sábado, 27 de setembro de 2008

Ecuador realiza referendo constitucional


Las principales fuerzas políticas ecuatorianas cerraron este jueves aquí las campañas por el sí y el no a la nueva Constitución de Ecuador, que será votada el próximo domingo en un referendo para el cual están convocados 9 millones de ciudadanos que, según encuestas, se inclinan mayoritariamente por la aprobación.

El presidente Rafael Correa, quien ganó las elecciones presidenciales en octubre de 2006 al hombre más rico del país, Álvaro Noboa, concluyó la promoción del proyecto constitucional con un acto masivo en el estadio Modelo de esta ciudad portuaria, tradicional bastión de los partidos conservadores y de los opositores políticos a la nueva carta fundamental, de 444 artículos.

Mientras los seguidores de Correa se concentraban en una parte de Guayaquil, Jaime Nebot, el alcalde de esta ciudad y uno de los principales promotores del no, junto a Noboa, encabezó una caravana de automóviles para animar a los opositores.

De ser aprobada la nueva Constitución, el Estado ecuatoriano tendrá mayor control de sectores estratégicos de la economía como el petróleo (Ecuador es el quinto productor de América), las minas, las telecomunicaciones, la producción de alimentos (quedaría prohibida la utilización de semillas genéticamente modificadas) y el acceso al agua. Asimismo, el Banco Central de Ecuador perdería su autonomía y la política monetaria y crediticia sería una atribución exclusiva del presidente de la república.

Correa, que en los dos últimos años ha criticado los acuerdos crediticios concertados en el pasado con la banca extranjera, logró que los constituyentes, que sesionaron desde el 29 de noviembre de 2007 hasta el 24 de julio pasados, incluyeran artículos constitucionales que permitirán al gobierno declarar ilegítima e ilegal el débito externo. En declaraciones a una radioemisora local, antes del cierre de campaña, Correa dijo a los habitantes de Guayaquil que en caso de que gane el no, el país resultaría ingobernable, porque se fortalecerían las fuerzas que dominaron la escena política en las dos últimas décadas y propiciaron la “larga noche neoliberal”. “Sería imposible gobernar un país si es que vuelve el anterior Congreso; si es que vuelve el anterior fiscal, si es que vuelve el anterior superintendente de bancos”, afirmó el mandatario.

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