Noam Chomsky
occupywallstreet
Cualquiera que tenga los ojos abiertos sabe que el gangsterismo de Wall Street -- de las instituciones financieras en general -- ha infligido graves daños al pueblo de los Estados Unidos (y al mundo). Y debería saber también que tal cosa ha ido sucediendo progresivamente en los últimos treinta años, a medida que ha aumentado de modo radical su poder en el seno de la economía, y con ello su poder político.
Se ha puesto así en marcha un círculo vicioso que ha concentrado una inmensa riqueza, más el poder político, en un diminuto sector de la población, una fracción de un 1%, mientras el resto va convirtiéndose cada vez más en lo que en ocasiones se denomina "precariado", que trata de sobrevivir en una precaria existencia. Además, tan horribles actividades se llevan a cabo con una impunidad casi completa: no sólo mediante el "too big to fail" (demasiado grandes para dejarlos caer) sino también con el "too big to jail" (demasiado grandes como para meterlos en la cárcel).
Las valientes y honrosas protestas que continúan en Wall Street deberían servir para llamar públicamente la atención sobre esta calamidad y conducir a un entregado esfuerzo por superarla y poner a la sociedad en una senda más saludable.
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