El Ciudadano
Esta semana Michel Temer cumple un año como presidente de Brasil, cargo que asumió de forma interina en mayo del año pasado tras propiciar e impulsar el impeachment contra Dilma Rousseff, y lo festeja en medio de un complejo escenario político interno en el país: Acusaciones de soborno que lo tuvieron al borde del juicio político, extensas jornadas de protestas y grandes movilizaciones sociales han caracterizado estos doce meses a la cabeza del gobierno.
A pesar de la presión social, que se refleja en solo un 5% de aprobación en las encuestas, Temer se ha sostenido en el poder gracias al apoyo del Parlamento, el que se encuentra en tela de juicio por la vinculación de varios diputados y senadores en el caso Lava Jato, lo que no ha impedido que comience a implementar su giro neoliberal tras 15 años de gobiernos progresistas.
Brasil, la economía más potente del continente, se encuentra en una grave crisis, la que se ha manifestado en los últimos dos años con cifras negativas -en 2015 y 2016 se contrajo en 3,5 y 3,6 por ciento, respectivamente- lo que se traduce en un alza del desempleo y un déficit fiscal cercano a los 49.000 millones de dólares.
Ante esto, Temer comienza a desplegar su programa neoliberal e inicia el cierre de las políticas sociales que se llevaron a cabo bajo las administraciones de Lula -que se encuentra en campaña para volver a la presidencia- y Dilma Rousseff. Para ello, ha presentado un nuevo paquete de privatizaciones de 57 empresas públicas para recaudar casi US$ 14 mil millones, donde destaca la gigante ElectroBras, y que es la continuación del proceso iniciado el año pasado. La medida fue resuelta por el Consejo del Programa de Asociaciones en Inversiones (PPI) de la Presidencia, órgano multiministerial que decide cómo se realizan los procesos de privatización de estatales brasileñas y las concesiones a privados.
También son parte de esta propuesta de privatización la venta del aeropuerto de Congonhas, en Sao Paulo (el segundo mayor del país en número de pasajeros), la Casa de la Moneda, y Lotex, organismo a cargo de la venta de lotería y apuestas. También resaltan vender 49 por ciento de la Empresa Brasileña de Infraestructura Aeroportuaria (Infraero) en los aeropuertos de Guarulhos (San Pablo), Confins (Belo Horizonte), Brasilia y Galeao (Río de Janeiro).
Para entender el contexto político que se desarrolla en el gigante latinoamericano, El Ciudadano conversó con el académico y analista Fernando de la Cuadra, quien expresa que las medidas significan que “su gobierno permanecerá como refuerzo de las fuerzas políticas tradicionales y de los conglomerados económicos nacionales e internacionales”.
Esta semana Temer cumple un año en el poder. ¿Las medidas económicas presentadas son la primera muestra de su “consolidación” en el cargo?
En efecto Temer ya cumple un año en el cargo y contra todas las previsiones de hace un par de meses, los últimos acontecimientos nos inducen a pensar que él continuará en el cargo hasta el final de su mandato. Puede parecer una flagrante contradicción afirmar que alguien que viene mostrando índices tan bajos de aprobación de la ciudadanía pueda mantenerse en su puesto. Cuando muchos analistas presagiaban que la pérdida de su mandato era inminente, Temer ha conseguido articular apoyos en base a promesas de financiamiento de proyectos para parlamentarios y políticos, por medio de medidas que privilegian a poderosos grupos económicos nacionales y extranjeros o a través de diversas modalidades de chantaje puro y directo. En estos días, los anuncios hechos por el Gobierno pueden en efecto permitir la consolidación de Temer en el poder, especialmente si se considera los grandes beneficios que proporcionará a los consorcios económicos la venta de las generadoras del sistema Electrobras a un precio que se estima es menos del 10 por ciento de su valor real.
¿Cuáles son las implicancias que tiene esta decisión para el reimpulso de la economía brasileña?
Según los cálculos de especialistas, aun cuando se aplique la depreciación correspondiente, el valor de los activos de la empresa de electricidad llegaría a los 370 mil millones de reales (unos US$ 110 mil millones) y no a los 20 o 30 mil millones de reales (algo más de US$ 6 mil millones) que el gobierno espera recaudar con su venta. Todavía más escandaloso resulta el anuncio del gobierno para abrir la concesión para explotación mineral y forestal de la Reserva Nacional de Cobre (Renca), una extensa área de casi 5 millones de hectáreas. De prosperar esta política de concesiones en el Amazonas, el país se enfrentará a nuevos riesgos en la conservación de su biodiversidad y en la protección de los pueblos originarios que habitan en esa floresta. Estas y otras medidas se realizan con el evidente objetivo de aumentar la base de apoyo de un mandatario que a pesar de ser el más impopular de la vida política reciente, ha demostrado que se puede hacer un uso inescrupuloso del “Todo Vale” para mantenerse en el poder.
Temer se mantiene en el cargo a pesar de su pobrísima aprobación pero con el apoyo del Parlamento. ¿Cómo se entiende esta combinación?
Por ejemplo, desde comienzos de julio y hasta poco antes del rechazo de la acusación contra Temer en la Comisión de Constitución y Justicia (CCJ), el gobierno había aprobado un total de mil novecientos millones de reales en propuestas de diputados y senadores que necesitaban de tales proyectos para conseguir o mantener el apoyo de los electores. En los primeros seis meses de este año esa cifra fue menor, lo cual torna evidente como el gobierno utilizó hasta el límite los recursos fiscales para presionar a los miembros del CCJ a rechazar el proseguimiento de la denuncia contra el presidente.
¿Hay un carácter regresivo en las medidas de Temer? Considerando que desde Fernando Cardoso no se veían medidas de este calibre
Sin duda, estoy convencido del carácter regresivo de este gobierno, en muchos ámbitos. Las Universidades Federales han experimentado cortes de presupuestos que llegan hasta un tercio del presupuesto histórico que tenían. Eso ha implicado que muchos alumnos perdieron sus becas de estudio, que la infraestructura se encuentra abandonada, que no existe casi ningún tipo de inversión nueva para mejorar las salas de clases, los edificios, los baños. Ni hablar de los cortes en el campo de la investigación científica, que se encuentra en niveles irrisorios, casi inexistente. En definitiva, Temer se está aprovechando de su impopularidad para hacer el “trabajo sucio” que le impusieron los grupos económicos y los sectores más conservadores del país. Mientras no concluya la reforma laboral, del sistema previsional, la reducción de los gastos sociales, etc., su gobierno permanecerá como refuerzo de las fuerzas políticas tradicionales y de los conglomerados económicos nacionales e internacionales.
¿Cómo se puede proyectar el escenario político en Brasil a partir de estos anuncios?
Es una pregunta difícil. A pesar de lo señalado en líneas anteriores, considero que pronosticar lo que va a suceder en el escenario político brasileño es una tarea muy riesgosa. Brasil se ha transformado en un país impredecible y en cualquier momento pueden surgir nuevas informaciones o hechos que le den un giro radical al escenario político. Con las filtraciones de las grabaciones que envolvían a Temer se esperaba un desenlace fatal a cualquier momento y, sin embargo, por los mecanismos que comentaba en líneas anteriores, el presidente se ha conservado en su cargo. Otras acusaciones aún más graves pueden venir a cambiar este panorama y alterar la actual correlación de fuerzas que le da sustento a Temer y su grupo cercano. Al final, me quedo con un dicho popular que hoy día cobra más vigencia que nunca: “Brasil no es para principiantes”.
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