sábado, 22 de novembro de 2008

La refundación del capitalismo

Francisco Aldecoa
El País

Existe una refundación del capitalismo como dice Sarkozy? Sí, en la medida en que surge el capitalismo global, ya que hasta ahora era internacional. La reciente Cumbre de Washington anuncia que las cosas empiezan a cambiar en el gobierno mundial, lo que puede deducirse de tres factores. En primer lugar, hay actores nuevos, que representan a un mayor número de Estados y una mayor diversidad. En segundo lugar, se plantean los problemas de otra manera y, finalmente, se establece una agenda y un nuevo plan de acción. Veamos algunos de los aspectos más relevantes.

1. El pulso entre los capitalismos. La gran novedad de la Cumbre de Washington es que por primera vez han estado presentes para resolver una crisis global las tres formas de entender el capitalismo, incluso alguna más. Desde 1989, fin de la Guerra Fría, ha existido en la sociedad internacional una globalización acelerada que ha generado una diferenciación, incluso heterogeneidad, entre los distintos modelos de capitalismo existente en las diversas partes del planeta. En los 20 años transcurridos cada vez se ha diferenciado más el capitalismo norteamericano, que era el hegemónico, respecto al asiático y al europeo. Estos modelos de capitalismo se distinguen por la diferente relevancia que otorgan a las nociones de mercado, Estado y sociedad. El modelo norteamericano responde a la fórmula de mercado máximo y Estado mínimo. El asiático se caracteriza por un mercado regulado por el Estado y en el europeo es la sociedad del bienestar la que establece la relación entre mercado y Estado.

2. De la geoestrategia a la geo-economía. Se está imponiendo de forma progresiva la importancia de la economía como instrumento de distribución del poder frente a las etapas anteriores en que los elementos de seguridad y estratégicos configuraban el poder de los Estados. Posiblemente, la reunión de Washington ha servido para reflejar este nuevo mapa del poder político mundial en torno a la geoeconomía que desplaza a la antigua configuración en torno a la capacidad de seguridad y estrategia. En los análisis realizados por los grandes periódicos mundiales en las fechas previas a la reunión, pudimos ver que para establecer la distribución y jerarquía del poder de los distintos actores se valoraban sus indicadores de PIB, de comercio mundial, de renta per cápita... En esos estudios se sitúa a la Unión Europea con un PIB de 16.900 millones de euros y después a Estados Unidos con 13.810 millones. Llama la atención que en esta lógica neoeconómica, la UE es bastante superior a Estados Unidos y Rusia juntos, antiguos hegemones de la geoestrategia.

3. La redistribución del poder político mundial: del G-8 al G-21. El G-21 representa los distintos modelos de regionalismo y las distintas situaciones de desarrollo y de desigualdad de la sociedad internacional de nuestros días. Además de estar Europa, Estados Unidos, Canadá, Japón y Rusia, que era lo propio del G-8, sólo países desarrollados, ahora además están los emergentes y los menos desarrollados. La importancia del G-21 reside en que refleja mejor la diversidad de la sociedad internacional de nuestros días. Es lo que más se parece a la realidad.

El paso del G-8 al G-21 presenta la relevancia de aproximarse más al gobierno mundial. No llega a ser la fórmula ideal, ya que tendría que hacerse en el seno del sistema de Naciones Unidas y sus agencias especializadas, que reflejan el conjunto de la distribución del poder en la sociedad internacional. La virtualidad de esta reunión es que los 21 representan algo más de la riqueza mundial que los 8, pero sobre todo representan casi el 90% de la población mundial, mientras que los 8 no llegaban al 15%, y añaden así una pluralidad de posiciones y visiones.

4. La iniciativa europea consolida a la Unión Europea como actor global. La emergencia de Europa como actor posibilita el debate sobre una nueva arquitectura política y económica global reflejo de una sociedad internacional diferente. El éxito de la UE ha residido, por una parte, en plantear la iniciativa de esta Cumbre. También ha definido gran parte de su agenda y ha presentado muchas de las propuestas que después han salido aprobadas. Los ocho puntos consensuados entre los 27 en el Consejo Europeo informal del 7 de noviembre se han convertido en gran medida en los ejes de los debates.

Con ello, la Unión Europea se ve reconocida como el actor global que está en mejores condiciones para hacer frente a la crisis y sobre todo para estar presente en las nuevas propuestas de refundación del capitalismo. Esa refundación se caracteriza porque se acepta parte de la experiencia y del éxito relativo del modelo del capitalismo europeo, que prima a la sociedad de bienestar, y que en las actuales circunstancias adquiere un nuevo relieve. El elemento de la regulación que hasta ahora se había visto como una debilidad se revaloriza como fortaleza, generando una sociedad del bienestar que se hace fuerte frente a la crisis y es capaz de gestionarla en mejores condiciones que un mercado desbocado.

5. La participación española. Esta participación refuerza la posición europea y tiene gran relevancia, ya que posiblemente es la primera vez que España aparece en un foro internacional de esta magnitud, y ello se debe a la fuerza de su democracia, su prosperidad económica y su sociedad del bienestar en los últimos 30 años. También es un éxito de la diplomacia española y del tesón y la audacia del presidente del Gobierno. A eso hay que añadir que España aporta a este foro el fortalecimiento de la dimensión socialdemócrata, que facilita el entendimiento con los países emergentes, y la dimensión iberoamericana, que se añade al propio presidente de la Comisión Europea y a Brasil, México y Argentina. Se refuerzan así la lengua española, que junto a la inglesa va a tener tres representantes, y la dimensión mediterránea, donde están representados cuatro países, entre otras. No debemos olvidar que otro español ha tenido un papel central en la posición europea, el comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, que ha estado en la Cumbre.

6. Algunos efectos políticos de la Cumbre. Desde el punto de vista de las relaciones internacionales, ya podemos observar algunos efectos que tienen aplicación inmediata como la desaparición del G-8; el reforzamiento del papel de los Estados como actores de regulación en tiempos de crisis; la necesidad de pasar de medidas estrictamente financieras a las de economía global, aceptando en gran medida la lógica del keynesianismo; la reaparición de la pobreza en la agenda mundial; la necesidad de retocar el sistema financiero internacional con el replanteamiento del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y la creación de un nuevo foro sobre estabilidad financiera, y, finalmente, la ya mencionada aparición de Europa como actor global.

Hasta ahora el capitalismo internacional se basaba en el mercado máximo y el Estado mínimo. A partir de este proceso que se inicia en Washington, se inaugura un nuevo espacio político común de aceptación de posiciones distintas que es la de tanto mercado como sea posible, tanto Estado como sea necesario, y tanto bienestar para la mayoría de la sociedad global como las condiciones económicas lo permitan. Ésta es una forma de entender la refundación del capitalismo global mediante la gobernanza mundial.

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