quarta-feira, 23 de julho de 2008

Subsidios agrícolas continúan en el centro de Doha


AméricaEconomía

El segundo día de negociaciones que reúne en Ginebra a los países que conforman la Organización Mundial de Comercio (OMC), fue marcado nuevamente por el cada vez más complicado tema de los subsidios agrícolas y, en particular, por la propuesta de Estados Unidos de bajar a US$ 15.000 millones el apoyo económico que brinda a sus agricultores, que no fue interpretada en absoluto como un avance por acercar posiciones con las economías emergentes.

Países como Argentina, Brasil e India consideraron insuficiente la propuesta, más aún cuando EE.UU. condicionó la medida a que las economías emergentes abran sus mercados a más productos agrícolas y manufacturados extranjeros. “Este es un movimiento mayor, que se hace con buena fe, con la expectativa de que otros tomen medidas recíprocas y den un paso al frente con ofertas mejoradas de acceso de mercado”, dijo Susan Schwab, representante de Comercio de Estados Unidos.

Y las reacciones al ofrecimiento estadounidense no se hicieron esperar. “Mi respuesta inmediata es que esta oferta no pasa la 'prueba de la risa'" dijo a la agencia Reuters un funcionario de alto rango de India que habló bajo condición de anonimato.

Desde el año 2000, Estados Unidos ha manejado los subsidios a la agricultura local dependiendo de las fluctuaciones del mercado. Así, mientras en 1999 y 2000 los subsidios llegaron a US$ 25.000, en 2005 la cifra alcanzó los US$ 18.900 millones. Y este año, marcado por la escasez de alimentos y los altos precios agrícolas, el aporte ya bordea los US$ 7.000 millones, una cifra bastante inferior al techo de US$ 48.200 millones que tiene permitido bajo las normas de la OMC.

Un panorama ante el que las economías más grandes de la región, pese a no haber elaborado una estrategia conjunta, mantienen distancia y coinciden en que Estados Unidos debe flexibilizar más su postura.

"Se deben concretar reducciones efectivas en la ayuda interna distorsiva global", señaló el secretario de Relaciones Económicas Internacionales argentino, Alfredo Chiaradía, a La Nación. "Todo lo que signifique reducción arancelaria es siempre bienvenido. Pero primero hay que saber cómo se llega a esa cifra y cuáles son los países dispuestos a aplicar esa decisión", añadió el negociador técnico argentino.

En tanto, la diplomacia brasileña sostuvo que los países en desarrollo presionarán para que Estados Unidos ofrezca rebajas más profundas. Uno de los negociadores brasileños, Roberto Azevedo, declaró el lunes que una propuesta similar de rebaja de subsidios anunciada por la Unión Europea era mera "propaganda". "Si ellos están proponiendo un recorte, es porque tienen el margen para hacerlo", dijo Azevedo. Brasil quiere que Estados Unidos llegue al piso de la banda de entre US$ 13.000 millones y US$ 16.400 millones para sus subsidios agrícolas.

México, por su parte, ha puesto el foco de interés precisamente en que un acuerdo global de comercio le permita ingresar a las economías de países emergentes, particularmente Brasil e India, que junto a China y Rusia conforman el bloque de países Bric. El país azteca apuesta por una flexibilización de las posturas para llegar a un acuerdo que beneficie a todos. “Los compromisos que se van a adquirir bajo la ronda van a hacer que México pueda acceder a los mercados emergentes que además ahora han sido los países que han impulsado y generado el mayor crecimiento”, señaló la subsecretaria de Negociaciones Comerciales Internacionales de la SE, Beatriz Leycegui en declaraciones a la prensa.

Ecuador es el país de la región que ha presentado una postura más radicalizada. De hecho, condiciona cualquier acuerdo a la resolución de sus diferencias sobre el arancel bananero con la Unión Europea, que mantiene un impuesto a la importación de la fruta de US$ 276 por tonelada, medida rechazada también por Bolivia, Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, Panamá y Colombia. A pesar de que la OMC ha reiterado que es contraria a tal medida, la UE no ha dado pié atrás. "Ecuador no podrá acordar modalidades si no está el banano resuelto", dijo un negociador ecuatoriano que prefirió mantener el anonimato a El Comercio.

Los negociadores de la región esperan que tanto la cuestión arancelaria como la de los subsidios agrícolas se resuelva en el transcurso de la cita en Ginebra. De lo contrario, aseguran, se pondrá en peligro la liberalización de los mercados, una variable clave en el contexto de escasez y encarecimiento del sector alimenticio en el mundo. Sin acuerdos míminos, las conversaciones en torno a un nuevo pacto de comercio mundial podrían volver a descarrilarse.

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