Página 12
La presidenta Cristina Kirchner repudió el rechazó del primer ministro británico, David Cameron, a negociar la soberanía de las Islas Malvinas y, en particular, la frase utilizada por el premier sobre "un punto final para la historia" de la disputa. "Es un gesto de mediocridad, casi de estupidez, utilizar esa expresión. Los argentinos nunca creímos en puntos finales en derechos humanos y no lo vamos a hacer en derechos soberanos". Además, consideró a Inglaterra "un imperio en decadencia" y aseguró que la Argentina avanzará "en el marco de la paz y el derecho internacional"
A una semana de la intimación de la Organización de Estados Americanos (OEA) para que Gran Bretaña se siente a negociar una solución al conflicto por la soberanía de las Islas Malvinas y horas después del reclamo de la presidenta Cristina Kirchner durante los actos por el 29º aniversario del fin de la guerra, el primer ministro David Cameron afirmó ante el Parlamento británico que la soberanía del archipiélago no es negociable y ratificó el derecho a la autodeterminación de los kelpers. “La Argentina deplora” las declaraciones de Cameron, afirmó anoche Cancillería. “El gobierno del Reino Unido, en un lamentable acto de arrogancia, se adjudica la autoridad de poner ‘fin a la historia’ referida a una disputa de soberanía reconocida por las Naciones Unidas y aún pendiente de solución”, advirtió. Antes, el canciller Héctor Timerman se pronunció vía Twitter: “Le digo al señor primer ministro que el fin de la historia nunca es una decisión de una persona por poderosa que se sienta”, escribió.
El disparador fue un planteo del legislador conservador Andrew Rosindell para que en el próximo encuentro con el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, Cameron remarque que Londres no aceptará negociar la soberanía de las islas. El pedido se relaciona con la decisión de la OEA, un foro en el que la Casa Blanca tiene mucha influencia, de instar a la Argentina y Gran Bretaña a negociar “cuanto antes” una solución al conflicto. “Mientras las Islas Malvinas quieran ser territorio soberano británico deben seguir siendo territorio soberano británico. Punto. Final de la historia”, fue la lacónica respuesta de Cameron.
“La actitud británica evidencia una falta de respeto al derecho internacional que ese país ha venido demostrando en relación con la persistencia de una anacrónica situación colonial que agravia no sólo a la República Argentina, sino también a la región en su conjunto, tal como lo demuestran las múltiples manifestaciones de preocupación por la situación planteada, emitidas por la OEA, Mercosur, Grupo Río, Cumbre Latinoamericana y del Caribe y la Unasur”, advirtió anoche la Cancillería.
La primera reacción oficial fue del embajador ante la ONU, Jorge Argüello. “La comunidad internacional deberá evaluar cuidadosamente hasta qué punto le conviene seguir reconociendo status de miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU a aquellos países que sistemáticamente ignoran o violentan las decisiones de la Asamblea General”, señaló. “Los dichos del señor Cameron confirman que el Reino Unido hará valer su interés por las buenas o por las malas. No están dispuestos a proceder conforme al derecho, sino a defender su posición de hecho, originada por la fuerza en el siglo XIX”, advirtió. Las palabras de Cameron también fueron repudiadas por el diputado Ruperto Godoy, vicepresidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, quien las calificó como “una provocación para el Estado argentino”, el mismo término que eligió el senador socialista Rubén Giustiniani. “Es una provocación inaceptable que se enmarca en la persistente e inexplicable falta de respeto por parte de Gran Bretaña a las decisiones de la comunidad internacional”, manifestó desde Ginebra.
La Presidenta reiteró esta semana dos veces el reclamo a Londres. El martes, cuando le entregó su DNI a un ciudadano nacido en Malvinas, sostuvo que “resulta casi ridículo pretender dominio geográfico a más de 14.000 kilómetros” y pidió “por nuestros derechos, pero por sobre todas las cosas por el diálogo, por el respeto al derecho internacional, por volver a sentarnos a la mesa de negociaciones con el Reino Unido y poder dirimir civilizadamente esta controversia que ya lleva más de un siglo”. El lunes se había pronunciado frente al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon. “Hemos reiterado nuestro deseo de que Inglaterra acepte la resolución de la ONU para sentarse a la mesa de negociaciones con Argentina”, dijo la mandataria, porque “es hora de que los países que tienen un lugar importante porque integran el Consejo de Seguridad o son parte del Grupo de los Ocho también convenzan al resto del mundo de que (todos) están sujetos a normas internacionales”, advirtió.
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