E-il Mensile
El Consejo de Relaciones Exteriores ha decidido prorrogar hasta fines de diciembre de 2014, el operativo de la UE de lucha contra la piratería, llamado Atlanta. Su objetivo principal es proteger a los barcos del programa alimentario mundial que proveen ayuda alimentaria a las poblaciones somalíes refugiadas y a la lucha contra la piratería a lo largo de las costas somalíes. La decisión del Consejo prevé sin embargo algunas novedades importantes: la ampliación de la zona de operaciones “en las aguas territoriales, en las aguas interiores, al territorio costero de Somalia y a su espacio aéreo” “ La lucha contra la piratería y contra las más profundas razones de su existencia – ha dicho la más alta representante de la Política exterior de la UE Catherine Ashton – es una prioridad en las acciones que conducimos en el Cuerno de Africa. La operación Atlanta ha contribuido de manera importante a este esfuerzo, coordinándolo con los socios internacionales”
Detrás de las palabras de circunstancias del ministro del Exterior europeo, está el requerimiento del primer ministro somalí, Abdiweli Mohamed Ali, quién la semana pasada envió una carta al Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki Moon solicitándole ampliar las prerrogativas y los objetivos de la misión naval. No, exactamente la invasión de la soberanía somalí, sino una modificación del mandato con peligrosas consecuencias. El paso de la prevención de los actos de piratería en el mar a las operaciones en una zona específica de intervención en tierra podría ser interpretado como la creación de una fuerza de ocupación. Una extensión de las prerrogativas que podría conducir a una peligrosa escalada en el territorio, ya estragado por un conflicto civil desde hace diez años. En efecto, el gobierno de transición somalí, solo controla la capital Mogadiscio, mientras que el grupo de militantes radicales Al-Shabab, recientemente unido a Al-Qaeda, mantiene el control de gran parte del territorio.
Abandonada por años a su propio destino por la indiferencia internacional, la región del Cuerno de Africa ha vuelto a solicitar la atención de los países occidentales, luego de que en la región autónoma de Puntland han sido descubiertos grandes yacimientos de petróleo. Las exploraciones de la empresa canadiense Africa Oil, ha descubierto reservas por 4 mil millones de barriles de petróleo crudo , pero el subsuelo de todo Puntland podría muy bien esconder unos 10 mil millones de barriles. La carrera hacia el oro negro podría incluir amplias áreas oceánicas en las costas de Somalia, en las zonas abisales del Océano Indico, podrían llegarse a extraer además unos 100 mil millones de barriles.
El ministro de Relaciones Exteriores británico William Hague ha visitado Mogadiscio hace menos de un mes. The Observer ha señalado como Londres está enviando ayuda humanitaria y asistencia para la seguridad del país a cambio de su tajada energética. Detrás de la escena, el ministro para la cooperación internacional de Puntland, confirmaba al semanario británico: “Los representantes británicos han ofrecido ayuda para la futura gestión de los ingresos petrolíferos. Nos asesorarán técnicamente para maximizar las futuras ganancias de la industria petrolera.” Una ayuda que también podría proceder de la misión europea Atlanta que se conjuga perfectamente con el credo de las últimas intervenciones armadas internacionales de estos últimos años: lucha al terrorismo y a la piratería con el objeto de proteger a la democracia. Sustituir en este caso democracia por fuentes de energía.
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