Katalina Vásquez
Página 12
Una de las campañas presidenciales más atípicas en Colombia culmina hoy, cuando se define en ballottage si el próximo jefe de Estado será el independiente Antanas Mockus o el oficialista Juan Manuel Santos. Los dos prometen continuar la política de mano dura del presidente Alvaro Uribe, pero sólo uno de ellos cuenta con la maquinaria política tradicional y el respaldo del mandatario, que termina su gobierno con un 60 por ciento de popularidad. Narcotráfico, desempleo, relaciones internacionales en estado crítico, secuestro y déficit fiscal son algunos de los temas urgentes que deberá enfrentar el presidente electo hoy.
A las cuatro de la tarde, cuando cierren los comicios, se sabrá qué tanto cambian los resultados de la primera vuelta, cuando Santos obtuvo 6 millones 700 mil votos y Mockus poco más de tres millones. El poder continuaría en manos del establishment si las votaciones favorecen a Santos, como lo anuncian los sondeos de opinión, que le dan más del 60 por ciento de los votos. De lo contrario, la presidencia quedaría en poder de un movimiento político creado recientemente por la unión de tres ex alcaldes de Bogotá, que propone atacar la corrupción y respetar la vida. El Partido Verde conserva la esperanza de que cada partidario sí logre convencer a tres colombianos para respaldar a Mockus y lograr así superar al candidato del gobierno.
Previamente a la primera vuelta, el filósofo Mockus tenía el 34 por ciento de intención de voto en los sondeos de opinión, empatando con Santos. Sin embargo, las cosas se pusieron difíciles para los verdes, ahora que ni las encuestas los favorecen. El pasado optimismo en la ola verde hizo pensar a un amplio sector que, por primera vez, una propuesta independiente que representa la honestidad tomaría el poder. Pero los resultados mostraron otra cosa. El profesor Antanas sólo obtuvo el 21 por ciento de los votos, mientras que Santos sacó el 47 por ciento. Como ninguno obtuvo más de la mitad, la campaña electoral continuó hasta el ballottage de hoy. Los demás candidatos, por las reglas del juego, se retiraron de la contienda directa, pero siguieron jugando sus apoyos. En ese sentido, los verdes están solos en las votaciones de hoy, pues no buscaron respaldos de los demás presidenciables y rechazaron el que ofreció el candidato opositor, Gustavo Petro, del Polo Democrático Alternativo, que logró un millón 300 mil votos.
La apuesta del Partido de la U, que Santos fundó en 2006 y del que hoy es candidato, es la unidad social. Santos invitó a todos los contendientes a sumarse a su propuesta de gobierno. Hoy, la U espera en las urnas el respaldo, además de sus partidarios, de los simpatizantes de Cambio Radical y el Partido Conservador. Estos representaron el 30 de mayo pasado más de dos millones de votos que hoy podrían sumarse a los seis que ya consiguió Santos. Y aunque el aspirante presidencial del Partido Liberal, de oposición al gobierno de Uribe, no quiso dar su apoyo a ningún candidato, un amplio sector liberal está con Santos.
Las alianzas logradas, el decidido respaldo de Uribe y el hecho de haber nacido entre la clase política y ocupar los cargos más destacados por décadas, le dan a Santos un aire triunfalista en las elecciones de hoy, cuya campaña ha sido una de las más sorpresivas de las últimas décadas. Para la primera vuelta, la atención se volcó hacia Mockus, considerado fenómeno político del momento por lograr una gran popularidad en poco tiempo. En abril pasó de tener ocho por ciento de intención de voto a superar con el 39 por ciento al candidato oficialista. Desde entonces, el nombre de Antanas Mockus empezó a dar la vuelta al mundo por su excéntrica manera de hacer política y su auténtica propuesta de gobernar honestamente, sin pactos con terceros. Pero al conocer los resultados electorales de la primera vuelta se supo que la maquinaria continúa arrastrando los votos. Hoy se confirmará si es así. Desde el 31 de mayo, Mockus pasó a ser un contendiente débil frente a la figura fuerte y confiada de Santos, que lleva toda la vida en el poder sin ser elegido alguna vez por el pueblo.
Los dos candidatos y hasta el presidente han dicho que confían en que los abstencionistas, más del 50 % de los colombianos, acudan hoy a votar para sumarles a sus propuestas. En la campaña verde hay expectativa porque se cree que la mayoría de los que no votaron están con Mockus, mientras el presidente Uribe teme que por el Mundial de Fútbol y por “confiados” los santistas se queden en casa esta vez y mermen los votantes.
En cualquier caso, ni el más alto abstencionismo invalidaría las elecciones de hoy. Sólo si más de la mitad de los votantes elige marcar en blanco tendrán que repetirse los comicios y con nuevas opciones. Pero las actuales, al parecer, dan para elegirle reemplazo a Uribe. Mockus representa “no más de lo mismo” y es la imagen de la rectitud, aunque ha sido criticado por poca contundencia en el programa de gobierno y, según algunos, falta de claridad en el discurso. El candidato del gobierno, según la revista Semana, es estigmatizado por su “habilidad política” señalada de “falla ética”. Santos también es cuestionado por múltiples escándalos que van desde homicidios hasta seguimiento ilegal a opositores cometidos durante su época de ministro de Defensa. Sin embargo, es el favorito y, si se cumplen los pronósticos, hoy será elegido como el nuevo presidente de Colombia.
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