sexta-feira, 18 de setembro de 2020

Brasil: un país enfermo y ardiendo en llamas


José Drumond Saraiva
El Clarín de Chile


El país está enfermo y ardiendo en llamas. La pandemia del Covid- 19 ha exterminado la vida de 134 mil 106 brasileños/as, mientras 4 millones 419 mil 083 de personas infectadas por el coronavirus desde los inicios de la Covid-19 han copado los recintos asistenciales. En las últimas 24 horas, 987 personas han muerto a causa de la pandemia y 36 mil 820 personas contagiadas siguen abultando las terribles cifras y el colapso hospitalario continúa.

La Covid-19 desnudó en toda su crudeza las abismantes desigualdades sociales entre las élites y los desposeídos. La cantidad de muertos y contagiados por coronavirus es altamente mayor en la población negra y los sectores de extrema pobreza. En su mayoría, estos hombres, mujeres y niños brasileños no tienen acceso al agua potable y a una vivienda digna. El aumento de casos de tuberculosis, sarampión y cachumba o paperas en estos sectores, es otra muestra de la desigualdad social.

Y como si esto fuera insuficiente, el país está en llamas. Los incendios en El Pantanal –reserva creada para preservar la biodiversidad- destruyen miles y miles de kilómetros cuadrados, matando animales y arrasando con nuestra flora y fauna. Sin embargo, Bolsonaro ha dicho a la prensa internacional que “la historia de la amazonia en llamas es una mentira que debemos combatir”.

Pero esto no es todo! La enfermedad de la indiferencia y el odio, también afecta a la sociedad brasileña. Indiferencia a las altas cifras de infectados y de fallecidos. Odio a todos quienes no piensan como los que gobiernan el país. Odio contra los que no creen en sus sistemáticas tesis negacionistas como: los indios son vagos y ocupan mucho espacio en nuestros bosques, la tierra es plana, las mascarillas no protegen contra el coronavirus, para qué vacunas si tenemos hidrocloroquina.

La pandemia avanza a pasos agigantados por los territorios del Brasil y la militarización del Ministerio de Salud ha transformado a este ministerio en un verdadero cuartel. Sin embargo y pese a la desastrosa gestión del ministro interino de Salud, general Eduardo Pazuello, Bolsonaro lo ratificó en su cargo. El día 16 de septiembre 2020, en medio de la ceremonia de ratificación del general ministro de Salud, Bolsonaro volvió a defender el uso de la cloroquina y llamó a la apertura inmediata de todas las escuelas del país.

quinta-feira, 17 de setembro de 2020

Brasil: Académicos de Derecho amenazados y perseguidos en la Universidad



Fernando de la Cuadra
Socialismo y Democracia


El gobierno de extrema derecha del ex capitán Bolsonaro continua en su arremetida contra la cultura, la educación y los profesores de Brasil. En una acción administrativa autoritaria e ilegítima -que ya se está transformando en un caso emblemático nacional- el actual rector/interventor de la Universidad Federal de Ceará (UFC), ha instaurado un Proceso Administrativo Disciplinario (PDA) en contra de cinco académicos de la Facultad de Derecho, bajo la acusación de “insubordinación grave” y con una indicación de despido que debe ser concluido en los próximos 60 días.

Las dos académicas y los tres académicos que se encuentran respondiendo al proceso son Beatriz Xavier, Cynara Mariano, Felipe Braga Albuquerque, Gustavo Machado Cabral y Newton Albuquerque, todos con una significativa participación en la lucha por la democratización de la Universidad, luego de que el actual rector/interventor, Cándido Albuquerque, fuera escogido por el presidente Bolsonaro entre una lista tríplice, en la cual éste figuraba con un número de votos significativamente inferior al de los otros dos miembros de la terna enviada para la aprobación del Ejecutivo (obtuvo solamente el 4.6% de los votos). Claramente, la decisión del ex capitán de preferir al actual interventor se basó en el carácter servil y en el apoyo incondicional prometido por el interventor en ejercicio, el que hasta el momento ha sido cuestionado y rechazado por la inmensa mayoría de los diversos estamentos (docentes, alumnos y funcionarios) de esa Casa de Estudios Superiores.

En un trecho de la declaración difundida por la Asociación de Docentes de la Universidad Federal de Ceará (ADUFC) se puede leer que toda la acusación refleja una “notoria naturaleza de persecución política, teniendo en cuenta que, además de la actuación de los/as profesores/as en el movimiento docente de la UFC, se suma el hecho de que ellos habían disputado con el propio interventor y el actual Director de la Facultad de Derecho las últimas elecciones para elegir la dirección de la Facultad”.

Este intento grosero por cercenar el libre pensamiento y la expresión de opiniones discordantes en el espacio universitario, viene siendo denunciado vehementemente por diversas categorías de docentes, profesionales, partidos políticos y organizaciones sociales del Estado de Ceará y de Brasil en general, constituyéndose en un nuevo campo de luchas contra la embestida del gobierno de extrema derecha que pretende destruir por la fuerza cualquier indicio de disidencia en los múltiples ámbitos de la vida intelectual y cultural de la nación brasileña.

Las expresiones de solidaridad con los/as cinco académicos/as siguen creciendo como una gran cadena que se ha ido extendiendo velozmente por todo el país, en la medida en que la sociedad comienza a enterarse en estos días respecto de la arbitrariedad y el abuso cometido por parte de las autoridades –dígase ilegitimas- que actualmente administran dicha Universidad.

En resumen, podemos señalar que en muchas de las declaraciones de apoyo a los/as docentes se resalta que desde hace mucho tiempo el rector impuesto discrecionalmente por la presidencia, se ha dedicado a ejercer sus funciones en forma despótica, antidemocrática y antirrepublicana, con el único propósito de amedrentar cualquier expresión de disidencia dentro del claustro universitario, así como de coartar e intimidar a los y las profesoras en el uso de su legítimo derecho de opinar y de tener la libertad de cátedra necesaria para mostrar los abusos cometidos por un gobierno represivo y con un claro sello neofascista.