quinta-feira, 8 de janeiro de 2009

Relator de la ONU: "Israel comete un crimen de lesa humanidad"

Agencias

Luego de 12 días de incesantes bombardeos que han costado la vida a más de 700 palestinos, Israel interrumpió ayer sus ataques contra la franja de Gaza por breves momentos para permitir el ingreso de ayuda humanitaria, y acogió en principio una propuesta egipcia para el cese de las hostilidades; sin embargo, en las primeras horas de este jueves se reportó que intensificó la embestida en el sur de la franja con decenas de tanques que se dirigían a Jan Yunes y el lanzamiento de proyectiles sobre Rafah.

Durante 180 minutos, los tanques y aviones de combate de Israel cesaron el fuego ayer, con lo que dieron al millón y medio de residentes del enclave costero la posibilidad de visitar a los miembros de su familia y a los enfermos en los hospitales, así como enterrar a sus muertos.

El cese de la ofensiva, resultado de la fuerte presión internacional ejercida sobre Israel –que aseguró que esta medida se implementará diariamente– comenzó exactamente a las 13:00 horas del miércoles (local) y otorgó la oportunidad a los grupos de asistencia de llevar y distribuir bienes y medicinas.

Muchas tiendas y farmacias de la franja abrieron sus puertas para el comercio, y cientos de palestinos acudieron a comprar lo esencial pero se quejaron de la poca cantidad de mercancías en existencia. Los equipos de emergencia, a su vez, utilizaron las tres horas para buscar a víctimas entre los escombros y rescatar a heridos y recuperar cadáveres.

Miles de enojados y frustrados dolientes asistieron el miércoles a los funerales al aire libre en el campo de refugiados de Jabaliya, en donde cerca de 50 palestinos murieron el martes cuando Israel bombardeó una escuela a cargo de la Organización de Naciones Unidas. “¡Venganza!, ¡Venganza!”, gritaba la multitud.

Funcionario de la ONU: “Es un infierno”

John Ging, de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina para Medio Oriente (UNRWA), consideró insuficiente la pausa de tres horas, y calificó las condiciones del enclave a causa de los bombardeos como un “infierno en la Tierra”. Un profesor que se identificó como Abu Youssef, expresó que se sentía como un “prisionero con permiso”.

Abu Ali Hassan, que temía por la vida de su esposa e hijas, pudo visitarlas por primera vez luego de que quedó separado de su familia tras el inicio de la ofensiva terrestre al territorio.

El grupo de resistencia islámico Hamas también anunció la detención de sus ataques para permitir el acceso de la ayuda internacional y la distribución entre la población, pero criticó la breve tregua implementada por Israel porque tres horas resultan insuficientes para que la gente se mueva y pueda comprar sus provisiones.

Transcurridas las tres horas, las calles quedaron vacías y unos minutos después de las 16:00 horas (local) se reanudaron los bombardeos. Entonces, la aviación israelí atacó, de acuerdo con testigos, tres objetivos en el campo de refugiados de Jabaliya, en el norte del territorio palestino, donde dio muerte a tres niñas de dos a seis años. Posteriormente, un cuarto ataque cerca de Beit Lahiya quitó al vida a cuatro hombres.

La fuerza aérea israelí llevó a cabo más de 40 ataques contra objetivos de la organización islamita y túneles que eran utilizados para el ingreso de alimentos, aunque Tel Aviv asegura que también eran usados para el contrabando de armas desde Egipto.

Precisamente, la fuerza aérea israelí arrojó decenas de miles de hojas de papel sobre la localidad de Rafah, en el sur del enclave y fronteriza con Egipto, en las que advirtió a los habitantes de ataques nocturnos contra los túneles y depósitos de armas, y les pidió abandonar sus hogares. A su vez, unidades de infantería y tanques desalojaron la mañana de ayer la vecina ciudad de Jan Yunes, ocupada la víspera.

En la jornada del miércoles perdieron la vida 21 palestinos, nueve de ellos niños. Desde el 27 de diciembre que inició la ofensiva han muerto más de 700 personas, incluidos 220 menores, además de que 3 mil 100 han resultado heridas.

Los esfuerzos diplomáticos para detener la ofensiva del ejército israelí en la franja de Gaza, intensificados la víspera con ataques contra tres escuelas administradas por la UNRWA, en una de las cuales murieron unas 45 personas, arrancaron una respuesta a Israel, que aceptó el plan para un alto el fuego presentado el martes por los presidentes de Egipto, Hosni Mubarak, y de Francia, Nicolas Sarkozy.

Mark Regev, vocero del primer ministro israelí, Ehud Olmert, insistió no obstante en que, para que se llegue a un alto el fuego, deben finalizar por completo los lanzamientos de cohetes palestinos contra Israel y se debe imponer un embargo de armas absoluto a Hamas.

Por lo pronto, Israel dijo que enviará a El Cairo a dos emisarios para discutir dicha propuesta; ellos son el asesor político del ministro de Defensa, Ehud Barak, y Shalom Turjman, asesor de Olmert.

El plan egipcio prevé un cese del fuego inicial de 48 horas, con lo que se permitirían la apertura de corredores humanitarios, durante el cual se decidirían los últimos detalles del plan para llegar a acuerdos de largo alcance.

Sin embargo, el gabinete de seguridad israelí, encabezado por Olmert, no ha descartado ampliar la ofensiva contra la franja de Gaza, aunque acordó posponer su decisión sobre el lanzamiento de la llamada “tercera fase”, que incluiría la entrada masiva de soldados en las diversas poblaciones.

El sábado 3 de enero la ofensiva entró en su segunda fase con la incursión de tanques y fuerzas terrestres luego de una semana de incesantes bombardeos, pero la “tercera fase” fue aplazada sin fecha.

Hamas, que quieren que primero finalice el bloqueo israelí en el enclave, indicó que recibió información sobre la propuesta de Mubarak y de Sarkozy y que la están debatiendo.

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