segunda-feira, 15 de novembro de 2010

Israel: Tres mil millones de razones



Donald Macintyre

The Independent

Los ministros israelíes comenzaron ayer a decidir si aceptan los generosos incentivos de los Estados Unidos, que incluyen aviones de guerra por un valor de tres mil millones de dólares, a cambio de una moratoria de 90 días en la construcción de los asentamientos. La propuesta está diseñada para recomenzar las conversaciones de paz con los palestinos. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, le presentó a su gabinete el primer bosquejo de la oferta de la Casa Blanca con la que Washington pretende restaurar el congelamiento parcial de la edificación en Cisjordania, que para el presidente palestino, Mahmud Abbas, es la condición mínima para retomar las negociaciones.

A pesar del escándalo inicial, en el que algunos de los ministros de la extrema derecha se opusieron al trato, Washington espera que Netanyahu consiga el apoyo de sus colegas para lanzar una nueva moratoria, en reemplazo de la que caducó el pasado 26 de septiembre y que detuvo las conversaciones directas entre las dos partes en conflicto. Fuentes diplomáticas dijeron que Estados Unidos estipula que se congelaría la construcción en Cisjordania que comenzó desde esa fecha. La organización Peace Now (Paz Ahora) calcula que se han construido unas 1600 viviendas desde entonces. Pero parece que las construcciones en Jerusalén Este no estarán incluidas en la nueva moratoria.

Las fuentes agregaron que el paquete de incentivos ofrecido por la Casa Blanca incluye el compromiso de no solicitar otra moratoria después de que se terminen estos 90 días y la promesa de usar su veto contra las resoluciones que adopte el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y que sean contrarias a los intereses de Israel. La iniciativa estadounidense está pensada para desbaratar los intentos de persuadir al Consejo para que ratifique una declaración unilateral de un Estado palestino, el Plan B que los palestinos frecuentemente enarbolan, si las conversaciones fallan o no dan frutos.

Como parte del paquete, discutido durante siete horas por la secretaria del Departamento de Estado norteamericano, Hillary Clinton, y Netanyahu durante los últimos días de la semana pasada, la administración de Barack Obama solicitará al Congreso que apruebe la cesión de veinte aviones de combate para que Israel mantenga su capacidad estratégica. El diario The New York Times citó ayer a un funcionario, al que no identificó, y que afirmó que la entrega de los jets estará supeditada a la firma de un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos. Pero una fuente diplomática mostró dudas acerca de esta afirmación, sugiriendo que el avión fue ofrecido por la moratoria y que estaría disponible aunque no se arribara a ese resultado.

Saeb Erekat, el jefe de los negociadores palestinos, sostuvo que los Estados Unidos aún no dieron detalles de la propuesta. “Ellos saben que nosotros tenemos una gran oposición porque no incluyeron a Jerusalén del Este”, afirmó. El premier israelí le dijo al gabinete que las precisiones no estaban dadas aún pero que serán presentadas a los quince miembros del Gabinete de Seguridad cuando tomen una decisión formal.

El paquete no incluye específicamente el sostén estadounidense a la presencia militar israelí en el Valle del Jordán, la que Netanyahu insiste que debe permanecer aún después del establecimiento de un Estado palestino, si es que eso sucede. Pero sí establece conversaciones por separado entre Israel y Estados Unidos para llegar a un nuevo pacto de seguridad, que correrá en paralelo con las negociaciones entre israelíes y palestinos. Mientras en el gobierno dijeron que las futuros límites deberán ser tratados en una nueva ronda de negociaciones, todavía se resisten a la idea de que éste sea el principal tema en los primeros encuentros.

Sin embargo, el presidente estadounidense Barack Obama manifestó su optimismo sobre las negociaciones en marcha y elogió a Netanyahu por presentar la propuesta de la Casa Blanca al gabinete. “Es un paso muy constructivo”, se esperanzó.

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