Gideon Levy
Haaretz
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¿Qué tan terrible es, por amor de Dios, que hayan aceptado a Palestina en la UNESCO? ¿Por qué debe considerarse como una decisión "antiisraelí”? Y, a título general, ¿qué tiene de malo que los palestinos hayan abandonado el terror y actúen en la arena internacional? Si Israel fuese capaz de comportarse de manera inteligente, votaría a favor de aceptar a los palestinos en cualquier organización internacional respetable.
Y si Israel tuviera una conducta íntegra, el discurso hueco sobre dos estados se traduciría en un apoyo a los movimientos de la diplomacia palestina para conseguirlo. El reconocimiento internacional de un Estado palestino es la última oportunidad de frustrar la solución de un Estado único. También es la última oportunidad de preservar el poder de la Autoridad Palestina y evitar que Hamás la reemplace. Israel debería apoyar esto con entusiasmo.
Si la comunidad internacional que apoya a Israel, encabezada por Estados Unidos, actuara con integridad y sabiduría, también daría la bienvenida a los movimientos de los palestinos. Estamos hablando nada menos que de un paso amistoso, la mejor manera de asegurar el futuro de Israel como el Estado-nación del pueblo judío. Pero, en cambio, los estadounidenses y los israelíes están imponiendo castigos a los palestinos. Es dudoso que hayan recibido mayores castigos, incluso durante los peores días de terrorismo. Dos potencias mundiales, Estados Unidos e Israel, están golpeando sus bolsillos y parte de Europa se ha apresurado a seguirlos de un modo aterrador.
Este parece uno de los pocos ejemplos en la historia donde se castiga al país ocupado por su lucha justificada y no violenta para ganar su libertad, mientras que el ocupante violento que continúa con su empresa de los asentamientos y el control por la fuerza, gana el apoyo de Occidente. Este es el plato que los Estados Unidos de Barack Obama están sirviendo y esta es la situación caótica que Israel está conduciendo: detener la financiación a una organización cultural y científica que ha aceptado en sus filas a una nación que lucha por su independencia.
Es interesante ver que Obama, que hasta hace poco estaba a favor de la libertad, llega a un acuerdo en este asunto antes de acostarse por la noche. Es interesante ver que los líderes de Europa, algunos de los cuales votaron en contra de aceptar a los palestinos, explican su actuación a sus votantes. A Muamar Gadafi le bombardearon en nombre de la libertad mientras apoyan que continúe la ocupación por parte de Israel, el enemigo de la libertad que frustra las gestiones diplomáticas y democráticas destinadas a la liberación de una nación.
¿Qué le queda por hacer a Mahmud Abbas? ¿Qué puede pensar cualquier palestino que vive bajo la ocupación? Durante años trataron de sentarse en silencio, esperando a Godot, pero Godot no llegó. Trataron de luchar contra la ocupación con piedras y cuchillos, pero no pasó nada. Intentaron las negociaciones, pero se prolongaron inútilmente durante años y no se avanzó ni un paso. Se intentaron crueles atentados suicidas, pero nada cambió. No hay nadie con quien se pueda hablar en Jerusalén, y nada de qué hablar.
Ahora están tratando de unirse al mundo, ¿y qué obtienen a cambio? Un castigo que todavía puede convertirse en una sentencia de muerte para la Autoridad Palestina y su líder más moderado de toda la historia. Fue suficiente escuchar a Abbas prometiendo acabar con el conflicto durante una entrevista en el canal 2 la noche del viernes para entender eso. Esta entrevista debería haber reverberado en cada hogar israelí. Pero en cambio fue recibida con amargura por los analistas que lo saben todo.
Una banda de matones, el foro de los ocho ministros, decidió las medidas para castigar al hombre que se atrevió a actuar en contra de los deseos de la Familia. Están construyendo otras 2.000 viviendas en los asentamientos que, por primera vez, se caracterizan como un castigo. Y están robando el dinero de los impuestos que pertenece a los palestinos y también cancelando algunos pases de dirigentes palestinos. Por lo menos ahora sabemos que todos los apartamentos de los asentamientos son castigos y que todos los colonos que viven en ellos lo están haciendo como una venganza.
Los dirigentes palestinos también sabrán que su relativa y privilegiada libertad de movimientos no era más que un hueso miserable e insultante que les tiraba la potencia ocupante a cambio de su colaboración. Si colaboran van a tener, si no, no. Si secuestran a un soldado van a tener, si van a las Naciones Unidas, los castigaremos. Este precio impuesto por el foro de ocho años no es muy diferente al precio que imponen los colonos. Es la violencia descontrolada y la búsqueda de venganza.
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