Tres muertos en el lado libanés y uno en el israelí es el balance del enfrentamiento registrado ayer entre los ejércitos de los dos países en la conflictiva frontera. Las autoridades libanesas acusaron al Estado sionista de violar de nuevo la resolución 1701 que puso fin a la guerra con Hizbulah en 2006. La comunidad internacional hizo un llamamiento a la calma a «ambas partes».
Dos soldados y un periodista libanés -Asaf Abu Rahal, corresponsal del diario «Al-Akbar»- y al menos un soldado israelí murieron, según un responsable de los servicios de seguridad libaneses, como consecuencia de los enfrentamientos que se registraron ayer en la frontera entre Israel y Líbano. El Ejército israelí confirmó la muerte de uno de sus soldados, el teniente coronel Dov Harari, de 45 años, en los enfrentamientos.
Se trata del incidente más sangriento que se registra en la frontera entre los dos países, que siguen teóricamente en guerra desde el conflicto que enfrentó en 2006 al Estado sionista y a la guerrilla de Hizbulah. Precisamente ayer, estaba previsto que el líder de la formación libanesa, Sayyed Hassan Nasrallah, realizase una intervención pública con motivo del cuarto aniversario de la victoria de la resistencia libanesa y ante la inminencia del dictamen del tribunal de la ONU sobre el atentado mortal contra el ex primer ministro libanés Rafic Hariri, que, según varias filtraciones, apuntaría a miembros de Hizbulah.
Un responsable libanés que quiso permanecer en el anonimato informó anteriormente de que «tres soldados libaneses han muerto, un periodista ha muerto y un civil ha resultado herido», aunque finalmente las agencias mencionaron tres muertos -dos soldados y un periodista- y no cuatro del lado libanés. Otro responsable de seguridad libanés indicó a France Presse que los israelíes habían pedido un alto el fuego para evacuar a sus soldados heridos. Al-Manar TV, emisora vinculada a Hizbulah, indicó también que su corresponsal en el sur de Líbano Alí Sheaib resultó ligeramente herido.
Asimismo, un portavoz del Ejército libanés afirmó que a primera hora de la mañana de ayer, «estallaron enfrentamientos entre las dos partes en la frontera en el sector de Aadaisse, después de que soldados israelíes intentaran arrancar un árbol en el lado libanés». En esta zona del sur de Líbano es el Ejército español el encargado de vigilar la frontera en el marco de la misión Finul de la ONU.
«Los soldados israelíes comenzaron a disparar, el Ejército libanés respondió», precisó el portavoz. «Una casa en Aadaisse recibió el impacto de un obús disparado por un carro israelí», subrayó el portavoz del Ejército libanés. Un responsable de los servicios de seguridad libaneses presente en la zona afirmó a France Presse que «los soldados israelíes dispararon cuatro obuses que cayeron cerca de una posición del Ejército libanés en Aadaisse y el Ejército respondió».
El Ejército israelí, por su parte, confirmó que se habían registrado disparos en la frontera libanesa contra soldados israelíes. «Las fuerzas israelíes llevaban a cabo trabajos en territorio israelí, entre la barrera de seguridad y la frontera internacional, cuando fueron disparados», precisó un comunicado. La Fuerza de las Naciones Unidas en Líbano (Finul) hizo un llamamiento a la calma, indicó a France Presse el portavoz de la misión de la ONU, Neeraj Singh, quien confirmó el intercambio de disparos.
Israel amenazó a Líbano con «las consecuencias que podrían tener otras violaciones de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU», en un comunicado del Ministerio de Exteriores. El ministro israelí de Exteriores, Avigdor Lieberman, señaló que lo sucedido era «una violación de la resolución 1701 [por parte libanesa], como el rearme masivo de unidades de Hizbulah, incluido en el sur de Líbano». Lieberman señaló que ha dado instrucciones a la representación israelí en la ONU para que presente una queja ante el Consejo de Seguridad.
La resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU puso fin a la guerra que enfrentó en 2006 a la milicia de Hizbulah y a Israel y reforzó la Finul, encargada de supervisar el alto el fuego. En verano de 2006, tras el secuestro por parte de Hizbulah de dos soldados israelíes en la frontera, estalló una guerra de 34 días entre el Estado sionista y la milicia libanesa, en la que murieron 1.200 libaneses, en su mayoría civiles, y 160 israelíes, en su mayoría militares.
Paradójicamente, Israel nunca ha mostrado el menor interés en aplicar resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, como la 194, de 1948, que reclama el retorno de los refugiados palestinos a sus hogares; o la 242, de 1967, que exige el fin de la ocupación de Gaza y Cisjordania.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, culpó al Gobierno libanés -al que acusa periódicamente de permitir que Hizbulah se rearme- de lo sucedido y anunció que el Estado sionista responderá. El presidente libanés, Michel Sleimane, y el primer ministro, Saad Hariri, por su parte, denunciaron la agresión israelí. Sleimane culpó de la situación a la ONU, «que debe hacer respetar la resolución 1701», mientras que Hariri hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que impida nuevas agresiones israelíes contra Líbano.
El presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, mantuvo ayer una serie de entrevistas, entre ellas con el representante de la Secretaría General de la ONU en Líbano, Michael Williams, con quien examinó «los ataques criminales contra el Ejército libanés». «Lo sucedido es un claro mensaje israelí contra los esfuerzos de Arabia Saudí, Qatar y Siria destinados a garantizar la estabilidad en Líbano», destacó Berri.
Los jefes de Estado de estos tres países estuvieron en Beirut el pasado fin de semana en un intento de calmar la tensión en Líbano ante el dictamen del tribunal de la ONU sobre el atentado que costó la vida Rafic Hariri. Williams, por su parte, aseguró que los ataques israelíes eran inquietantes y que la Finul trata de restituir la calma, según la agencia libanesa NNA.
El presidente de Siria, Bashar al-Assad, llamó ayer por teléfono a su homólogo libanés, Michel Sleimane, para mostrarle su apoyo. Al-Assad condenó «esta atroz agresión», según recoge un comunicado divulgado por la agencia SANA. Al-Assad considera que «esta agresión demuestra, una vez más, que Israel siempre busca desestabilizar la seguridad y estabilidad en Líbano y en toda la región».
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