Juan Arias
El País
Tras la pequeña tregua en las lluvias durante la mañana de este miércoles, las precipitaciones han vuelto al área metropolitana de Río de Janeiro. El alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, ha alertado que aún hay riesgos de nuevos derrumbes. El más peligroso es el muro de una de las numerosas favelas. Los meteorólogos prevén que las lluvias proseguirán hasta el jueves, aunque con menor intensidad con la que cayeron el lunes y el martes. Si volvieran a caer lluvias como las de los últimos dias, Paes quiere desalojar a 150.000 personas de lugares considerados de alto riesgo. En 24 horas, las precipitaciones sufridas en Río fueron el doble que las previstas para todo el mes de abril y las mayores en los últimos 40 años.
Los colegios siguen cerrados
Pese a que algunas calles de la ciudad aún estaban inundadas hoy y otras bloqueadas por deslizamientos, la ciudad ha comenzado a recobrar la normalidad y el transporte público vuelve a funcionar. Los comercios y oficinas han abierto sus puertas, pero no las escuelas que, por orden de la alcaldía y la gobernación permanecen cerradas.
Los destrozos a casas y a las personas sin hogar se están produciendo tambien en toda la región de Los Lagos, al norte de Rio, como en Saquarema, Araruama y Maric. Varias carreteras que unen a estas ciudades con Río están cortadas al tráfico por corrimientos de tierra. En Saquarema, a 90 kilómetros de Río y conocida por albergar los campeonatos mundiales de Surf y el centro nacional de voley, parte del cementerio se ha venido abajo y han tenido que ser recogidos los féretros arrancados de las tumbas por las aguas. El campo santo está situado al lado de la Iglesia en los alto de la ciudad, frente al Atlántico.
Con todo, la ciudad más afectada ha sido Niteroi, vecina a Río de Janeiro, con cerca de 51 muertos y 2.025 damnificados, y donde el alcalde Jorge Roberto Silveira declaró el estado de calamidad pública y una semana de luto oficial. De los 50 desaparecidos, 47 se buscan en favelas de Niteroi construidas en las laderas de Morro. La gran mayoría de las víctimas eran precisamente habitantes de barriadas pobres construidas en áreas montañosas consideradas como de riesgo. En la propia Río se han registrado 43 muertes, otras 12 en la vecina Sao Gonzalo y las cuatro restantes en Nilópolis, Paulo de Frontin, Magé y Petrópolis.
"¿Dónde está el plan de emergencia?", coinciden en preguntarse hoy los principales medios de comunicación regionales al referirse a la falta de preparación de las autoridades para hacer frente a una tragedia que se repite periódicamente y últimamente con más frecuencia.
El País
El gobernador del Estado brasileño de Río de Janeiro, Sergio Cabral, ha ofrecido hoy un nuevo balance de víctimas de los deslizamientos de tierra causados por las lluvias, 110 muertos y 200 heridos. Al poco, los datos de víctimas mortales han vuelto a aumentar: ya son 140. El número de fallecidos, ha añadido Cabral, puede aumentar todavía más porque 60 personas han sido dadas por desaparecidas y los bomberos continúan buscando supervivientes entre los escombros. Además, miles de personas se han quedado sin casa.
Tras la pequeña tregua en las lluvias durante la mañana de este miércoles, las precipitaciones han vuelto al área metropolitana de Río de Janeiro. El alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, ha alertado que aún hay riesgos de nuevos derrumbes. El más peligroso es el muro de una de las numerosas favelas. Los meteorólogos prevén que las lluvias proseguirán hasta el jueves, aunque con menor intensidad con la que cayeron el lunes y el martes. Si volvieran a caer lluvias como las de los últimos dias, Paes quiere desalojar a 150.000 personas de lugares considerados de alto riesgo. En 24 horas, las precipitaciones sufridas en Río fueron el doble que las previstas para todo el mes de abril y las mayores en los últimos 40 años.
Los colegios siguen cerrados
Pese a que algunas calles de la ciudad aún estaban inundadas hoy y otras bloqueadas por deslizamientos, la ciudad ha comenzado a recobrar la normalidad y el transporte público vuelve a funcionar. Los comercios y oficinas han abierto sus puertas, pero no las escuelas que, por orden de la alcaldía y la gobernación permanecen cerradas.
Los destrozos a casas y a las personas sin hogar se están produciendo tambien en toda la región de Los Lagos, al norte de Rio, como en Saquarema, Araruama y Maric. Varias carreteras que unen a estas ciudades con Río están cortadas al tráfico por corrimientos de tierra. En Saquarema, a 90 kilómetros de Río y conocida por albergar los campeonatos mundiales de Surf y el centro nacional de voley, parte del cementerio se ha venido abajo y han tenido que ser recogidos los féretros arrancados de las tumbas por las aguas. El campo santo está situado al lado de la Iglesia en los alto de la ciudad, frente al Atlántico.
Con todo, la ciudad más afectada ha sido Niteroi, vecina a Río de Janeiro, con cerca de 51 muertos y 2.025 damnificados, y donde el alcalde Jorge Roberto Silveira declaró el estado de calamidad pública y una semana de luto oficial. De los 50 desaparecidos, 47 se buscan en favelas de Niteroi construidas en las laderas de Morro. La gran mayoría de las víctimas eran precisamente habitantes de barriadas pobres construidas en áreas montañosas consideradas como de riesgo. En la propia Río se han registrado 43 muertes, otras 12 en la vecina Sao Gonzalo y las cuatro restantes en Nilópolis, Paulo de Frontin, Magé y Petrópolis.
"¿Dónde está el plan de emergencia?", coinciden en preguntarse hoy los principales medios de comunicación regionales al referirse a la falta de preparación de las autoridades para hacer frente a una tragedia que se repite periódicamente y últimamente con más frecuencia.
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