Por decimooctava vez, Estados Unidos recibió la censura de la comunidad internacional. Dos países que antes no votaban el proyecto, El Salvador e Irak, apoyaron el pedido de La Habana. El bloqueo le costó a Cuba 96 mil millones de dólares.
La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó ayer, una vez más, una resolución en contra del embargo de Estados Unidos a Cuba. La victoria para el gobierno de La Habana fue aplastante. Con 187 votos a favor, sólo tres en contra y dos abstenciones, la condena a la política de la Casa Blanca contra la isla fue casi mundial. “El bloqueo es una política absurda que provoca carencias y sufrimientos, es una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos. Esta es otra sonada victoria de la diplomacia cubana en la ONU hacia la política hostil de Washington”, afirmó tras la votación Bruno Rodríguez, canciller de Cuba.
La de ayer fue la decimooctava vez que Estados Unidos recibió la censura de la comunidad internacional, desde que en 1992 la resolución se aprobó por primera vez con 59 votos a favor. Desde entonces, los apoyos para Cuba se acumulan y los aliados de Estados Unidos se fugan. Las dos abstenciones fueron las mismas que el año pasado: Islas Marshall y Micronesia. Dos países que antes no votaban el proyecto, El Salvador e Irak, sumaron sus voces y apoyaron el pedido de La Habana. Al lado de Washington sólo permanecieron dos Estados: Israel y Palau.
El gobierno de Tel Aviv, uno de los principales receptores de ayuda financiera y militar directa de Washington en el mundo, es un aliado incondicional de la Casa Blanca sea cual fuera la situación. Palau, un archipiélago en el océano Pacífico independizado de Estados Unidos en 1994, cuenta apenas con 20 mil habitantes. Su defensa nacional está a cargo de Washington y este país cuenta con bases militares en su territorio. Pero además, su embajador ante la ONU, Stuart Beck, no es originario del país. Abogado neoyorquino con doble nacionalidad estadounidense-israelí, casado con una mujer de las islas, Beck representa a Palau por la módica suma de un dólar por año. “Les dije: ustedes no producen nada, a nadie le interesa su mano de obra, no tienen nada que alguien quiera; Estados Unidos ya tiene derechos de defensa y bases militares, así que lo único que tienen es un voto en la ONU”, le contó Beck al International Herald Tribune en una entrevista. De este modo el abogado obtuvo sus credenciales diplomáticas y, según el periódico cubano Granma, es el encargado de asegurar la aprobación en el Capitolio del paquete de ayuda anual a Palau de 240 millones de dólares.
Acompañada de sus aliados en el organismo multilateral, Susan Rice, la embajadora norteamericana ante el organismo, se quejó por la resolución y aseguró que el texto no refleja los avances que hizo Barack Obama desde que llegó a la presidencia. Entre éstos, mencionó el levantamiento de las restricciones para el envío de remesas, la eliminación del límite de tiempo para los viajes de los cubanoestadounidenses a la isla y la reanudación del diálogo sobre cuestiones migratorias y de envíos postales. “Esta resolución no refleja las realidades actuales. Sin embargo, Estados Unidos continuará expandiendo las oportunidades para el pueblo de Cuba, para que se habiliten los canales de acceso a la información y a otros recursos”, explicó la embajadora. “Nuestra política busca que Cuba haga lo correcto hacia su población”, agregó la diplomática.
Para ilustrar los efectos de las intenciones estadounidenses, el canciller cubano mencionó algunos de los efectos del bloqueo. “Niños cubanos que padecen de leucemia no pueden ser tratados con productos norteamericanos. Tampoco se ha podido aumentar el tratamiento de cáncer de mama en las mujeres debido a que la tecnología tiene patente norteamericana”, denunció Rodríguez. “Nos limitan el acceso a las nuevas tecnologías, el acceso a Internet, quieren bloquear nuestro desarrollo”, sentenció el representante cubano.
Impuesto en febrero de 1962 por el entonces presidente John F. Kennedy para forzar la caída del régimen comunista, el bloqueo provocó pérdidas a la economía cubana durante el 2008 por más de 500 millones de dólares. Si se tienen en cuenta los 48 años de vigencia de la medida, la cifra asciende, según economistas cubanos, a 96 mil millones de dólares. El bloqueo, además, tiene medidas de alcance extraterritorial –incluidas en la Ley Helms-Burton, puesta en vigencia en 1996– por las que se multa a empresas europeas, latinoamericanas y de cualquier parte del mundo que se atreven a hacer negocios con la isla.
Ayer, el jefe de la diplomacia cubana precisó que el jefe de la Casa Blanca tiene una oportunidad única entre sus manos para revertir la historia de las relaciones bilaterales. “Ninguna persona seria cree que Cuba es una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos. El presidente Obama tiene la oportunidad histórica para eliminar el bloqueo. Puede hacerlo, tiene instrumentos en sus manos”, señaló el funcionario ante el pleno de la Asamblea General. “El bloqueo no ha cumplido ni cumplirá jamás el propósito de doblegar el ideal político de Cuba; pero daña nuestra economía, daña a nuestro pueblo y es el obstáculo fundamental para el desarrollo del país”, explicó Rodríguez.
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