segunda-feira, 24 de janeiro de 2011

Italia: Berlusconi acorralado



Gorka Larrabeiti
Rebelión

Cuatro son las patas de la poltrona en que lleva sentado Berlusconi desde hace casi 20 años: la Santa Alianza con el Vaticano, la violencia de su régimen de populismo mediático, el apoyo de la Liga Norte y la mansedumbre de la oposición. Se trata en este artículo de los dos primeros factores y sobre la gestación de una nueva oposición extraparlamentaria.

Italia espera la penitencia que impondrá hoy a Berlusconi el Consejo de la Conferencia Episcopal italiana, cuyo Secretario se reunió el sábado con Benedicto XVI. La Santa Alianza de Silvio Berlusconi -el que se proclamaba “Ungido por el Señor”- con el Vaticano pasa por horas bajas. El escándalo pornopolítico ha alcanzado una dimensión tal que, presionados por parte de los obispos, parte de la Curia, asociaciones de base (Acli, Libera, Noi siamo Chiesa) y parte de las órdenes religiosas (Paolinos, Combonianos) primero el Secretario de Estado vaticano y después Benedicto XVI, se vieron obligados a hacer sutiles comentarios sobre la moral pública en las instituciones. La tardanza y la tibieza de las alusiones tangenciales del Vaticano a Berlusconi no sorprenden. Ya le costará al Vaticano encontrar un aliado tan conveniente como Il Cavaliere, el cual se ha batido con todas sus armas mediáticas y políticas no sólo en favor de la ideología teocon (eutanasia, aborto, píldora RU-486, crucifijo en las escuelas, conflicto de civilizaciones...) sino también de las finanzas vaticanas en varios sentidos. Durante sus años de gobierno, son muchos los tratos de favor que Berlusconi ha concedido a la sanidad o la escuela privada católica. No olvidemos tampoco las exenciones de impuestos a los inmuebles de la Iglesia o la destinación del 8 por mil del RPEF a la Iglesia católica (en realidad, este fue una invención de Giulio Tremonti, ministro de Economía). Pero sobre todo, téngase presente que durante el ventenio berlusconiano se ha producido un cambio de poder en las finanzas italianas, que de ser un feudo laico en la época de Agnelli o Cuccia, han pasado a estar dirigidas por personalidades del mundo católico, en especial de Comunión y Liberación y del Opus Dei.

Vaticanistas como Giacomo Galeazzi sostienen que al Vaticano no le interesa romper abruptamente con Berlusconi, ya que el aislamiento de Berlusconi supondría el fortalecimiento de una izquierda catocomunista que propondría un Estado más laico y, por si fuera poco, el Vaticano perdería el púlpito mediático que Silvio Berlusconi le brinda. De ahí que se prevea un distanciamiento ligero del actual Presidente del Consejo de Ministros. Y emerge con fuerza la figura de Giulio Tremonti, ministro de Economía actual, buen amigo de Ratzinger, el cual ha apreciado la teoconización de Tremonti, antiguo laico. Para escribir el libro “El miedo y la esperanza”, Tremonti consultó un discurso de Ratzinger de 1985; para escribir la encíclica “Caritas in veritate”, Ratzinger recomendó a los teólogos que colaboraban en ella la consulta de “El miedo y la esperanza” de Tremonti, un hombre que goza del favor del cardenal Angelo Scola (Comunión y Liberación), así como del banquero de Ratzinger, Ettore Gotti Tedeschi.

El malestar del mundo catocomunista es grande. Don Aldo Antonelli anunció que no celebraría misa ayer. Noi siamo Chiesa pide desde hace tiempo un distanciamiento radical del gobierno presidido por Berlusconi. Se acabaron los días del catoberlusconismo en que el Secretario de Estado y Berlusconi coincidían en cenas y exposiciones; se terminaron los encuentros fortuitos de Silvio Berlusconi con Ratzinger. El nuevo referente del Vaticano en Italia parece ser Giulio Tremonti, que está haciendo de todo para ampliar el consenso en su favor. Anteayer en la presentación de una reedición de dos discursos sobre la austeridad de Enrico Berlinguer hizo comentarios amables a la obra de Pier Paolo Pasolini y elogió la figura del histórico dirigente comunista.

Ahora bien, que el Vaticano, ese pilar fundamental del berlusconismo, falle no implica que Berlusconi esté visto para sentencia. Al Presidente del Consejo de Ministros italiano le queda el arma que lo llevó al poder y que lo ha vuelto intocable en todos estos años: la violencia de su populismo mediático. Según los últimos sondeos, después del caso Ruby apenas se ha producido cambio en la intención de voto de los electores. ¿Cómo puede ser que un Presidente de gobierno que llama en primera persona a la máxima institución policial y pide que liberen a la “nieta de Mubarak” y que se la “confíen” a una asesora que llegará no pague por esa flagrante concusión? Porque en Italia, en palabras de Umberto Eco, se vive en un régimen de populismo mediático. En 10 días Berlusconi ha publicado dos videomensajes: el primero, el domingo 16 de enero, lo emitieron parcial o totalmente todos los telediarios de todas las cadenas. Duraba ocho minutos, y la cima de la narración emotiva llegó en el momento en que el Presidente del Consejo de Ministros italiano anunció que tenía desde hacía tiempo una relación estable que jamás habría permitido excesos sexuales en su presencia (nada más se ha vuelto a saber de la susodicha). El segundo, publicado el miércoles día 19 de enero, igual. Dura 10 minutos. Para tramar su defensa, se reunieron el lunes con Berlusconi Fedele Confalonieri, presidente di Mediaset, Pasquale Cannatelli, Consejero Delegado de Fininvest, así como sus hijos Piersilvio, Marina y Luigi. A la hora del café, acudieron Alfonso Signorini, director de la revista Chi y presentador del programa Kalispera (canale 5, Mediaset); Alessandro Sallusti, director de Il Giornale, periódico propiedad de la familia Berlusconi; Giorgio Mulè, director de la revista Panorama (también Mediaset), Mauro Crippa, director general de información de Mediaset, y Franco Currò, Director de relaciones exteriores de Fininvest. La menor de edad Ruby fue entrevistada el miércoles 19 por Alfonso Signorini, presente en esa reunión.

Así funciona el populismo mediático: imponiendo por la fuerza los mitos. En la versión de Berlusconi, el violador es el violado, las prostitutas víctimas, los jueces inquisidores, la Ley injusta y el público, juez. Al espectador le cuesta violencia no aceptar esa narración emotiva a la que le empuja Berlusconi. El último retrato del Istituto Nazionale di Statistica explica por qué muchos italianos caen este engaño. Según dicho estudio, sólo uno de cada dos italianos (56%) declara haber leído el periódico al menos una vez a la semana durante el año 2009. En las regiones del sur de Italia (Basilicata, 41,2%; Molise, 45,7%) ese porcentaje no llega ni siquiera uno de cada dos. Sólo el 43% de la población dice que ha usado Internet en los últimos 3 meses para leer periódicos, noticias o revistas en Italia. Italia figura en el puesto número 18 en número de copias de periódico por habitante por delante de Eslovaquia, Polonia, Lituania, Bulgaria y Rumania.

Los últimos datos del Osservatorio de Pavia-Cares, un observatorio que mide el pluralismo informativo en los medios audiovisuales, indica que se mantiene la manipulación informativa que ha sufrido Italia en los últimos años. Un ejemplo: estudiando datos relativos a los últimos cuatro meses de 2010, se ve que en el telediario de RAI 1 el tiempo informativo dedicado al gobierno más la coalición mayoritaria supera el 50%, pero en los telediarios de las cadenas de Berlusconi el dato es sencillamente violento: 75,2% en el TG4 dirigido por uno de los denunciados en el caso Ruby, Emilio Fede. Este abuso informativo lo recibe una sociedad en grave crisis económica y formativa: hay dos millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan (el 21,2% de los jóvenes entre 15 y 29 años), uno de los peores datos de la Unión Europea. Imagínense el impacto que ha podido tener en este marco socioeconómico y cultural el modelo berlusconiano. Las escuchas telefónicas del caso Ruby revelan el triunfo de un sistema de valores atroz en buena parte de la sociedad: padres que empujan a la prostitución a sus hijas con tal de obtener salidas profesionales, obsesión por el lujo y dinero, dinero, dinero.

Decía Rossana Rossanda con mucha razón: basta de excusas. Sólo con indignación no se podrá derrotar tan violento régimen. Hacen falta fuerza, determinación y organización. Parte de Italia, la oposición parlamentaria, en lugar de rebelarse, espera la penitencia hodierna del Vaticano a Silvio Berlusconi para tramar un gobierno de unidad nacional. En cambio la parte más indignada del país, integrada por el sector del metal de la CGIL, los movimientos por el territorio (desde el movimiento contra la base EEUU en Vicenza al movimiento contra el vertedero de Chiaiano pasando por los humillados ciudadanos que sufrieron el terremoto de L'Aquila) y los bienes comunes (referéndum por el agua pública), estudiantes, investigadores precarios, trabajadores del espectáculo y activistas sociales han dado ya un paso más allá de la indignación y siguen organizándose. Ayer y anteayer este movimiento, Unidos contra la crisis, siguió consolidándose. El próximo 28 de enero la FIOM ha convocado una huelga general en la que participará todo el movimiento Unidos contra la crisis. La indignación de este movimiento no se conforma con penitencias y mira más allá de la figura de Berlusconi. Lucha contra la receta neoliberal que se intenta aplicar para salir de esta crisis y pelean por una democracia de derechos sociales.

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