quinta-feira, 4 de junho de 2009

OEA anula expulsión de Cuba por unanimidad

Agencias

Cuarenta y siete años debieron pasar antes de que la Organización de Estados Americanos (OEA) revocara una de sus resoluciones más polémicas y que más roces entre sus miembros ha causado en los últimos años: la expulsión de Cuba del organismo continental.

Ayer, luego de largas negociaciones promovidas por el secretario general José Miguel Insulza y por la presidencia hondureña de la Asamblea General, los representantes de los 34 países miembros del bloque acordaron por aclamación "dejar sin efecto la resolución VI adoptada el 31 de enero de 1962 (y en la que Chile se abstuvo) que expulsó a Cuba por sus vínculos con el entonces bloque chino-soviético. Con notoria satisfacción Insulza celebró ayer la revocación, pero advirtió que su regreso a la institución no se dará "mañana ni pasado".

El texto de la resolución, signado ayer por todos los países en la ciudad hondureña de San Pedro Sula, dice que "la participación de Cuba en la OEA será el resultado de un proceso de diálogo iniciado a solicitud del gobierno de Cuba y de conformidad con las prácticas, los propósitos y principios de la OEA".

Al respecto la secretaria de Estado Hillary Clinton, junto con celebrar la "flexibilidad y apertura" de los países de la OEA, aclaró que un eventual regreso de La Habana a la institución estará subordinado al cumplimiento de exigencias sobre compromiso democrático y con los derechos humanos.

"Cuba puede volver a la OEA en el futuro, si la OEA decide que su participación cumple con los propósitos y principios de la organización, incluyendo la democracia y los derechos humanos", señaló el comunicado de Clinton.

El acuerdo se logró pese a los reparos iniciales del gobierno de Estados Unidos respecto, justamente, a la situación de los derechos humanos en la isla, algo que el propio Fidel Castro consideró una "humillación" más de la Casa Blanca.

Incluso la propia Hillary Clinton había descartado -en la noche del martes- un acuerdo que no incluyera estas exigencias y había cerrado la puerta al consenso.
Pero Insulza y la presidencia hondureña no se conformaron e insistieron en el diálogo que finalmente dio ayer fruto a un documento que fue firmado por unanimidad y sin reparos.

Pero Clinton aclaró ayer que la línea de la negociación incluyó poner en el documento firmado una cláusula que no hiciera automática la reincorporación de La Habana al bloque como pedían varios gobiernos como el venezolano y el nicaragüense. Sólo así Washington aceptó dar el sí, y para no quedarse solo en su oposición pues hasta Colombia y México (ambos gobiernos conservadores) ya habían adelantado su apoyo a la anulación de la expulsión.

Pero Dan Restrepo, el encargado de asuntos latinoamericanos del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, fue incluso un paso más allá aclarando que la decisión de la Casa Blanca tampoco significa que se tenga contemplado ahora hablar sobre el embargo a Cuba.

Esto pese a que el Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, estimó anoche que el embargo estadounidense hacia Cuba "se está terminando de a poco". Lula manifestó así su satisfacción sobre la resolución de la OEA, así como otros líderes latinoamericanos como el Presidente venezolano Hugo Chávez, quien consideró la decisión como un "triunfo revolucionario", aunque aclaró que de no haberse alcanzado habría retirado a su país del bloque.

Pero no todos estaban tan felices. "La decisión que adoptó la OEA es un colapso ideológico de la democracia en el hemisferio". Así resumió ayer Orlando Gutiérrez del Directorio Democrático Cubano, la visión que el exilio en Miami tiene de la resolución histórica de ayer.

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