Gonzalo Rovira
Le Monde diplomatique
Este es un muy buen trabajo. “Solidaridad, historia y poesía de un intelectual militante”, es un subtitulo claro para una obra que busca llamar la atención de las nuevas generaciones de cientistas sociales en el autor de “La formación de la clase obrera en Inglaterra”. Todos los lectores de Thompson reconocemos en él a un comprometido con la búsqueda del rigor en el quehacer de la Historia como disciplina. De esto dan cuenta J. Fontana y Antoni Doménech, quienes prologaron las dos ediciones de su traducción al español.
Este trabajo comienza con una interesante “Presentación”, que nos coloca en el contexto del poema que escribió Thompson, en el que “se refiere a la figura heroica de Allende, equiparándolo con otros héroes de una América Latina ‘Generosa’”.
Después, nos entrega un buen “Estudio introductorio” de la vida intelectual de Thompson y su relación con Chile; en la parte media del libro está la presentación del folleto/invitación en el que se publicó el poema dedicado a Allende; le siguen los capítulos de las entrevistas a los historiadores Gabriel Salazar y Julio Pinto, y los trabajos de Cristina Moyano y Rolando Álvarez. Estos últimos cuatro capítulos nos presentan las variadas reflexiones historiográficas que motivaron la obra de Thompson y su paso por Chile. Particular interés tienen las reflexiones teóricas de Moyano y Álvarez que dan cuenta del importante aporte del historiador británico al debate marxista.
No olvidemos que Thompson propone entender a la clase obrera como categoría histórica, es decir, derivada de la observación social a lo largo del tiempo, como parte de la noción de lucha de clases, ya que considera que es en el proceso de esta lucha cuando se define y concreta. En su libro señala que: “El problema es,..,, cómo ese individuo llegó a tener este “papel social” y cómo la organización social determinada (con sus derechos de propiedad y su estructura de autoridad) llegó a existir. Y estos son problemas históricos. Si detenemos la historia en un punto determinado, entonces no hay clases, sino simplemente una multitud de individuos con una multitud de experiencias. Pero si observamos a esos hombres a lo largo de un período suficiente de cambio social, observaremos pautas en sus relaciones, sus ideas y sus instituciones. La clase la definen los hombres mientras viven su propia historia, y al fin y al cabo ésta es su única definición”.
Este trabajo nos llama la atención sobre problemas actuales de la historiografía, en particular de los debates marxistas respecto a su quehacer. Pero es claro su objetivo de reponer en las nuevas generaciones el debate respecto al rol del quehacer intelectual en la lucha por una sociedad más justa. Muy valioso el aporte teórico en este libro. Un trabajo muy interesante y de fácil lectura. Un libro necesario.
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