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Nuevas aproximaciones para hablar de política y socialismo a partir del texto “Los murmullos y silencios de la calle” de Eduardo Rojas
¿Cómo una coalición que ha gobernado durante 20 años logra mantenerse con una propuesta esperanzadora, renovada y convincente en el poder? ¿De qué manera los políticos modifican sus prácticas para recuperar y “encantar” a la ciudadanía? ¿Cómo el socialismo y la izquierda en general amplia el horizonte de la acción política, desenmascarando y restringiendo la impronta del capitalismo? Estas preguntas emergen en medio de un descontento generalizado de la ciudadanía con la elite política nacional, y mientras más rápido aparecen fórmulas y llamados al cambio y la renovación, más se evidencia un desgaste de la práctica política y de un debate que carece de imaginación, que no logra escuchar los murmullos y silencios de la calle.
Es un buen momento para parar, para intentar reflexionar sobre estas y otras preguntas. Es un buen momento para leer, escuchar y ampliar el diálogo sobre el futuro y también sobre el pasado. Es un llamado que no sólo es válido para Chile, Jürgen Habermas, quien en un reciente artículo critica la falta de perspectiva y prácticas democráticas de las élites de la Unión Europea, da cuenta que los ciudadanos deprecian a sus propios políticos, quienes prometen el mundo pero carecen de perspectiva y no (no pueden) cumplen. (1) Parar es tomar el tiempo a nuestro favor, darle utilidad a estos momentos de aparente inacción es, en la idea de Heidegger, convertirlos en momentos intangibles, durables y de poder determinante. Es tiempo para escuchar, aprender e innovar.
En Chile, son pocas las instancias de debate que tienen anclaje en la teoría social y política, imposibilitando la producción de nuevas significaciones y sentidos para la acción. Es un momento complejo para los dirigentes y de desorientación para los partidos políticos, se reconoce que en la sociedad chilena hay nuevas formas de relacionarse, mayor base material, más tecnología y una experiencia global más cotidiana, pero el cálculo y el juicio determinante deja poco espacio para hacer algo interesante en este contexto. Sin embargo, la teoría social otorga pistas importantes, orientaciones y nuevos significados, cuando se transforma en diálogo con el pasado y con los actuales murmullos y silencios de la calle.
El libro de Rojas, “Los murmullos y silencios de la calle” es un esfuerzo por dialogar con las voces del socialismo chileno de las últimas décadas, de los que gobiernan y de los que no, y con lo más avanzado de la teoría política y social, es un diálogo abierto a la innovación. Pero no a la innovación inspirada en la competencia mercantil, que busca vencer a la competencia y dominar al público consumidor, no es una innovación, como dice Restrepo, de inventicos. Rojas habla de una innovación que abre mundos y extiende el diálogo, que nos enfrenta con ojos frescos a la tradición, es un trabajo con métodos y teoría que tiene la pretensión de ser inmanente y trascendente a la vez.
Chile ya lo ha intentado otras veces, ser una experiencia política inédita está en los trozos de nuestra memoria. La presencia de Allende, su aparición desde la ruptura y discontinuidad vendrá siempre a reeducarnos y alentándonos para una nueva actitud (2) para “devolver a Chile su preeminencia en el concierto mundial.” (3)
Este ensayo pretende ampliar una discusión sobre el texto de Rojas, planteando tres énfasis distintos a la pregunta que pareciera ser central en el libro: si los socialistas pueden ser a la vez hombres de Estado o luchadores sociales. Aquí se realzará el valor del libro como una lección para la innovación política, como una sistematización de la experiencia y teoría avanzada I), la figura de Michel Bachelet como fuente de aprendizaje inexplotado II) y una propuesta de formación política dispuesta para formar cuadros políticos con mayor capacidad de acción y cambio III).
I. Innovación: sistematización de la experiencia y teoría avanzada
Esta innovación es el resultado de una confrontación de dos procesos. Por un lado la sistematización de extensas experiencias de aquellos que han contribuido al discurso y la organización de la acción política, es escarbar en todos las voces posibles, volver, a sugerencia de Benjamin, a aquellos trozos discontinuos del pasado. Por otro lado, a una revisión de la mejor teoría social y política disponible, así Rojas logra que la reciente memoria chilena converse con pensadores contemporáneos como Habermas, Gadamer, Arendt y Bajtin, los pragmatistas norteamericanos y pensadoras feministas como Nancy Fraser, y a modo de homenaje y demostración de poder crítico y a ratos proféticos con la obra de Norbert Lechner, cuya teoría seguirá repercutiendo y volviendo desde los murmullos y silencios de la calle.
Para Rojas, hoy la teoría social y política ofrecería una posibilidad práctica y extremadamente útil en la crítica a nuestra sociedad gestionada por sus autoridades políticas y en donde el neoliberalismo económico aparece como ideológicamente denso y sin contrapeso. Una crítica efectiva sería posible si es desde adentro, inmanente, si entiende el sistema al cual está criticando y si tiene herramientas teóricas y validez interpretativa para la crítica. Otro mundo es posible, pero hay que abrirlo, desplazándolo. Para esto es necesaria la lectura sistemática, la interpretación constante de los discursos de los actores sociales y un diálogo reflexivo donde participe la mayor cantidad de voces posibles.
La preocupación por la teoría, por las explicaciones sistemáticas y racionales argumentadas de las bases del análisis político, en el Chile de la “gestión” eficiente de hoy parece algo extremadamente práctico y útil. Abre mundo, por definición, agrega saber a la acción. Pero el juicio de valor positivo de la teoría se hace terminante si observamos el desbalance cultural y político que hay entre el discurso de la izquierda habitual contra el “neoliberalismo” […] Otro mundo es posible, pero hay que abrirlo, dar palabra, acción y entendimiento de una amplitud que en la izquierda es difícil de reconocer. (4)
Con el sólo hecho de citar la teoría, Rojas desplaza los límites de la innovación pues pone más información a disposición de todos. Esta información es una guía práctica para introducir nuevos saberes y generar nuevos conocimientos e interpretaciones que doten de mayor poder comunicativo a la acción política. El texto “Los murmullos y silencios de la calle” presenta una serie de discusiones vitales, que con tan sólo enunciarlas generan ojos frescos para mirar a nuestro “gestionado” país, como la teoría de la interpretación de las necesidades de Fraser, la justicia como imparcialidad de Rawls o la crítica al nuevo espíritu del capitalismo de Bolstanki y Chiapello.
II. La inagotable novedad de Michelle Bachelet
El país vive momentos complejos, bajo crecimiento, alza en los precios de la canasta básica nacional y uno de los peores sistemas implementados por la Concertación, de alto impacto en la ciudadanía: el Transantiago. Pese a esto la presidenta Michelle Bachelet ha mantenido altos niveles de apoyo. A pesar que la crítica hacia ella y su gobierno es fácil y la prensa es una buena plataforma para ello, la gente le cree, confía en ella y en el sello que le intenta dar a su gobierno. Frente a esto la elite política concertacionista, parece no decidirse, no realiza una crítica frontal, parece cuadrarse en sus decisiones pero tampoco impulsa con entusiasmo un debate que amplíe el campo de acción de las políticas de gobierno y genere nuevas perspectivas para el país. Desde que Bachelet asumió la presidencia se debate sobre la sucesión, y pocos parecen extrañarse con el hecho de que la posible carta presidenciable de la Concertación sea un estilo de liderazgo y dirección que Bachelet pareció superar.
¿Por qué no avanzar en la dirección bacheletista o en su continuación? ¿por qué no agotar la discusión del efecto de su campaña y sus énfasis en el gobierno? Parece que ni antes y ni hoy hubo esfuerzos para, desde su figura, extraer saber y aprendizaje. Es aquí donde el texto de Rojas realiza un aporte inédito y quizás represente una de las mejores aproximaciones a la figura y significado político de la presidenta.
Rojas habla del fenómeno Bachelet con una gran cantidad de voces, desde dirigentes juveniles de antes como Carlos Ortúzar, hasta jóvenes periodistas de hoy como Rafael Cavada, también hace el ejercicio de la confrontación teórica con Weber, Dewey, Arendt, Lechner, Habermas y muchos otros. Así genera interpretaciones nuevas, cuestionando las muchas veces incapacidad de los políticos nacionales, en especial los socialistas, para hablar de los nuevos liderazgos, de su legitimación y de su poder más o menos democratizante. Rojas da varias pistas sobre la manera en que Bachelet se situó en la ciudadanía y lo que representaría su figura y el apoyo hacia ella. El triunfo de Bachelet no significaría sólo la continuidad renovada en el poder, ni un valioso paso modernizador, dado por ser la primera mujer en la presidencia. Sería además, la demostración de una sociedad que se intenta re significar, fortalecerse y tener mayor gobernanza sobre sus instituciones.
Para esta comprensión, la simpatía de la gente por Bachelet es y va a ser un carisma con raíces en la razón de las personas y sus instituciones, una imaginación rebelde para enfrentar la división de la sociedad, como la designa John Dewey. Expresa genuinamente el saber de que dispone y construye la comunidad. Pocos además recurrirían a teorías de la integración de sociedades complejas para las cuales, por ejemplo, la conexión positiva de un liderazgo con la base social no puede ser garantizada sólo por sentimientos, como la simpatía y la confianza, que suponen condiciones de proximidad. (5)
El ejercicio que hace Rojas de expresar como saber de la comunidad, atributos con los cuales se tiende a disminuir la imagen de Bachelet, no es un simple cambio de perspectiva o de correcto uso del análisis político y social. Es un ejercicio político de otorgar validez y de establecer muchas conversaciones posibles sobre los liderazgos que vienen. Y lo que es de mayor importancia sobre qué liderazgos, modos de dirección, se desean instalar y promover en el futuro, sobre qué cuadros políticos se formarán para continuar un rumbo, que pueda ser denominado como socialista. El fenómeno Bachelet aparece como una novedad inagotable a no ser que empiece a ser sistematizado y discutido con seriedad y contrastándolo con la teoría más avanzada disponible, como ya lo comenzó a hacer Rojas.
III. Una formación política polifónica abierta a la escucha y la reflexión
Cuando en la Concertación se realizan escuelas de formación política, por lo general se refiere a bien organizados seminarios que cuentan con la presencia y compromiso de las más distinguidas figuras de la política nacional e internacional, además de académicos de prestigio. Si la formación pretende ser más completa, contemplará talleres de incorporación de herramientas técnicas y organizativas para liderar, comunicar, trabajar en equipo o hablar en público o frente a las cámaras. En estos procesos formativos los jóvenes dialogan con estos distinguidos invitados y además adquieren técnicas útiles para operar política o profesionalmente. El problema radica en que esta formación por más que intente procurar la diversidad, y que por lo general lo hacen, no sale de la esfera de la política o de la contingencia, reproduce un discurso que pertenece a una elite formada en otros contextos, los nuevos cuadros aprenden, leen y discuten a través de ellos. Podríamos categorizar esta formación como homofónica, pues no asegura la no relación entre las voces, o al menos una diferencia que permita desplazar las actuales concepciones hacia nuevos ámbitos. Bajtin, crítico literario y teórico social ruso que lleva a un extremo la importancia del diálogo en la formación humana y la innovación social, valora el acto polifónico como la combinación de voluntades, como voluntad del acontecimiento. Incluso la voluntad individual tiene posibilidades de ir más allá de sí misma cuando incorpora voluntades independientes entre sí.
La esencia de la polifonía consiste precisamente en que sus voces permanezcan independientes y como tales se combinen en una unidad de orden superior en comparación con la homofonía. Si se quiere hablar de la voluntad individual, en la polifonía tiene lugar precisamente la combinación de varias voluntades individuales, se efectúa una salida fundamental fuera de las fronteras de ésta. […] la polifonía es voluntad por combinar muchas voluntades, es voluntad del acontecimiento. (6)
También encontramos en el texto de Rojas una guía excepcional para asegurar una formación polifónica, que amplíe las posibilidades de acción y discurso de los nuevos cuadros. En rigor, “Los murmullos y silencios de la calle”, es una obra polifónica, que da acceso a un gran cantidad de voces independientes entre sí, casi no es un texto de una idea sino de muchas ideas entrecruzadas, el acto de leer este texto asegura una cantidad de experiencia y de acceso al saber político que difícilmente logren alcanzar seminarios con recursos parafernálicos e invitados estelares.
La formación de cuadros políticos eficaces, que sean reconocidos no por su capacidad de usar la técnica, sino por su capacidad de desplazar los significados de la política más allá de las fronteras actuales, debiese ser el objetivo primero de una formación llamada socialista. Rojas extrae de Gadamer la idea de un cuadro que sea capaz de fusionar horizontes, que sea capaz de reconstruir la validez de su teoría a través de una interpretación del discurso de los actores sociales, en definitiva que sean capaces de escuchar y leer los murmullos y silencios de la calle. El cuadro debe ser capaz de elaborar un conocimiento que, antes que una ilustración es una reconstrucción del saber común del actor. (7)
Es así como Rojas nos enseña que una formación abierta a la escucha y la reflexión, necesariamente debe constar de tres elementos: una revisión de la más avanzada teoría disponible, una mirada crítica hacia la memoria y el pasado, y una sistematización de los discursos de los actores políticos, idealmente de todos ellos.
En resumen, “Los murmullos y silencios de la calle” es un texto, que como dice una de sus muchas citas a Habermas, nos permite seguir conversando y tomando en serio toda aquello que no puede expresarse en precios. (8)
(1) Traducción propia de The citizens despise their own politicians, who promise the world but who lack perspective and do not (cannot) deliver. En artículo de Habermas J. “A search for Europe’s Future: And the Wheels Stopped Turning” en Spiegel on line, 18 de junio de 2008.
(2) Rojas E. (2008): Los murmullos y silencios de la calle. Los socialistas chilenos y Michelle Bachelet. Buenos Aires, USAM Edita, p. 102
(3) Cita de Allende en Rojas E. (2008) op. cit. p. 93.
(4) idem p. 14 y 15.
(5) Ídem p. 357.
(6) Bajtin M.: Problemas de la poética de Dostoievski, Fondo de Cultura Económica, 2ª edición México, 2005. págs. 34 y 35.
(7) Rojas E. (2008) op. cit. p. 153.
(8) Ídem p. 116.
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