consecuencia de que la banca alemana atemorizada por su contaminación con productos financieros tóxicos procedentes de la banca estadounidense, paralizó todo flujo de crédito. Y ahí fue cuando el crédito financiero se interrumpió y la burbuja inmobiliaria española explotó creando el enorme parón de la actividad económica y la caída en picado de los ingresos al Estado (tanto central, como autonómico) que creó el déficit público del Estado. Este déficit no lo creó el crecimiento del gasto público, sino el descenso de los ingresos al Estado. En realidad, cuando se inició la crisis, en el año 2007, el Estado español tenía superávit. El déficit público en España no es la causa de la crisis, como Rajoy está diciendo, sino que es al revés, el déficit público es la consecuencia del escaso crecimiento económico y escasos ingresos al Estado.

Todas las medidas de austeridad, recortes incluidos (que representan el ataque más frontal al escasamente financiado Estado del Bienestar en España), están encaminadas a pagar la deuda a los bancos alemanes y de otros países (Francia, Gran Bretaña y Bélgica), los cuales habían conseguido pingües beneficios durante la burbuja inmobiliaria, pingües beneficios que continúan. En realidad, la crisis bancaria de los países periféricos (España, Grecia, Portugal e Irlanda) le está yendo muy bien a la banca alemana, pues hay un flujo de capital (es decir, dinero) de estos países, que huyen de la crisis, hacia el centro, y muy en particular, Alemania. Y los datos hablan por sí solos. Según Josef Ackermann, presidente del Deutsche Bank, los beneficios de tal banco alcanzaron la friolera cantidad de 8.000 millones de euros en el año 2011 (con 8 millones de euros en bonificaciones a tal señor). En realidad, mientras el desempleo alcanzaba cifras más que alarmantes en España (y otros países periféricos), el 50% de la juventud está desempleada, y la sanidad y la educación sufre recortes brutales (y no hay otra manera de decirlo), los beneficios del Deutsche Bank subieron un 67% en tres años (2009-2011), tal como señala Conn Hallinan en la revista CounterPunch (“Greed and the Pain in Spain”).

Todos los datos muestran claramente que la banca alemana se benefició enormemente de la burbuja inmobiliaria española (y también irlandesa), así como de la crisis financiera de los países periféricos. Los enormes sacrificios de las clases populares se imponen a España y a los otros países periféricos para que se pueda pagar a la banca alemana (entre otros países). Y el famoso rescate financiero de 100.000 millones de euros tiene como objetivo salvar a la banca española, no para garantizar el crédito, que ni está ni se le espera, sino para que pueda pagar sus deudas, también a la banca alemana. Y el instrumento que la banca alemana utiliza para imponer sus políticas es el Banco Central Europeo, que como he indicado en varias ocasiones, no es un Banco Central, sino un lobby de la banca alemana y del Banco Central Alemán, el Bundesbank.

El rescate financiero es la última de muchas otras intervenciones que los economistas de la Comisión Europea, al servicio del sistema financiero europeo, liderado por la banca alemana, están imponiendo a España. Como bien ha dicho el Ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaube (contraviniendo a Rajoy), el rescate financiero implicará una supervisión directa por parte del Banco Central Europeo, de la Comisión Europea y del Fondo Monetario Internacional, de las reformas financieras, así como de las políticas fiscales y macroeconómicas españolas, convirtiendo así a España en una colonia alemana. Y todo ello con la colaboración del gobierno conservador “súper patriota” español.

¿Y por qué tal gobierno colabora con estas políticas que significan una pérdida clara de soberanía? Y la respuesta es clara. Porque utiliza este mandato exterior (argumentando que no hay alternativas) para conseguir lo que siempre ha deseado la derecha en España, es decir, debilitar el mundo del trabajo y privatizar el Estado del Bienestar. Tal gobierno coincide con el objetivo del rescate que queda muy bien definido por las declaraciones del presidente del Banco Central Alemán, Jens Weidmann, quien en dichas declaraciones en El País no puede ser más claro cuando indicó que las reformas deberían acentuar más las reformas laborales (que quiere decir bajar los salarios) y la privatización de servicios (que quiere decir el desmantelamiento del Estado del Bienestar). Así de claro.

domingo, 24 de junho de 2012

Para Franco fue un “mecanismo legal”

Martín Granovsky
Página 12

En sus primeras declaraciones se confesó “preocupado” por el aislamiento, dijo que quiere hacer una reforma agraria y que su ascensión fue legítima. Una y otra vez habló de “orden”.

Mientras el Congreso negociaba ayer la elección del nuevo vicepresidente, el designado mandatario del Paraguay, Federico Franco, intentaba conciliarse con el sector campesino y los países vecinos. Sin embargo, los representantes de diferentes estados rechazaron la legitimidad del nuevo gobernante tras la destitución de Fernando Lugo.

Después de llevar a cabo el polémico juicio político de dos días que destituyó a Lugo, los partidos políticos paraguayos con representación parlamentaria comenzaron las negociaciones para elegir el vicepresidente que reemplazará a Federico Franco, nombrado el viernes como jefe del Estado. Al mismo tiempo, el designado presidente de Paraguay hizo declaraciones vinculadas con dos sectores que, desde el principio, rechazaron su designación. En una entrevista que ofreció al canal CNN, Franco reiteró ayer que en sus 14 meses de mandato intentará concretar una reforma agraria y señaló que su compromiso como gobernante no es sólo con el partido liberal, sino que gobernará con todos y que, sobre todo, tendrá que ocuparse de este tema al que consideró “candente”. “No se ha hecho nada por mejorar la condición de los campesinos de mi país y tengo el compromiso y la responsabilidad de iniciar un proceso para que el próximo gobierno pueda continuar con un desarrollo rural sostenible con énfasis en la agricultura familiar”, sostuvo reiterando su compromiso y lucha contra los terroristas y criminales. “No habrá tolerancia, mi posición es la de devolver la tranquilidad al pueblo paraguayo”, aseguró.

También dijo que buscará conciliarse con sus vecinos que cuestionan su legitimidad. “Para mí es una preocupación la situación actual, no es fácil, reconozco que hay inconvenientes con la comunidad internacional”, expresó Franco en conferencia de prensa en la sede del gobierno. “Vamos a hacer el mayor de los esfuerzos para tomar contacto con los países vecinos para tratar de ir demostrando con hechos nuestra clara vocación democrática”, agregó, aunque dio a entender que no participará en la cumbre del Mercosur, convocada para el jueves y viernes. “Entiendo la situación que se da. No veo por qué forzar la situación. Vamos a responder en su momento”, dijo el presidente tras aclarar que su Ejecutivo no ha recibido una invitación clara del bloque que integra junto a Brasil, Argentina y Uruguay. “Hoy la prioridad es ordenar la casa”, afirmó Franco e insistió que en Paraguay no hubo un golpe de Estado. “No hay quiebre institucional. Es una situación legal que la Constitución y las leyes de mi país permiten para hacer un cambio cuando la situación se produce inviable”, mantuvo.

El nuncio apostólico, Agustín Arietti, fue el primer diplomático que lo visitó ayer en la sede de gobierno, poco antes de los embajadores de Estados Unidos y Alemania. La rápida visita del representante de la Iglesia Católica –que implica un reconocimiento a Franco en medio de los rechazos que su acceso a la presidencia ha generado en los países de la región– es consistente con la actitud asumida el jueves por el Episcopado paraguayo, que pidió al entonces presidente Lugo, a quien ya se le había aprobado el juicio político, que renunciara a su cargo para descomprimir la tensión que se vivía en el país.

A pesar de todo, la respuesta internacional no fue favorable. Ecuador, Argentina, Bolivia, Venezuela y la República Dominicana anunciaron el viernes que no reconocían al nuevo presidente. Cuba lo hizo ayer. Por su parte, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció ayer que sólo reconocerá al gobierno paraguayo que resulte elegido en las urnas en 2013. Otros gobiernos, como los de Chile, Colombia, Guatemala y México, mantuvieron una posición crítica a la manera en que se hizo el juicio político a Lugo en el Senado, aunque todavía no hicieron referencia a Franco. Por otra parte, el presidente peruano, Ollanta Humala calificó lo sucedido como “un revés al proceso democrático en la región que obliga a nuestros países a mantenerse vigilantes” y abogó por la unidad de los países integrantes de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur). Más allá de la transición política, en Paraguay, las tensiones sociales que provocaron la crisis que le costó el cargo a Lugo están latentes. José Rodríguez, líder de la Liga Nacional de Carperos, el movimiento de campesinos sin tierra que protagonizó el violento enfrentamiento en un predio de unas dos mil hectáreas reclamadas como propias por el ex senador colorado Blas Riquelme, en Curuguaty, y que dejó un saldo de 17 muertos, seis policías y once campesinos, llamó a sus seguidores a permanecer movilizados ante lo que consideró un golpe parlamentario.

Abrazado por la Iglesia

El nuncio apostólico del Vaticano, Eliseo Ariotti, se reunió ayer con el nuevo presidente de Paraguay, Federico Franco, en el palacio de gobierno. Fue el primer encuentro oficial del nuevo jefe de Estado con un representante de la comunidad internacional. Ariotti dijo que fue a “honrar a las autoridades paraguayas”, según declaraciones a la prensa difundidas por el diario local ABC. “Fue una conversación muy personal”, agregó. La rápida visita del representante de la Iglesia Católica implica un reconocimiento a Franco en medio de los rechazos que su acceso a la presidencia ha generado en los países de la región y es consistente con la actitud asumida el jueves por el Episcopado paraguayo, que le pidió al entonces presidente Lugo –a quien ya se le había aprobado el juicio político– que renunciara a su cargo. El presidente de la Conferencia Episcopal paraguaya, Claudio Giménez, fue quien hizo aquel pedido a Lugo, un ex obispo, “dado el bien nacional y para preservar la paz y evitar más violencia y muerte”.

Franco completó su primera jornada asistiendo a misa en la Catedral, que presidió Ariotti y donde fue recibido con aplausos por 300 personas. El encuentro, llamado Juntos por la Paz y la Justicia, fue convocado días atrás en memoria de los 17 muertos del desalojo policial de sin tierras de la hacienda en Curuguaty, tragedia detonante de la caída de Lugo. Como indicó el diario ABC, el designado presidente participó de la celebración acompañado del canciller José Félix Fernández Estigarribia, el intendente de Asunción, Arnaldo Samaniego, el ministro del Interior, Carmelo Caballero, y toda la cúpula castrense.

sábado, 23 de junho de 2012

Presidentes da América do Sul não reconhecem governo paraguaio

Agencias

O primeiro foi o presidente do Equador, Rafael Correa, que anunciou nesta sexta-feira que seu país não reconhece o novo governo do Paraguai. Logo vieram a líder argentina Cristina Kirchner e o boliviano Evo Morales. Mais cedo, evitando o tom de ameaça, a presidente Dilma já citava possibilidades de sanção como a expulsão do Paraguai de órgãos multilaterais como a Unasul, presidida por Lugo, e também do Mercosul. Em um processo que durou dois dias, Lugo foi considerado culpado de não cumprir suas funções ao deixar que crescesse um conflito social no Paraguai. Poucos minutos após a destituição, o então vice-presidente Federico Franco jurou como novo chefe de Estado.

Logo após tomar posso, o novo presidente do Paraguai, Federico Franco, pediu aos líderes dos países vizinhos, em especial a Argentina, Brasil e Uruguai, membros do Mercosul, que entendam a situação no país e que “fará o maior dos esforços para que isso se normalize”.

Dentre os líderes da América do Sul, o equatoriano Rafael Correa foi o mais enfático. Dilma, por sua vez, evitou falar especificamente do caso ou dizer se a reunião do Mercosul marcada para os dias 28 e 29, em Mendoza, na Argentina, já poderia analisar a expulsão do Paraguai. Mas deixou claro que alguma sanção pode ser tomada. "Os 12 países signatários aqui reunidos avaliamos que a situação no Paraguai era muito complicada. Achamos que devíamos cuidar para que houvesse respeito aos princípios do direito de defesa e manutenção da ordem democrática. Por isso mandamos os chanceleres."

Dilma evitou responder se o rito sumário do impeachment de Lugo poderia ser interpretado como golpe de Estado, mas disse que, para o Brasil, que já passou por um processo doloroso de golpe e retomada democrática, o valor da democracia é muito importante. O ministro de Relações Exteriores da Venezuela, Nicolás Maduro, destacou que a falta de vontade política dos setores contrários a Lugo configura desrespeito não só às normas da organização, como ao Mercosul. "Infelizmente, as respostas que tivemos foram silêncio e indiferença", criticou.

Em entrevista a emissora do Equador, o presidente Rafael Correa disse considerar ilegítimo o processo de julgamento político feito pelo Congresso paraguaio, que resultou no impeachment de Fernando Lugo. "A decisão do governo equatoriano é de não reconhecer o novo governo paraguaio. O que aconteceu é absolutamente ilegítimo" disse Correa a uma emissora.

No mesmo tom, a presidente argentina Cristina Kirchner assegurou que o país "não vai aceitar o golpe de Estado que acaba de acontecer no Paraguai. Essa situação vai além de Lugo, este é um ataque à democracia paraguaia. Vamos ter uma ação conjunta com Brasil e Uruguai".

Para o líder boliviano, Evo Morales, o país “não pode reconhecer um governo que não surja das urnas e do mandato do povo”. Morales condenou o “golpe do Congresso” aplicado contra Fernando Lugo, segundo a agência oficial ABI.

Brasil evita tom de ameaça

Evitando o tom de ameaça mais cedo, a presidente Dilma já citava possibilidades de sanção como a expulsão do Paraguai de órgãos multilaterais como a Unasul e o Mercosul. O governo brasileiro teme um confronto ou uma guerra civil com a aprovação do impeachment a nove meses do fim do mandato de Lugo.

Dilma afirmou que o protocolo de criação da Unasul, assinado pelo Paraguai e pelos outros 11 países da América do Sul, prevê o desligamento do signatário deste organismo se for constatada ação de ruptura ou ameaça de ruptura democrática. O mesmo se aplica ao Mercosul.

Ao ser informado de que as tentativas de ajuda da Unasul foram rejeitadas pelo Senado, o ministro chefe da Secretaria Geral da Presidência, Gilberto Carvalho, se mostrou apreensivo. "Estão optando pela dureza. Podem estar caminhando para uma guerra civil".

Segundo um interlocutor da presidente Dilma, o impeachment de Lugo pode representar a ruptura de um ciclo democrático na América Latina. O governo brasileiro acredita que somente o clamor popular poderá salvar o agora ex-presidente. Havendo a constatação de que houve ruptura dos princípios democráticos no Paraguai, um dos caminhos é a evocação da cláusula democrática do Protocolo de Ushuaia, cujo efeito é o isolamento do país na região.

sexta-feira, 22 de junho de 2012

Edgardo Lander: "Necesitamos un proceso de desglobalización"

Mª Ángeles Fernández
Otramérica

Frente a la postura de gobiernos y Naciones Unidas que continúan su camino por la senda de la acumulación, las voces críticas como las del sociólogo venezolano Edgardo Lander insisten en que el crecimiento sin fin es una imposibilidad, además de responder al patrón de dominación.

Parque do Flamengo. Cúpula dos Povos. Tienda 22. De fondo suenan las arengas de una campaña contra el poder de las transnacionales. Los gritos colorean cada debate en la Cúpula dos Povos (Cumbre de los Pueblos), el envite alternativo al escaparate que comparten los gobiernos, Naciones Unidas y las transnacionales. Encontramos a Edgardo Lander en cuidadosa actitud de escucha. No nos oye llegar. Es la viva imagen del aprendizaje sempiterno. Vinculado de forma directa con los Foros Sociales Mundiales, Edgardo es la quintaesencia del activista comprometido, el hombre que entiende que otros mundos son posibles y no cesa en su empeño. El sociólogo venezolano comparte con Otramérica la más sutil de todas las batallas que ha emprendido: detener el desarrollo.

Acaba de publicar como coautor el libro de reflexiones Más allá del desarrollo, en el que pones de manifiesto las carencias teóricas existentes a la hora de plantear alternativas al desarrollo y al extractivismo. ¿Cómo contempla las transición al modelo postextractivista sin esa plataforma de partida?

No hay una sola ruta. Desde el punto de vista de la construcción y la imaginación de alternativas es importante ver la complejidad del conjunto. No sirve un patrón reproductivo particular. No existe una definición única del modelo productivo postextractivista, que será la construcción de muchas prácticas y experiencias sociales. Son procesos que tienen que ver con transformaciones culturales, hegemónicas, de prácticas sociales, con articulaciones entre movimientos, con un conjunto variado de factores.

¿Es más aguda la crisis de ideas o crisis de las voluntades?

No es sólo una carencia teórica sino también una carencia de las limitaciones de las relaciones de poder, pues hay muchas cosas que podrían obviamente hacerse. Hay una inmensa cantidad de elementos de los que podríamos prescindir. Por ejemplo, la monstruosa industria militar actual no es indispensable para la vida. Tampoco los millones de toneladas que se gastan en papel por la publicidad y la propaganda.

Los estados muestran cada día signos de agotamiento, mientras la separación con sus pueblos se agranda. ¿Están preparados para posibilitarnos la metamorfosis hacia un patrón postdesarrollista?

No podemos esperar a que un estado nos reoriente hacia otras políticas, pues la propia organización de la estructura estatal está montada sobre unos patrones productivos y sobre una lógica de producción. No son los estados los que pueden reorientar la política, lo que no quiere decir que lo que ocurra en los estados sea de poca importancia. Todo lo contrario. Por eso es vital presionar sobre los estados. Pero uno de los problemas en América Latina es que la gente tiene demasiadas expectativas de que con un cambio de gobierno se genera esa capacidad para cambiar el rumbo.

La Cúpula dos Povos pretende devolver a la Madre Naturaleza sus derechos. En ese caso, Estados como los de Bolivia y Ecuador parten de una posición aventajada en tanto en cuanto sus Constituciones reconocen los derechos de la Tierra. ¿Son la alternativa más viable?

Ni siquiera en los casos de Bolivia y Ecuador se encuentra de forma hegemónica la exigencia de la lógica del ‘Buen Vivir’. Está presente en sus sociedades pero igualmente están presentes otras muchas tendencias, no solamente de la derecha sino también de organizaciones sindicales, que están exigiendo un mejor empleo, la inserción de sectores excluidos, la demanda de justicia y de gasto público en educación y salud. Son medidas que requieren alguna fuente de financiación que, ahora mismo, es el extractivismo.

Los alimentos representan el campo de acción donde las otras alternativas aparecen más definidas. ¿Qué retos plantea la soberanía alimentaria?

Hoy es muy clara la existencia de dos patrones relacionados con los alimentos: el corporativo, llamado también Monsanto [en referencia a la multinacional del mismo nombre], que es la apuesta por los transgénicos, los agrotóxicos y los agroquímicos, las grandes cantidades de energía en la producción, el monocultivo y la producción absolutamente distante del lugar de consumo, lo que implica gran utilización de energía, petróleo fundamentalmente, para llevar los alimentos desde el punto de origen a su lugar de consumo. Es un patrón productivo insostenible y absolutamente irracional. Pero la mayor parte de los alimentos que consumimos hoy, aunque parezca mentira, son producción familiar, campesina, local o regional. Así que hay una inmensa cantidad de gasto energético, de destrucción ambiental y de consumo de agua y de agrotóxicos, de contaminación, que podría evitarse.

En la relación del ser humano con la naturaleza, la visión hegemónica no tardaría en objetar sus respuestas con la elección de la libertad frente a la dependencia.

Una de las cosas que hace la lógica de la modernidad y la confianza en el progreso es la pretensión de desprenderse del reino de la necesidad para llegar al reino de la libertad. Esto significa que la realidad del individuo consiste en liberarse de la llamada naturaleza y de la comunidad. Pero es realmente en ese momento cuando sucede la destrucción total. Hasta hace relativamente poco los alimentos eran muy variados regionalmente, la gente comía diferentes productos en según qué lugares, y dependiendo de las temporadas. Pero ahora ya no dependemos de los ciclos de la naturaleza; los hemos dominado. Esto implica que en el patrón de consumo hemos incorporado enormes cantidades de energía. Es una lógica que pretende dominarlo todo, que hace que la vida sea cada vez menos sostenible. Un proceso de desglobalización, con una producción más local, más regional, más orientada hacia el consumo cercano, es una condición indispensable como política alternativa.

Los gobiernos reunidos bajo el amparo de Naciones Unidas en Río+20 venden empero la economía verde como solución. ¿Qué implica su oferta?

La economía verde es el intento de construir un nuevo patrón de acumulación global que implica muchas cosas, empezando por la relegitimación del capitalismo. Ahora resulta que todas las empresas son verdes y buenas, que todas tienen conciencia corporativa. En la absoluta desproporción que hay entre la economía real y esta hipertrofia del sector financiero; éste no tiene dónde invertir y es entonces cuando se produce la búsqueda de escenarios de inversión. Después, ya veremos a ver qué pasa. Lo de ‘economía verde’ suena muy bonito pero perderemos la batalla vital si no logramos derrotar la idea de que es una salida a la crisis, cuando en realidad no es sino una profundización en la lógica de la mercantilización de la vida que está amenazando el futuro del planeta. Hay que desmontar el mito de la economía verde y demostrar que es una recomposición del patrón de producción y del patrón de dominación. Lo que plantean ahora es no solamente más de lo mismo sino su profundización. La mercantilización de la naturaleza es la continuación del proceso destructivo. Antes tenían precio los árboles, ahora la tiene la capacidad de retención de CO2 que tiene el bosque. La solución que han encontrado está en la naturaleza y en todos sus servicios (el aire, el agua, la diversidad biológica...). Si asignamos un precio a todo eso y lo convertimos en bonos de Bolsa, podremos seguir así por lo menos veinte años más. Lo virtual se cuantifica en una lógica de bonos que se compran y se venden y, gracias al mercado de carbón, los países que más contaminan compran derecho a contaminar. No solamente ocurre en el aire sino en los territorios donde viven pueblos campesinos e indígenas, que son los que están más directamente afectados por esta lógica de privatización de los comunes. El punto de vista liberal defiende la visión de que si no cuidamos las cosas es porque no son de nadie, por lo que hay que dar a cada uno un pedacito para que cada uno cuide su parte. Pero las empresas no funcionan con esa lógica: si son las dueñas sacan hasta la última gota y después se van a otra parte. Está cada vez más claro que este mecanismo no funciona, que aumentan las emanaciones de gas por parte de las empresas involucradas en el mercado de carbón.

Fuiste igualmente testigo de la primera Cumbre de la Tierra, celebrada en este mismo escenario en 1992. Veinte años después, ¿qué ha fallado?

Se cometió el gravísimo error de no haber denunciado el desarrollo sostenible como lo que es: una trampa, una lógica de defender el desarrollo con adjetivaciones. Veinte años después, cada uno de los problemas ambientales que se identificaron están peor, con la sola excepción de la capa de ozono, donde el Protocolo de Montreal y las reducciones de las emisiones de gases carbonados han logrado aminorar el efecto, también porque se encontró la solución tecnológica. El resto de campos ha empeorado: pérdida de biodiversidad, derretimiento de casquetes polares, de glaciales, deforestación, desertificación... Vivimos en un planeta limitado y el crecimiento sin fin es una radical imposibilidad. Hemos utilizado la capacidad de recreación de vida del planeta más allá de su capacidad de reproducción; estamos consumiendo la capacidad de las futuras generaciones y, además, en condiciones de extraordinaria desigualdad.

quinta-feira, 21 de junho de 2012

Edgar Morin: "Países precisam ser mais solidários"

Martha Neiva
O Globo

Sociólogo francês e professor da Universidade Paris VIII defende o resgate do valor da solidariedade e o exercício da democracia para combater a pobreza.

Aos 93 anos, Edgar Morin é contundente ao dizer que a erradicação da pobreza passa pelo resgate de um valor que precisa ser acordado nos seres humanos: o da solidariedade. Para o sociólogo francês, presidente do Institut Internacional de Recherche Politique de Civilisation (IIRPC), é preciso haver, de um lado, solidariedade entre as nações e, de outro, o incentivo à criação do que ele chama de democracia direta. Ou, como explicou, fóruns regionais que amplifiquem a voz das populações pobres e funcionem como um elo entre elas e os governantes.

A erradicação da pobreza é um dos desafios para se atingir o desenvolvimento sustentável. Ainda hoje há povos em situação de pobreza extrema e as nações não conseguem solucionar. Por quê?

É uma lacuna. Não se pode isolar a questão ecológica da questão social. A pobreza é um problema mundial e pressupõe a adoção de políticas que combatam a exclusão. Mas as nações parecem que estão isoladas umas das outras e não conseguem se aliar para enfrentar questões globais como esta.

Por quê?

Por um lado, não temos ainda uma realidade supranacional capaz de impor medidas adequadas aos Estados. Por outro, os Estados estão atrelados à especulação financeira. É preciso uma reforma política para que Estados exerçam o papel para o qual foram criados: o de garantir os direitos básicos à população.

O que falta para isso?

Mudar o modelo de civilização para suscitar o surgimento de uma nova via política para as nações e a Humanidade. Para enfrentar a pobreza e a pobreza extrema, tanto no campo quanto na cidade, é necessário uma democracia direta.

Como assim?

É preciso criar conselhos regionais com a participação da população pobre e de profissionais de várias áreas. Os pobres não têm voz, ficam isolados na hora de decidir seus destinos. Ao incentivar a criação desses fóruns, que discutirão temas regionais, os governos estarão dando voz a essas populações e criando um elo entre o Estado e os que sofrem com a pobreza. Isso é respeito.

Há diferença entre a pobreza dos países do Norte e os do Sul?

Os atuais pobres dos países do Norte são os que já fizeram parte do sistema industrial. Eles estavam incluídos no sistema econômico formal e agora, por causa da crise econômica, estão à margem. Mesmo à margem, é uma pobreza assistida, que conta com alguma proteção assistencial dos governos. Os pobres dos países do Sul, ao contrário, jamais foram incluídos no sistema formal. Eles são excluídos, não contam com assistência e não têm acesso aos direitos básicos.

Um dos instrumentos de combate à pobreza é a participação popular. O brasileiro ocupa os espaços de participação?

Participar da vida social é um exercício e o meio mais legítimo de fazer pressão nos governos. Mas exige prática e conhecimento das formas de participação. A democracia no Brasil é recente e ainda é preciso vencer o medo de falar. As minorias, em geral, estão frequentemente ausentes das assembleias de participação. Por isso que digo que a prática da democracia direta deve fazer parte da educação do cidadão. Só assim aprendemos, aos poucos, a tomar a palavra.

Como incentivar a participação?

Com um modelo de educação que ensine as crianças a viver, a ter mais compreensão dos outros, entender o significado do valor do conhecimento para enfrentar as questões que se impõem. As crianças e jovens precisam pensar o que significa ser humano no contexto de sua época para que fiquem aptos a pensar soluções para os desafios que virão. Esses ensinamentos ajudam a constituir o valor da solidariedade e, hoje, para combater a pobreza, é preciso ser solidário. Falo de solidariedade entre pessoas e, sobretudo, entre países.

As nações ricas alegam que a crise econômica os impede de ajudar os países pobres...

Há países ricos em crise, mas ainda assim eles têm meios de ajudar os pobres parando de explorar as riquezas do solo e subsolo dessas nações com suas multinacionais.

Como a Economia Verde pode resolver as desigualdades sociais?

A água é um bem comum e não tenho que pagar por ela. Economia Verde é a que oferece uma energia limpa, que favorece pequenos agricultores, a agricultura menos nociva ao meio ambiente, que protege a biodiversidade, mas é também aquela que deve dar trabalho para muitas pessoas.

terça-feira, 19 de junho de 2012

El ilusionismo de las transnacionales

Agencias

Ayer finalizó el foro de las transnacionales en la Conferencia Río+20, el Corporate Sustainability Forum. Este foro auspiciado por el Global Compact ha favorecido el negocio de las empresas transnacionales y su legitimación para la mercantilización de nuevos territorios, bienes comunes, servicios... Todo ello bajo el argumento de que estas compañías son claves para la sostenibilidad ambiental y el desarrollo de los países del Sur Global. Frente a estos argumentos, centenares de organizaciones se están articulando en la Cumbre de los Pueblos para denunciar que estas corporaciones son precisamente las principales causantes de la fuerte crisis ambiental y de la violación sistemática de los derechos humanos.

El Global Compact ha organizado directamente el espacio donde, según este propio foro, cientos de transnacionales han desarrollado todo un trabajo de presión política hacia los gobiernos para conseguir su objetivo: privatizar y comercializar áreas, recursos y servicios de la naturaleza que, hasta ahora, no estaban bajo las normas del mercado por considerarse vitales: fundamentales para la vida. La sociedad civil, reunida estos días en la Cumbre de los Pueblos Rio+20, ve un enorme peligro en estas prácticas: la fuerte expansión de la minería, la especulación con los alimentos, el acaparamiento de tierras, la privatización de servicios básicos como el agua, -entre otros-, porque ofrecen pruebas palpable de los impactos futuros que puede tener introducir en el mercado más bienes y servicios.

La herramienta para frenar esta deslegitimación son alianzas público-privadas que han tenido en este espacio una enorme difusión y publicidad. Pero la actividad de las transnacionales no se frena con la clausura de este Foro -en el que ha participado el grupo Santander, dados sus fuertes intereses comerciales en Brasil-, sino que ha tenido un momento clave para su publicidad en el Bussiness Action for Sustainable Development (BASD).

Por otra parte, la expansión de este poder llega hasta las Instituciones Internacionales. La Alianza “¿Economía Verde? ¡Futuro Imposible!” denuncia cómo los grupos de presión empresariales, el capital financiero y las corporaciones multinacionales están influenciando las decisiones de la ONU consiguiendo bloquear la aprobación de soluciones efectivas en la protección ambiental y social o la defensa de los Derechos Humanos. Por ello, más de 335 organizaciones de la sociedad civil, representando a millones de personas en todo el mundo, han firmado ya una declaración conjunta, donde destacan y denuncian el control cada vez mayor que ejercen las empresas transnacionales en el seno de la ONU. Las organizaciones firmantes exigen una respuesta pública, donde Naciones Unidas manifieste de forma clara que su prioridad es servir al interés público y no al poder corporativo.

domingo, 17 de junho de 2012

Una Europa irreconocible

José Ignacio Torreblanca
El País

Se ha convertido en un lugar común dar por hecho que si la coalición de izquierdas Syriza que dirige Alexis Tsipras gana las elecciones de este domingo, Grecia saldrá del euro. Aunque en España temamos las consecuencias de una victoria de Syriza, parece que hay quienes en Alemania y otros lugares piensan que la salida de Grecia no solo es inevitable sino que sería un paso en la buena dirección ya que descargaría a la UE de un problema que se ha enquistado y que carece de solución. La desfachatez del Ministro de Economía del Reino Unido, George Osborne, abogando por una salida de Grecia del euro como vía para solucionar los problemas de su país deja bien claro hasta qué extremos ha llegado la pulsión por la supervivencia que recorre estos días las capitales europeas.

El caso es que entre los que la desean públicamente y la promueven con sus acciones, los que se oponen por considerarla catastrófica pero se ven incapaces de evitarla y los que secretamente esperan que dicha salida por lo menos tenga la virtud de obligar a los líderes europeos a tomar las decisiones que tan cuidadosamente vienen evitando tomar desde hace meses, la salida de Grecia del euro parece que se ha convertido en el único punto de convergencia de esta crisis.

Sin embargo, Tsipras y su coalición no parece que quieran ponerle las cosas tan fáciles a los que buscan en la salida de Grecia un desenlace inmediato. Día tras día, el gobierno alemán se niega a los eurobonos o a la unión bancaria argumentando que no hay soluciones simples y rápidas para esta crisis. Curiosamente, aquí tenemos un primer punto de encuentro y acuerdo entre Alemania y Grecia pues lo que Syriza plantea es renegociar el memorándum que rige la vida política y económica griega y sustituirlo por un plan de crecimiento y reformas fiscales que hagan sostenible al estado griego, en modo alguno salir del euro. Esas negociaciones tomarán tiempo y generarán tensión, pero sería muy difícil justificar que la Troika se negara desde un principio a hablar con Syriza. Tanto por razones democráticas, pues se trataría de un gobierno elegido democráticamente que, además, no es responsable de la situación generada por el Pasok y Nueva Democracia, como por razones prácticas, pues es evidente que la austeridad tal y como ha sido impuesta a Grecia no ha funcionado, lo lógico sería sentarse a explorar las posibilidades de un acuerdo. En cualquier caso, debería quedar claro que sin un acuerdo que ambas partes rubricaran no estaríamos hablando de una salida, sino de una expulsión forzosa de Grecia de la zona euro, con todas sus consecuencias.

Con todo, pese a la importancia capital de lo que ocurra hoy en Grecia, Grecia no es el problema, ni tampoco la solución. El problema está en el mismo sitio desde el principio de la crisis y no se ha movido: está en los líderes y las instituciones europeas que han permitido que por la grieta abierta en la zona euro por una economía como la griega, que apenas representa el 2% de la eurozona, se haya abierto una brecha por la que ya caben España e Italia, además de Portugal e Irlanda. La saga de los 100.000 millones del rescate bancario a España y su pésima acogida por el mercado lo ha dejado bien claro: el método actual de resolución de crisis, que hace que las deudas privadas y públicas se retroalimenten en el ámbito nacional sin respaldo europeo llevará, con o sin Grecia, al colapso del euro. Por eso, el problema real al que nos enfrentamos a partir del lunes no es la salida de Grecia, sino la intervención total y completa de España, que podría verse obligada a acudir nuevamente a los fondos de rescate europeos para financiar no sólo su banca vía el FROB, sino también sus emisiones de deuda pública. Vista desde España, esa intervención nos parecería un desastre, tanto por sus consecuencias políticas como económicas y sociales. Sin embargo, vista desde Alemania, y a tenor de las declaraciones de Angela Merkel y otros, no parece que ese riesgo esté siendo suficiente para promover que el BCE compre deuda y evite el rescate de España.

Habrá una unión política, sí, con unión bancaria, eurobonos, un Tesoro europeo y un Banco Central Europeo de verdad. El proyecto de federación económica no es un secreto: está encima de la mesa. Pero esa tierra prometida está al final del camino, no al principio. Para llegar allí, el mensaje que recibimos de Berlín es que hay que dejar que los mercados hagan primero el trabajo de limpieza en el ámbito nacional y expulsen a los más débiles o incapaces. No reconocerse en esta Europa darwinista en la que sólo los más aptos parecen están destinados a sobrevivir debería ser el primer paso para la acción. ¿Serán capaces François Hollande, Mario Monti y Mariano Rajoy de imponer una visión alternativa? A partir del lunes lo veremos.

sexta-feira, 15 de junho de 2012

El movimiento #yo soy 132 ¿Primavera política que termina el 1º de julio?

Willebaldo Gómez
ALAI

A principios del mes de mayo las elecciones federales parecían un mero trámite, los magnates de los medios de comunicación y el PRI parecían viajar en un tren seguro para llegar a la silla presidencial, los partidos contendientes parecían insignificantes frente al monstruoso aparato que ensalzaba la figura de Enrique Peña Nieto como el presidente que México necesita. La derrota para las aspiraciones democráticas parecía inminente, sin embargo, los primeros días de mayo fueron testigos de la aparición en escena de un complejo conjunto social que hico valer su derecho de piso en esta contienda: La juventud mexicana.

Distintos sociólogos y analistas conceptualizan a la juventud actual como una masa amorfa, la cual no encuentra una ventana que los haga visibles en la sociedad. Sin embargo, el mayo mexicano cohesionó a distintos jóvenes de clase media y de la pequeña burguesía en un objetivo: Evitar que llegue al poder lo más podrido de la política nacional. La chispa que incendio la pradera tuvo lugar el 11 de mayo en la Universidad Iberoamericana, en donde cientos de estudiantes increparon al candidato del PRI sobre la represión en San Salvador Atenco, el candidato adicto al telepronter no pudo responder a la manifestación cívica de rechazo a su autoritarismo, salió huyendo de las instalaciones y el baño de la UIA significó su Waterloo. Las reacciones de sus “periodistas” a sueldo y principales colaboradores como Joaquín Codwell y Luis Videgaray no se hicieron esperar, arremetieron contra los estudiantes y los calificaron de intolerantes, manipulados y agentes pagados para desestabilizar, parecía que la nariz diazordacista se asomaba dejando ver el verdadero rostro del PRI. Por su parte, los jóvenes de la Ibero difundieron un video en las redes sociales donde 131 estudiantes con credencial en mano ratificaban su pertenencia a la institución y su participación en la presentación de EPN, posteriormente convocaron a una serie de manifestaciones en las instalaciones de Televisa Santa Fe y San Ángel a las que se sumaron otras instituciones de educación superior, la primavera política había comenzado.

Las redes sociales empezaron a jugar un rol fundamental, la información se difundía libremente y llegaba a miles de jóvenes, nutriendo el apoyo a esos 131 estudiantes que daban la cara por lo sucedido el 11 de mayo, nacía así el movimiento #yosoy132. Mediante las redes sociales se convocó a una movilización el 23 de mayo en el monumento a la corrupción bautizado por el calderonismo como “Estela de Luz”, el propósito era manifestar nuevamente el apoyo a los 131 estudiantes y el rechazo a la manipulación informativa, el acto se desbordó, pacíficamente se avanzó por los carriles de Paseo de la Reforma y se convirtió en marcha hacia el Ángel de la Independencia para después enfilar hacia Televisa Chapultepec y culminar en el zócalo con la entonación del himno nacional.

La juventud había tomado las calles y se mostraba vigorosa, festiva y trazando horizontes compartidos no importando la procedencia social o educativa, las consignas más sonadas eran #yosoy132, lo que trazaba una identidad a los participantes, pero también de hartazgo contra la manipulación informativa y el rostro del sector más corrupto de la política nacional, con lo que delineaba el carácter democrático, político y ciudadano de los manifestantes. El 26 de mayo se convocó a una asamblea general de coordinación para trazar los siguientes pasos del movimiento en Tlatelolco lugar emblemático de la juventud mexicana, el movimiento empezaba a cobrar contorno y estructura, la cual se reforzaría el 30 de mayo con la asamblea general en las Islas de Ciudad universitaria. A ese lugar arribaron más de 7 mil estudiantes de diversas escuelas, estructurando 15 mesas de discusión y una organización de voceros por escuela. En este encuentro el movimiento alcanza sus mayores definiciones políticas hasta el momento: un movimiento apartidista pero no apolítico y anti- Peña Nieto por lo que representa.

La juventud mexicana se encontró a sí misma en este movimiento que surgió de forma espontánea, estos jóvenes representan al sector más culto de la población mexicana y repudian la dinámica autoritaria que la política y la economía nacional muestran y les excluyen. La crítica hacia el establisment político golpea a todos los candidatos y sus partidos, aunque se centra en uno por ser el temor de regresión al pasado; el cuestionamiento hacia la falta de democracia hace blanco en los medios de comunicación, pero también pasa revista a todas las instituciones trazadas al estilo del PRI como las universidades, las cámaras, la corte, las gubernaturas y presidencias municipales. Y esto sucede así porque en México la transición a la democracia fue una farsa, el respeto al voto es algo elemental pero no lo único, la carencia de opciones tiene como blanco primordial los jóvenes, los bajos salarios, la ausencia de empleo y la inseguridad cobra a sus víctimas a este sector, por ello es la juventud mexicana que lanza un grito de hartazgo, inventando sus propias medios y dinámicas.

El sistema político es muy estrecho para albergar los sueños de esta generación. Que les puede decir este régimen antidemocrático a los estudiantes, por ejemplo de arquitectura o ingeniería los cuales tiene conocimientos para edificar y construir, pero es el mercado el que determina los que se utiliza, mientras hay cientos de personas carentes de un hogar o vías de comunicación y pocos millonarios que se enriquecen a costa de esa necesidad; a los comunicólogos que se preparan para decir la verdad y observan como en los medios de comunicación esta verdad se compra y se desfigura; a los actuarios que trabajan todos los días con las matemáticas y basta pagar una encuesta para modificar la metodología y dar un ganador absoluto; a los politólogos que se esfuerzan por comprender la dinámica del país y ahora basta una cara bonita y cientos de minutos frente a la televisión para llegar a la presidencia; a los economistas y sociólogos que observan una realidad que lacera y lastima a cualquier mexicano con dignidad mientras en las telenovelas se muestra un mundo de fantasía negado a la mayoría de los mexicanos; a los abogados que estudian las leyes de este país y todos los días ven como se violan sistemáticamente desde el poder; a los de filosofía que leen cientos de libros y hoy ven como un tipo tan ignorante puede llegar a la presidencia; o a cualquier estudiante que día a día observa como este país revienta de miseria y dolor, mientras las posibilidades de aplicar lo aprendido se esfuma por un sistema que les clausura oportunidades. Es por ello, que la juventud es la única capaz de señalar todo aquellos que los “amorosos” o “diferentes” no señalan, pues estos jóvenes están al margen de este caduco sistema político.

Ahora el movimiento #yosoy132 se encuentra ante una definición histórica, pues su participación en contra de EPN y sus aliados terminará favoreciendo a algún candidato, también las definiciones trazadas van más allá del plano electoral. Esta es la paradoja más importante, el movimiento puede perder el horizonte y ver que el mundo acaba el primero de julio pues es su reto más inmediato, o bien encauzar sus energías a demandas más amplias y en pro de una democratización hoy inexistente, el balón está en el aire, pero algo es seguro, estos jóvenes no serán lo mismo después de este movimiento, y han logrado una hazaña histórica: demostrarle al pueblo de México que se puede soñar, y esos sueños solamente depende de nosotros mismos, por eso #yosoy132.

quinta-feira, 14 de junho de 2012

Wagner sigue vetado en Israel

Ana Carbajosa
El País

Estaba todo listo para hacer saltar por los aires uno de los grandes tabús que perviven en Israel. La música de Richard Wagner iba a escucharse en el Estado judío por primera vez desde su fundación. El contrato con el hotel Hilton estaba firmado y hasta las sillas del pequeño auditorio estaban elegidas. Pero en el último momento, la Asociación Wagner de Israel recibió la noticia sin mayor explicación: el concierto estaba cancelado. De nuevo. Días antes, la Universidad de Tel Aviv había rechazado albergar un acto semejante. Los organizadores del evento atribuyen con indignación a “presiones municipales” lo sucedido.

Wagner murió en 1883, décadas antes de que el dictador nazi se hiciera con el poder en Alemania, pero eso no impidió que el compositor se convirtiera en el músico venerado por Adolf Hitler. En el Wagner ensayista y poeta, el dictador del Tercer Reich encontró supuestamente inspiración para desarrollar la ideología nazi, la que causó la muerte de seis millones de judíos en Europa. Por eso, en el Estado judío, Wagner es el compositor maldito. No es que en Israel esté prohibido interpretar a Wagner por ley, se trata más bien de un boicot al que prácticamente se adhiere el país en bloque desde su nacimiento en 1948. La Asociación Wagner de Israel nació hace año y medio con el propósito de romper ese consenso. Numerosos supervivientes del Holocausto forman parte de ella. Jonathan Livny, su presidente, no oculta su frustración tras la cancelación del concierto de Tel Aviv.

Este es el segundo intento para celebrar un concierto programado para el fin de semana que viene, después de la universidad de Tel Aviv, decidiera prescindir de tan polémico evento en el último momento. La institución académica explicó en un comunicado que fueron poco menos que engañados, que les ocultaron de forma deliberada que Wagner formaba parte del repertorio. “Se trata de un tema muy sensible, en particular en Israel donde hay tantos supervivientes del Holocausto”. Las cancelaciones se producen después de que se conocieran las quejas de supervivientes del Holocausto. Las víctimas hablaron de “tortura emocional” en una carta que enviaron a la universidad y al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu y que después reprodujeron los medios locales.

Livny explica que simplemente está en contra de cualquier boicot cultural y considera “estúpido reducir la memoria del Holocausto a si tocas a Wagner o no. Él fue sólo uno de los culpables. Hubo muchos otros antisemitas como Strauss o Chopin que sin embargo sí se escuchan en Israel”. Más allá de interpretaciones históricas, a Livny le repele la idea de que hay músicas o ideas prohibidas. “Uno de los síntomas de que una democracia es saludable es que se puedan discutir temas controvertidos y que se pueda escuchar música aunque venga rodeada de polémica. Parece que la democracia israelí no goza de muy buena salud”.

Unos cien músicos pertenecientes a diversas orquestas israelíes tenían previsto participar en el concierto. Contratar a una sola orquesta, financiada aunque fuera parcialmente por el Estado, habría hecho que la iniciativa naciera muerta, dicen en la Asociación Wagner. La idea del evento consistía en escuchar a Wagner dentro de un simposio dedicado también a analizar la influencia del compositor alemán sobre Theodor Herzl, el líder sionista que según estudiosos de Wagner en Israel, escribió su Altneuland escuchando Tannhäuser, la ópera de Wagner.

Es cierto que en alguna ocasión contada, la música de Wagner se ha escuchado, medio de refilón, en algún auditorio israelí. Se atrevió Daniel Barenboim en 2001, cuando al final de un concierto invitó a los músicos a interpretar un fragmento de Tristán e Isolda. El atrevimiento le costó los insultos por parte de algunos asistentes al concierto que se ausentaron de la sala al grito de “fascista”. A pesar de que el público israelí no está en general muy predispuesto a disfrutar la obra de Wagner, Livny y su Asociación anuncian que no piensan ceder. Quieren que al margen de iniciativas más o menos improvisadas como las de Barenboim, el compositor alemán pueda figurar oficialmente en un programa de un concierto.

quarta-feira, 13 de junho de 2012

Impasse na Rio+20

Silvio Caccia Bava
Le Monde diplomatique

As discussões que devem ocorrer na Rio+20 estão em um impasse. Um encontro no qual já confirmaram presença mais de cem chefes de Estado e que deveria anunciar ao mundo um novo pacto em defesa da sustentabilidade não vai mais fazê-lo.

Os governos dos países centrais do capitalismo não parecem dispostos a assumir metas de sustentabilidade e expressam, com isso, a oposição das grandes corporações a qualquer tipo de regulação internacional que prejudique seus interesses.

A Europa, com sua crise do sistema financeiro, que se espraiou para a economia e a política, não está disposta a discutir alternativas ao atual modelo de desenvolvimento e, por isso, não quer saber das questões ambientais. Angela Merkel já avisou que não vem. Os parlamentares europeus desistiram de vir alegando o alto preço dos hotéis...

Os Estados Unidos, às voltas com sua eleição presidencial, se opõem a qualquer medida, ou metas, que venham a inibir seu esforço de crescimento pautado pelo atual modelo de desenvolvimento. Obama também já avisou que não vem.

Se Europa e Estados Unidos juntos consomem cerca de 80% dos bens produzidos no planeta, discutir novos padrões de produção e consumo globais sem seu engajamento torna-se mais difícil. Mas eles não são os únicos que estão tentando contornar a questão central. Países como os Brics também não estão interessados em ir a fundo na análise das causas que nos levam a esta crise, que não é só ambiental. Então, a expectativa é baixa quanto ao que esperar da reunião entre governos.

As respostas dos governos não estão à altura dos desafios; eles falam da possibilidade de um “capitalismo verde”, capaz de combinar a lógica do lucro com a preservação ambiental. Ou melhor, buscam transformar a preservação ambiental numa fonte de lucro.

O quadro da situação pintado pelos cientistas, no entanto, parece não aceitar essa tentativa de reduzir a crise a uma dimensão preservacionista, mantendo tudo o mais como está. Eles alertam para catástrofes ambientais próximas. Alguns dizem que o estrago está feito, que eventos climáticos extremos já ocorrem, que devemos esperar por dias piores. Nesse cenário, o que nos resta como espaço de ação é apenas minimizar os prejuízos e nos prepararmos melhor para um futuro cada vez mais problemático.

Os diagnósticos variam, mas muitos estão concordes de que estamos trilhando um caminho sem volta, que no limite ameaça a existência da vida no planeta e a própria espécie humana. A curto prazo.

Mas se a questão é tão grave, por que então esses governos não a enfrentam? A resposta é simples: a crise é sistêmica – ela é simultaneamente financeira, ambiental, de segurança alimentar, de aprofundamento da exclusão e da pobreza etc. É uma crise do modelo capitalista de produção e consumo. Enfrentar a crise é enfrentar os interesses dos principais beneficiários do atual modelo, os atuais donos do poder.

Desde a crise financeira de 2007-2008 os governos vêm transferindo recursos públicos para o sistema financeiro privado e, para tanto, privando a cidadania de direitos. Há hoje uma percepção na sociedade de que os governos obedecem aos bancos, não aos eleitores. A democracia é desafiada pelo poder econômico.

E quando os parlamentos e governos da Grécia, da Espanha, da Itália, de Portugal e da França orientam suas políticas para a promoção de ajustes que jogam seus países em uma espiral descendente onde o horizonte é uma radical destituição de direitos, cresce a indignação na sociedade contra seus governos, as políticas de ajuste e o desmonte do Estado de bem-estar social.

A sociedade se mobiliza, ocupa as ruas e as praças, promove acampamentos, traz a política para o espaço público, questiona os governos, as políticas e as instituições. A sociedade indignada realiza grandes manifestações, sobretudo na Grécia, Irlanda, Espanha, Portugal, Itália. O mesmo acontece nos Estados Unidos, com o movimento Ocupar se espalhando por mais de cem cidades. Eles denunciam a apropriação da riqueza por 1% da sociedade, deixando pobres os 99% restantes.

Há por aí uma onda de indignação, é verdade. Mas falta muito para que esta se converta em força política. Sabemos que esses movimentos precisam passar a contar com o apoio das entidades e associações que representam interesses da sociedade civil, sensibilizar partidos e se expressar também eleitoralmente. A França parece ter conseguido isso com a eleição de um socialista que se posiciona contra as políticas de ajuste: François Hollande.

Daí a importância de iniciativas como o Fórum Social Mundial e a Cúpula dos Povos, que permitem o encontro e a troca entre os indignados de todo o planeta. Aí são criados espaços para a apresentação e debate daquilo que de melhor as sociedades vêm produzindo para a construção de uma sociedade sustentável.