sexta-feira, 15 de junho de 2012

El movimiento #yo soy 132 ¿Primavera política que termina el 1º de julio?

Willebaldo Gómez
ALAI

A principios del mes de mayo las elecciones federales parecían un mero trámite, los magnates de los medios de comunicación y el PRI parecían viajar en un tren seguro para llegar a la silla presidencial, los partidos contendientes parecían insignificantes frente al monstruoso aparato que ensalzaba la figura de Enrique Peña Nieto como el presidente que México necesita. La derrota para las aspiraciones democráticas parecía inminente, sin embargo, los primeros días de mayo fueron testigos de la aparición en escena de un complejo conjunto social que hico valer su derecho de piso en esta contienda: La juventud mexicana.

Distintos sociólogos y analistas conceptualizan a la juventud actual como una masa amorfa, la cual no encuentra una ventana que los haga visibles en la sociedad. Sin embargo, el mayo mexicano cohesionó a distintos jóvenes de clase media y de la pequeña burguesía en un objetivo: Evitar que llegue al poder lo más podrido de la política nacional. La chispa que incendio la pradera tuvo lugar el 11 de mayo en la Universidad Iberoamericana, en donde cientos de estudiantes increparon al candidato del PRI sobre la represión en San Salvador Atenco, el candidato adicto al telepronter no pudo responder a la manifestación cívica de rechazo a su autoritarismo, salió huyendo de las instalaciones y el baño de la UIA significó su Waterloo. Las reacciones de sus “periodistas” a sueldo y principales colaboradores como Joaquín Codwell y Luis Videgaray no se hicieron esperar, arremetieron contra los estudiantes y los calificaron de intolerantes, manipulados y agentes pagados para desestabilizar, parecía que la nariz diazordacista se asomaba dejando ver el verdadero rostro del PRI. Por su parte, los jóvenes de la Ibero difundieron un video en las redes sociales donde 131 estudiantes con credencial en mano ratificaban su pertenencia a la institución y su participación en la presentación de EPN, posteriormente convocaron a una serie de manifestaciones en las instalaciones de Televisa Santa Fe y San Ángel a las que se sumaron otras instituciones de educación superior, la primavera política había comenzado.

Las redes sociales empezaron a jugar un rol fundamental, la información se difundía libremente y llegaba a miles de jóvenes, nutriendo el apoyo a esos 131 estudiantes que daban la cara por lo sucedido el 11 de mayo, nacía así el movimiento #yosoy132. Mediante las redes sociales se convocó a una movilización el 23 de mayo en el monumento a la corrupción bautizado por el calderonismo como “Estela de Luz”, el propósito era manifestar nuevamente el apoyo a los 131 estudiantes y el rechazo a la manipulación informativa, el acto se desbordó, pacíficamente se avanzó por los carriles de Paseo de la Reforma y se convirtió en marcha hacia el Ángel de la Independencia para después enfilar hacia Televisa Chapultepec y culminar en el zócalo con la entonación del himno nacional.

La juventud había tomado las calles y se mostraba vigorosa, festiva y trazando horizontes compartidos no importando la procedencia social o educativa, las consignas más sonadas eran #yosoy132, lo que trazaba una identidad a los participantes, pero también de hartazgo contra la manipulación informativa y el rostro del sector más corrupto de la política nacional, con lo que delineaba el carácter democrático, político y ciudadano de los manifestantes. El 26 de mayo se convocó a una asamblea general de coordinación para trazar los siguientes pasos del movimiento en Tlatelolco lugar emblemático de la juventud mexicana, el movimiento empezaba a cobrar contorno y estructura, la cual se reforzaría el 30 de mayo con la asamblea general en las Islas de Ciudad universitaria. A ese lugar arribaron más de 7 mil estudiantes de diversas escuelas, estructurando 15 mesas de discusión y una organización de voceros por escuela. En este encuentro el movimiento alcanza sus mayores definiciones políticas hasta el momento: un movimiento apartidista pero no apolítico y anti- Peña Nieto por lo que representa.

La juventud mexicana se encontró a sí misma en este movimiento que surgió de forma espontánea, estos jóvenes representan al sector más culto de la población mexicana y repudian la dinámica autoritaria que la política y la economía nacional muestran y les excluyen. La crítica hacia el establisment político golpea a todos los candidatos y sus partidos, aunque se centra en uno por ser el temor de regresión al pasado; el cuestionamiento hacia la falta de democracia hace blanco en los medios de comunicación, pero también pasa revista a todas las instituciones trazadas al estilo del PRI como las universidades, las cámaras, la corte, las gubernaturas y presidencias municipales. Y esto sucede así porque en México la transición a la democracia fue una farsa, el respeto al voto es algo elemental pero no lo único, la carencia de opciones tiene como blanco primordial los jóvenes, los bajos salarios, la ausencia de empleo y la inseguridad cobra a sus víctimas a este sector, por ello es la juventud mexicana que lanza un grito de hartazgo, inventando sus propias medios y dinámicas.

El sistema político es muy estrecho para albergar los sueños de esta generación. Que les puede decir este régimen antidemocrático a los estudiantes, por ejemplo de arquitectura o ingeniería los cuales tiene conocimientos para edificar y construir, pero es el mercado el que determina los que se utiliza, mientras hay cientos de personas carentes de un hogar o vías de comunicación y pocos millonarios que se enriquecen a costa de esa necesidad; a los comunicólogos que se preparan para decir la verdad y observan como en los medios de comunicación esta verdad se compra y se desfigura; a los actuarios que trabajan todos los días con las matemáticas y basta pagar una encuesta para modificar la metodología y dar un ganador absoluto; a los politólogos que se esfuerzan por comprender la dinámica del país y ahora basta una cara bonita y cientos de minutos frente a la televisión para llegar a la presidencia; a los economistas y sociólogos que observan una realidad que lacera y lastima a cualquier mexicano con dignidad mientras en las telenovelas se muestra un mundo de fantasía negado a la mayoría de los mexicanos; a los abogados que estudian las leyes de este país y todos los días ven como se violan sistemáticamente desde el poder; a los de filosofía que leen cientos de libros y hoy ven como un tipo tan ignorante puede llegar a la presidencia; o a cualquier estudiante que día a día observa como este país revienta de miseria y dolor, mientras las posibilidades de aplicar lo aprendido se esfuma por un sistema que les clausura oportunidades. Es por ello, que la juventud es la única capaz de señalar todo aquellos que los “amorosos” o “diferentes” no señalan, pues estos jóvenes están al margen de este caduco sistema político.

Ahora el movimiento #yosoy132 se encuentra ante una definición histórica, pues su participación en contra de EPN y sus aliados terminará favoreciendo a algún candidato, también las definiciones trazadas van más allá del plano electoral. Esta es la paradoja más importante, el movimiento puede perder el horizonte y ver que el mundo acaba el primero de julio pues es su reto más inmediato, o bien encauzar sus energías a demandas más amplias y en pro de una democratización hoy inexistente, el balón está en el aire, pero algo es seguro, estos jóvenes no serán lo mismo después de este movimiento, y han logrado una hazaña histórica: demostrarle al pueblo de México que se puede soñar, y esos sueños solamente depende de nosotros mismos, por eso #yosoy132.

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