quarta-feira, 23 de junho de 2010

El desastre francés, una cuestión de Estado


Antonio Jiménez
El País

El calamitoso paso de la selección francesa por el Mundial de Sudáfrica -único tema de conversación en Francia- se ha convertido ya en cuestión de Estado. Nicolas Sarkozy, muy aficionado al fútbol, que buscó hueco en su agenda para ver el último (y desastroso) partido de Francia contra Suráfrica, ha decidido tomar las riendas de este asunto explosivo.

Hoy se reunirá con los responsables políticos del equipo, esto es, la ministra de Salud y Deporte, Roselyn Bachelot, recién llegada de Sudáfrica, y con la Secretaria de Estado de Deportes, Rama Yade, en presencia del primer ministro, François Fillon.

Mañana, Sarkozy se reunirá en El Elíseo con el delantero más famoso y más veterano de la selección, Thierry Henry, que disputó su último mundial. La reunión se celebra, según especifican las agencias francesas, a petición del futbolista.

A un día de una huelga general convocada por los sindicatos por el retraso de la jubilación, Francia sigue obsesionada con su equipo de fútbol. Los informativos no hablan de otra cosa y todo el país está pendiente de la llegada de los jugadores.

La misma ministra Bachelot, que hasta ayer se mostraba algo conciliadora, manifestó al término del partido que el equipo francés "está en ruinas". La polémica saltó cuando el delantero francés del Chelsea Nicolas Anelka fue expulsado del equipo por la Federación tras confirmar lo que esa mañana publicaba el diario L'Equipe, que el jugador insultó gravemente al seleccionador, Raymond Domenech, -le dijo "vete a tomar por culo, sucio hijo de puta"- cuando este le recriminó en el vestuario su pobre rendimiento en el primer tiempo del partido ante México.

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