El País
La poderosa Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos tenía una base de datos ultrasecreta con las informaciones que la agencia recolectó sobre jefes de Estado y de Gobierno. En 2009 incluía los nombres de 122 personalidades, lo que supone los líderes de dos tercios de los países del planeta. La agencia recopilaba cientos de informes sobre cada uno de ellos. El apartado sobre la canciller alemana, Angela Merkel, incluye 300 informes.
Este nuevo capítulo del escándalo del espionaje masivo de EE UU fue revelado este sábado por el semanario Der Spiegel, que tuvo acceso a documentos clasificados como “ultrasecretos” obtenidos por el ex analista de la NSA Edward Snowden, ahora refugiado en Rusia. La documentación revelada por la revista muestra una relación de 12 nombres. Un listado en el que una docena de líderes (aliados y enemigos) están ordenados alfabéticamente por el nombre de pila: comienza con la A de Abdulá Badawi, que dejó el cargo de primer ministro de Malasia en 2009, e incluye también a Alán García, presidente de Perú; Álvaro Colom, de Guatemala; Álvaro Uribe, de Colombia (700 informes), el palestino Abu Mazen [apodo de Mahmud Abbas], el bielorruso Aleksander Lukashenko, la citada Angela Merkel, Abdulali Yusf, de Somalia; Amadou Touré, de Malí. La letra B solo incluye al sirio Bachar el Asad (con 800 entradas, es el que tiene un expediente más abultado) y la lista concluye con la Y de Yulia Timoshenko (200 informes), que en 2009 era primera ministra de Ucrania y hoy es una dirigente opositora.
Los documentos en poder de la revista editada en Hamburgo también señalan que la fuente que se utilizó para alimentar la base de datos fue el programa Marina, una herramienta informática que recoge metadatos que le permite registrar quién llama a quién, cuándo, desde dónde y por cuánto tiempo.
“El banco de datos sirve para obtener informaciones sobre objetivos que de otra manera serían difíciles de conseguir”, explica el semanario, que pone énfasis en un aspecto que puede dar inicio a una nueva crisis diplomática entre Alemania y Estados Unidos. “Los documentos demuestran que la canciller fue un objetivo oficial de espionaje y que la NSA almacenó informaciones sobre ella”, señala, y concluye que estos documentos pueden ser decisivos para que la Fiscalía alemana abra una investigación contra la NSA.
La posibilidad de que la justicia alemana abra un proceso contra la agencia de espionaje ya había sido discutida a comienzos de año en las más altas esferas del Gobierno alemán, cuando el ministro de Justicia, Heiko Maas, informó al entonces ministro de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, sobre los planes de la fiscalía. “Temo que se nos viene algo gordo encima”, le dijo Maas a su compañero de Gabinete, al revelarle que la Fiscalía General, responsable de la lucha antiterrorista y de combatir el espionaje enemigo en suelo alemán, había decidido, tras meses de dudas, investigar a la NSA por haber espiado uno de los teléfonos móviles de Merkel. La canciller tiene previsto visitar al presidente Barack Obama en mayo.
El propio Obama reconoció en diciembre que las revelaciones sobre los programas de vigilancia de la NSA habían “causado un daño innecesario a la diplomacia” del país, informa Eva Saiz. El viernes presentó un proyecto legislativo para poner fin al programa de recopilación masiva e indiscriminada de llamadas.
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